La salud no es inmune a los procesos transformadores de la innovación tecnológica. La realidad virtual y aumentada son dos buenos ejemplos de usos para garantizar el éxito de tratamientos de rehabilitación, la formación profesional y hasta la planificación de intervenciones quirúrgicas.
En la Argentina ya hay empresas dedicadas a este tipo de implementaciones. iProUP conversó con tres de ellas que, aunque con diferentes enfoques, coinciden que estas soluciones "revolucionan la salud".
La revolución de la salud
"La realidad aumentada está revolucionando diversas industrias y el sector salud no es la excepción", asegura a iProUP Damian Turkieh, director de Realidad 360 Argentina.
El ejecutivo considera que se trata de una tecnología que "brinda a los profesionales médicos la posibilidad de visualizar e interactuar con datos complejos de una forma más intuitiva y directa".
Pero no sólo eso, también facilita la formación profesional al posibilitar la realización de simulaciones realistas de cirugías y de procedimientos.
"La realidad aumentada se ha convertido en una herramienta muy eficaz", valora el especialista.
Mirai 3D genera réplicas de órganos para que los cirujanos se entrenen antes de realizar una intervención
Así, combina realidad virtual con video 360 y animación, realidad aumentada, salas inmersivas, metaversos, tours virtuales interactivos, el video volumétrico y webs 360 para salud y otras industrias, como del entretenimiento y consumo masivo.
Motmi, a su vez, utiliza la virtualidad semi inmersiva, aunque sin recurrir a gafas o cascos por advertir que podría resultar contraproducente en la rehabilitación neurológica.
Por lo tanto, optan por usar sensores corporales para trackear el cuerpo del paciente y recrear sus movimientos a través de un avatar 3D, en entornos lúdicos similares a los de un videojuego.
Sucede que no siempre el cerebro puede distinguir la diferencia entre una experiencia virtual y una real. Esto, que puede llevar a un sinfín de reflexiones sociales, se erige como un capital diferencial al momento de posibilitar el éxito médico.
"Está científicamente probado que el cerebro interpreta la realidad virtual como si fuese el entorno físico. Por ello, toda actividad física realizada de esa manera es igual de válida", precisa Ricardo Ruival, cofundador de Motmi.
El experto valora la posibilidad de llevar estas soluciones al hogar del paciente y resolver una problemática frecuente en esta población: la dificultad para movilizarse. Además, permite al terapista brindarle al paciente seguimiento remoto y en tiempo real, estadísticas, y más.
Motmi usa experiencias inmersivas para colaborar con los procesos de rehabilitación
En la mirada de Matias Biancucci, cofundador y CEO de Mirai 3D, la realidad aumentada sirve para la docencia y el entrenamiento médico, como solución complementaria a un tratamiento o, incluso, para prever situaciones que puedan surgir en medio de una cirugía.
Según el ejecutivo, "el impacto en el resultado del tratamiento suele tener diferencias significativas, según la patología".
"No es lo mismo aplicar realidad aumentada para operar un ligamento cruzado de la rodilla, donde no aporta mucho valor; que para planificar una nefrectomía parcial o cáncer de riñón, donde está demostrado que puede reducir significativamente las complicaciones, los tiempos quirúrgicos e incluso el sangrado", compara.
La tecnología aumenta el éxito
"Hoy estamos en pleno desarrollo de un proyecto de realidad virtual para dar herramientas al pasajero que padece la inhibición para volar y que requiere recuperar la libertad y el placer de viajar", admite Turkieh.
Y comparte un indicador que pincela el escenario: el 30% de los pasajeros de avión padece de miedo en alguna fase del vuelo: despegue, turbulencias durante el vuelo o aterrizaje.
"Por esto nos asociamos con el Dr. Claudio Plá, médico psiquiatra y psicoanalista con más de 40 años de experiencia", revela Turkieh, quien recuerda que Plá creó el método Poder Volar con el que hace 25 años brega por mejorar la calidad de vuelo de más de 8.000 personas.
Motmi, por su parte, nació como producto de la empresa cordobesa de software factory Geminus que, tras un spin-off, cobró independencia.
Allí, un equipo de diez personas da servicio a unos 80 clientes de la Argentina, como las fundaciones Fleni y Rita Bianchi, entre otras instituciones referentes; al tiempo que planifican su expansión a México.
Con la convicción de que la motivación condiciona el éxito de un tratamiento, tanto en relación a los pacientes como al personal de salud; Motmi ofrece una propuesta lúdica e interactiva y le permite al paciente proyectarse de forma virtual, en una rutina placentera.
La práctica de Mirai 3D es híbrida porque recurre a biomodelos físicos y soluciones de realidad aumentada que, utilizados dentro del quirófano, reducen la incertidumbre de la intervención.
"Ordenan la información obtenida de una tomografía o resonancia, y la muestran en 3D para simplificar la comprensión por parte del equipo quirúrgico. Es posible tocar, ver e interactuar en 3D los huesos, órganos, venas y arterias de cada paciente", valora Biancucci.
El experto propone imaginar esas implementaciones como un mapa que da precisión al momento de realizar una intervención y evitar posibles problemas.
"Es sumamente útil en la mayoría de las cirugías oncológicas complejas, en las que es crítico conocer con precisión la ubicación del tumor, sus límites y la relación con las estructuras cercanas para decidir, primero, si es posible realizar la resección; y luego, determinar cómo hacerla", ejemplifica Biancucci.
Son usos que hoy Mirai 3D ofrece junto a los equipos de urología del Hospital Alemán, el Instituto de Trasplantes de Alta Complejidad (ITAC), el Centro de Educación Médica e Investigaciones Clínicas Norberto Quirno (CEMIC), el Hospital Italiano y el Instituto Alexander Fleming, a través de un equipo de 10 personas, en su mayoría ingenieras e ingenieros biomédicos.
Se trata de una experiencia que ya llevaron a México, Centroamérica, Chile, Venezuela, España, Países Bajos, Reino Unido, Qatar y Pakistán, entre otros territorios.
Su propuesta más avanzada permite, por ejemplo, navegar los modelos 3D dentro de la misma consola robótica o manipular la anatomía sin contacto, con el solo movimiento de las manos del cirujano posibilitado por la combinación de un sensor especial en el que funciona, de forma integrada, un software de desarrollo propio.
"La tendencia involucra que este tipo de tecnologías se utilicen, cada vez más, en casos complejos y para entrenar a las y los cirujanos", adelanta el especialista de Mirai 3D.
Además, adelanta que se están trabajando para lograr modelos 3D inteligentes que permitan guiar en tiempo real al cirujano en plena intervención
Para Ruival, de Motmi, la tendencia de las estrategias de rehabilitación y el uso de soluciones tecnológicas, está condicionada por el gran envejecimiento poblacional y la imposibilidad de contar con la cantidad de profesionales necesarios; escenario en el que este tipo de herramientas facilitarán el acceso a la salud.