Durante la conferencia Mining Disrupt 2025 en Fort Lauderdale, Florida, Samson Mow, CEO de JAN3, compartió sus perspectivas sobre el ecosistema de Bitcoin.
En la entrevista, Mow analizó no solo los retos de la minería, sino también las dificultades regulatorias que enfrenta El Salvador en su proceso de adopción de Bitcoin.
Además, Mow discutió las implicaciones de la hiperbitcoinización y cómo regiones como la Unión Europea muestran resistencia hacia este criptoactivo, destacando las dificultades que presenta su integración global.
Bitcoin en El Salvador: regulaciones y estrategias
El Salvador sigue acumulando Bitcoin desde 2021, a pesar de la presión del FMI, consolidando su estrategia de adopción de esta criptomoneda como moneda de curso legal, mientras navega las regulaciones internacionales sin enfrentar sanciones económicas hasta ahora.
Samson Mow explicó que, por el momento, no parece haber conflictos regulatorios entre el FMI y El Salvador, afirmando que "tienen un acuerdo con el FMI y el FMI ha dicho que no están incumpliéndolo. Así que lo que sea que estén haciendo ahora parece estar funcionando".
Según Mow, una posibilidad es que el país aún no haya alcanzado un plazo límite para detener las compras de Bitcoin. "Tal vez sea a fin de año, pero el presidente dice que no se detiene", mencionó.
Otra hipótesis sugiere que las transacciones podrían tratarse de transferencias internas o donaciones, lo que evitaría que las compras sean consideradas adquisiciones directas en el mercado, permitiendo que el país continúe acumulando Bitcoin sin infringir el acuerdo con el FMI.
El empresario admitió que la situación genera incertidumbre en la comunidad financiera, señalando que "no tiene mucho sentido" y que "mucha gente está haciendo preguntas" sobre la aparente compatibilidad entre las políticas salvadoreñas y las exigencias del FMI.
Además, destacó que "tiene que ser una de estas teorías porque, de lo contrario, no podrían estar cumpliendo con el acuerdo y seguir comprando, ya que el acuerdo dice que no pueden comprar", sugiriendo ciertas lagunas regulatorias.
El panorama indica que El Salvador ha logrado continuar sus adquisiciones de Bitcoin sin violar formalmente el acuerdo con el FMI, evitando sanciones económicas y demostrando que es posible adoptar esta criptomoneda bajo ciertas estrategias regulatorias específicas.
Este modelo podría servir de referencia para otros países interesados en Bitcoin, permitiéndoles desarrollar estrategias similares que les permitirán acumular este activo sin generar conflictos con organismos internacionales.
Bitcoin avanza y Europa podría quedarse atrás
Samson Mow advirtió que las políticas energéticas y la postura de la Unión Europea frente a Bitcoin podrían comprometer su soberanía económica, limitando su capacidad de adaptación en un mundo donde la hiperbitcoinización avanza sin detenerse.
El empresario explicó que "en la Unión Europea están demoliendo plantas de energía, nucleares, de carbón, lo que sea, limitándose solo a lo que ellos etiquetan como energía verde", lo que reduce su independencia energética.
Para Mow, esta combinación de restricciones energéticas y rechazo hacia Bitcoin pondrá a Europa en desventaja. "Todos adoptan bitcoin al precio que merecen. Si Europa quiere pasar diez años sin bitcoin mientras el mundo lo adopta, eso es lo que hará", afirmó.
Desde su perspectiva, la hiperbitcoinización es un proceso inevitable, impulsado por la creciente relación entre energía y dinero. Las regiones que rechacen este cambio, como la Unión Europea, enfrentarán una progresiva pérdida de autonomía.
Mow afirmó que quienes ignoran Bitcoin quedarán rezagados, afirmando que "las futuras generaciones tendrán que lidiar con los resultados", ya que la resistencia de algunos gobiernos no alterará el avance global de la criptomoneda.
"No lo veo como un problema", concluyó Mow, sugiriendo que la adopción de Bitcoin continuará expandiéndose sin depender de la aceptación de la Unión Europea ni de otras regiones que decidan resistirse.
Bitcoin y Europa: un choque de estrategias
Samson Mow destacó el contraste entre El Salvador, que integra Bitcoin bajo la mirada del FMI, y la Unión Europea, que lo rechaza, advirtiendo que esta decisión podría afectar su competitividad en un mundo hiperbitcoinizado.
Según Mow, El Salvador ha logrado equilibrar su adopción de Bitcoin sin enfrentar conflictos con organismos internacionales, aunque persisten dudas sobre cuánto tiempo podrá sostener esta estrategia sin generar tensiones económicas y regulatorias más profundas.
En contraste, la Unión Europea apuesta por un modelo financiero y energético restrictivo, lo que, según Mow, podría volverse insostenible cuando Bitcoin se consolide como una herramienta clave dentro de la economía global.
Para Mow, la adopción de Bitcoin no es solo un avance tecnológico, sino un movimiento geopolítico, donde la energía y las decisiones políticas determinarán qué naciones lideran la transformación económica y cuáles quedan rezagadas en el proceso.