El ciberdelito, el fraude y el lavado de dinero están cada vez más vinculado al mercado de criptomonedas y al servicio de activos digitales. Actualmente, los ciberdelincuentes encuentran nuevas ventajas en la escasa regulación de estos activos en la región.
Durante el Merge Buenos Aires, el reconocido evento Web3 que busca conectar los ecosistemas de Europa y Latinoamérica en un único punto de encuentro, tres especialistas debatieron sobre el paradigma y la seguridad dentro del territorio.
El panel estuvo conformado por:
- Jacob Cohen, director de España y Latinoamérica de TRM Labs
- Alejandro Musso, Fiscal del Ministerio Público Fiscal de Buenos Aires
- Antonio Javier Maza, Coordinador de la Dirección de Ciberdelito y asuntos Cibernéticos del Ministerio de Seguridad nacional
Según Maza, el 80% de las denuncias reportadas corresponden a distintos tipos de fraude, en los que el dinero inicialmente está en moneda fiat y luego es convertido en criptomonedas para ser robado.
La falta de regulación del sistema de activos digitales facilita que los delincuentes muevan grandes volúmenes de dinero fuera del sistema financiero tradicional. Entre las denuncias más frecuentes se encontraron:
- Ataques de malware
- Esquemas piramidales
- Casas de cambio fraudulentas.
"Es fundamental la cooperación entre el sector público y privado para el manejo de información. Hay que construir puentes sólidos para que nos permita avanzar en la investigación", agregó el Coordinador de la Dirección de Ciberdelito del Ministerio de Seguridad nacional.
Ciberseguridad y blockchain: cómo los ladrones utilizan la blockchain para robar criptoactivos
Cohen agregó que los activos son una buena herramienta para ocultar delitos.
En el pasado, los crímenes se realizaban con bitcoin, hoy en día se involucran otros tipos de activos.
Según las estadísticas, las criptomonedas que más se utilizan para realizar ciberdelitos son:
- Tronk, un 58%
- Ethereum, un 24%
- Bitcoin, un 14%
- Otros, un 4%
¿Cuales son los desafíos de los reguladores en Argentina?
El avance del ecosistema blockchain y de la inteligencia artificial es un gran desafío para los organismos estatales de seguridad de Argentina.
Si bien el Gobierno cuenta con herramientas y tecnología para perseguir casos judicializados, el reto está en mantener los recursos humanos.
"Hoy en día, el Estado no puede mantener el recurso humano dentro de sus equipos, no saben, no tienen plata. Sin embargo, nuestra realidad es la mejor dentro de toda Latinoamérica. Estamos bien y vamos a estar mejor", detalló Alejandro Musso, Fiscal del Ministerio Público Fiscal de Buenos Aires.
Otras de las dificultades que enfrenta Argentina es la diversidad de legislaciones y regulaciones dentro de todo el territorio. "En un país tan amplio, con crímenes tan diversos y con distintas jurisdicciones a nivel judicial, es prácticamente imposible avanzar de forma coordinada", agregó Maza.
Los distintos organismos deben trabajar en conjunto y ofrecer a las personas distintas herramientas de concientización para que dimensionen la gravedad de la situación y el peligro que corren al ofrecer sus datos sensibles a terceros.
Un ciberdelito que revolucionó el mundo
Unos de los casos más conocidos es el de Generación Zoe y su documental ya se encuentra publicado en Netflix. Se trata de una plataforma financiera, acusada de sustentar un sistema de estafa piramidal.
Generación Zoe nació en 2017 y rápidamente se extendió a 17 países con 65 oficinas y más de 80.000 miembros. En un principio, la plataforma ofrecía cursos online de coaching y habilidades blandas.
El principal acusado fue Leonardo Cositorto, el fundador de la organización. Su carrera comenzó en 1991 en España con la venta de libros en la calle.
Con el tiempo formó equipos de venta puerta a puerta en varios países, como:
- Argentina
- Perú
- México
- Chile
Al momento de caer la empresa, la justicia determinó que Generación Zoe era una estafa piramidal. El fraude estimado ascendió a u$s1 millón, aunque las autoridades consideran que la cifra es aún mayor.
Generación Zoe operaba con un esquema en el que el dinero de los nuevos inversores se usaba para pagar a los anteriores, algo que se considera una estructura insostenible ya que eventualmente colapsa, dejando a la mayoría de los participantes sin sus inversiones.