En un mundo cada vez más dependiente de la tecnología, ésta pasó de ser un lujo a una necesidad fundamental, equiparable a los servicios básicos como la electricidad o las telecomunicaciones.
Sin embargo, a medida que la tecnología se infiltra en cada aspecto de nuestra vida, surge un desafío crítico: garantizar que nadie quede atrás en esta rápida transición hacia la digitalización.
La revolución tecnológica, con la inteligencia artificial (IA) a la vanguardia, está remodelando cómo interactuamos, trabajamos y aprendemos.
Sin embargo, creó también una nueva división entre los que tienen acceso a estas herramientas avanzadas y los que no.
Este desfase no sólo determina quién puede participar en la economía digital, sino también quién puede beneficiarse de las oportunidades que ofrece.
Por lo tanto, la educación en tecnología se convertió en una necesidad crítica, tanto para mejorar la competitividad económica, como para cerrar la creciente brecha social.
A nivel global, los países que no logran integrar la educación en tecnología y en IA dentro de sus sistemas educativos corren el riesgo de quedarse atrás.
Nuevos desafíos
Estos países enfrentan desafíos económicos y también el peligro de ampliar la desigualdad entre sus ciudadanos.
La tecnología es un motor de crecimiento económico y, sin una fuerza laboral capacitada para manejar y desarrollar estas herramientas, un país no puede esperar competir efectivamente en el escenario internacional.
Iniciativas como Le Wagon demuestran cómo la capacitación intensiva en tecnología puede transformar la vida de las personas.
Los bootcamps que ofrece están diseñados para convertir a completos novatos en profesionales capaces de contribuir a la economía digital.
Estos programas proporcionan una vía rápida y efectiva para el desarrollo de habilidades críticas en tiempos donde la velocidad de aprendizaje es crucial.
Por su parte, Learning by Helping; utiliza la tecnología para democratizar el acceso a herramientas para la creación de proyectos educativos centrados en la sostenibilidad en la región.
La tecnología como catalizador
Esta organización aprovecha soluciones tecnológicas avanzadas para facilitar y ampliar el impacto de estas iniciativas, enfocándose en cómo la tecnología puede servir como un potente catalizador para el desarrollo sostenible.
Este enfoque ayuda a asegurar que las soluciones no solo sean efectivas, sino que también promuevan un cambio positivo y duradero en la sociedad.
La tecnología tiene el potencial de ser uno de los mayores igualadores en la historia de la humanidad, pero sólo si se gestiona de manera que todos tengan acceso a ella.
Es imperativo que los gobiernos, las empresas y las organizaciones civiles trabajen juntos para garantizar que la inclusión digital sea una prioridad global.
Esto significa proporcionar el acceso a la tecnología y a la vez, ofrecer la educación necesaria para utilizarla de maneraefectiva.
Sin tecnología, no existe la inclusión. Invertir en la educación tecnológica y asegurar elacceso universal a las herramientas digitales es una cuestión de desarrollo económico y de justicia social.
Cada persona, sin importar su lugar de origen, debe tener la oportunidad de participar plenamente en la sociedad de la información y beneficiarse de las oportunidadesque ofrece este nuevo mundo digital.
*Por Matías Karlsson, CTO deTraditum