La expectativa era que esta semana hubiera dictamen del Senado a favor de la ley de Economía del Conocimiento tal como salió de Diputados. Las aspiraciones de introducir cambios en pos de mejoras manifestadas en la última reunión de la comisión de presupuesto de la Cámara Alta se dejaron para la reglamentación.
Pero en la Argentina las cosas cambian de un día para el otro, y la temperatura política que está tomando la reforma judicial en el Congreso más los efectos de la marcha del 17A parecen estar empantanando otra vez la posibilidad de darle el último empujón a una norma que podría generar condiciones para crear más empleo, una necesidad cada vez más urgente por las consecuencias de la pandemia.
En la última reunión de comisión de presupuesto y hacienda del Senado, hace dos semanas, se decidió que se introducirían mejoras al texto aprobado en Diputados. El objetivo era que que las condiciones de promoción de las distintas actividades impulsadas a partir de esta norma heredera de la ley del software quedaran establecidas como cimientos permanentes para el desarrollo de la economía del conocimiento.
Estos son los principales sectores de la economía del conocimiento que podrían ampliarse a partir de la ley
El senador Martín Lousteau fue quien propuso introducir cambios a ese nivel. Pero luego se decidió que esas modificaciones se implementarían una vez que, con la ley aprobada, se encarara su reglamentación. Eso fue lo que iProfesional pudo obtener de distintas fuentes, legislativas y empresariales, hasta el martes. Fue lo que confirmaron desde el lado de Lousteau como también el propio senador Alfredo Luenzo, además de otras fuentes parlamentarias. Eco que se repetía entre las voces empresarias. El miércoles todo cambió
Los temores que azuzaban hasta entonces a las cámaras empresariales comenzaron a profundizarse. Al cierre de este artículo las certezas sobre la aprobación, esta semana, del dictamen de la ley de economía del conocimiento volvieron a derrumbarse. La falta de acuerdo vendría, ahora, desde el oficialismo que volvió a evidenciar sus grietas internas, especialmente de parte del kirchnerismo más duro y no porque hayan recibido una orden en esa dirección de la propia Cristina Fernández.
Política y necesidad
La política metió la cola, y la expectativa de tener un dictamen esta semana y una aprobación pronta de la ley que promete crear medio millón de puestos de trabajo registrados y de calidad en la próxima década comenzó a inquietar especialmente al sector privado.
La política es así. Cuando todo parece encaminarse en pos de un acuerdo se vuelve para atrás por los efectos secundarios de otras situaciones.
Es la razón por la que desde Argencon, la cámara que nuclea a las empresas de la economía del conocimiento, emitieron un comunicado en el que pidieron el tratamiento "urgente" de la ley, y en el que manifestó la "incomprensible demora" en avanzar en ese proceso. Especialmente, por tratarse de un sector que tiene la capacidad de generar empleo registrado y de divisas, cada vez más necesarias en un contexto donde el Gobierno ya no sabe a qué echar mano para dejar de perder las cada vez más exiguas reservas del Banco Central de la República Argentina (BCRA).
En el comunicado que este miércoles emitió Argencon recordó que la reforma de la ley de economía del conocimiento fue votada por la mayoría de Diputados en junio pasado y que desde entonces no logra avanzar en el Senado.
"Este mismo Gobierno, a través de su ministro de Producción, presentó al Congreso en marzo de este año el proyecto de reforma que ahora está siendo considerado, expresando que la economía del conocimiento forma parte central de política de desarrollo económico y fomento a las exportaciones que el país necesita en esta etapa. Hasta el propio presidente de la Nación se mostró a favor de los efectos de esta ley en todas las ocasiones en que fue consultado", señaló el comunicado de la cámara.
Sin olvidar, en este escenario, que este gobierno creó una subsecretaría de Economía del Conocimiento en el ámbito del ministerio de Desarrollo Productivo. Es decir, hay claridad en que parte de la economía debe impulsarse desde ese lugar pero, cuando la cosa llega al ámbito legislativo, siempre pasan cosas que impiden alcanzar la coherencia.
El impasse en el que se encuentra hoy la ley respondería al hecho de que los senadores no tienen órdenes de votarlo. Es decir, no hay quien se oponga pero tampoco nadie que tome la decisión del "muchachos vamos para adelante". Y, como se dijo, el kirchnerismo más duro sería el que, en este caso en particular, se habría vuelto más papista que el Papa, y no quiere entregar la ley, tal como señalaron fuentes consultadas.
El comunicado de la cámara también recordó que las modificaciones que se incluyeron en el nuevo texto fueron apoyadas por el sector privado y recordaron los perjuicios que la demora está provocando a esta parte del aparato productivo, aun cuando se trata de servicios al ciento por ciento.
Conocimiento, orgullo y contradicciones
"El desconcierto es aún mayor cuando vemos que en los últimos meses, aún en medio de una gran recesión general, fueron las empresas del conocimiento las que mejor desempeño han tenido, manteniendo los niveles de ocupación y de empleo. Y una de las industrias de la Economía del Conocimiento es la que ha dado la mejor noticia al país en los últimos tiempos, como lo fue el anuncio de la producción para toda Latinoamérica de la vacuna contra el COVID en uno de los principales laboratorios de Argentina", agregó.
A esto podría sumarse que, en los próximos días, la Argentina lanzará al espacio el Saocom 1b, de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE) de la mano de SpaceX, una de las empresas de Elon Musk, a finales de este mes. Las actividades espaciales y satelitales forman parte de las promocionadas en la ley de economía del conocimiento, y sus polos de desarrollo se concentran principalmente en Río Negro, Córdoba y, desde este año, en La Plata, donde la universidad nacional abrió la carrera de ingeniería espacial.
La cámara que nuclea a las empresas de software y servicios informáticos (CESSI) también viene reclamando desde hace semanas la aprobación de esta ley. Se trata de uno de los sectores que aporta un tercio de los u$s6.000 millones que, hasta ahora, venía generando el sector, aunque con un ritmo estancado en los últimos años. De ahí la necesidad manifestada por las compañías para concretar la promoción e impulsar a nuevos sectores con este marco.
Las actividades espaciales y satelitales están incluidas en la promoción de la economía del conocimiento
Desde ese espacio señalaron que las empresas, pese a haberse mantenido en actividad en medio de las restricciones por la pandemia, abordarán un segundo semestre con serias dificultades que podría provocar la pérdida de más de 11.000 puestos de trabajo, la caída de más de $33.000 millones en facturación y una disminución del PBI de 3 a 5 puntos porcentuales en exportaciones. El sector exportó por u$s1.800 millones al cierre de 2019.
Otro punto que advirtió el comunicado de Argencon es que si el Senado no aprueba la ley votada en Diputados se cierne más incertidumbre sobre la viabilidad legislativa de la nueva norma. "Y si finalmente no fuera aprobada, contradiciendo todas las votaciones anteriores, dejaría al Poder Ejecutivo en potestad de volver a regular la Ley 27.506, votada el año pasado, que aún está vigente y cuya reglamentación ha quedado en suspenso hasta la resolución de su reforma", agregó el comunicado.
Esa ley fue la que, particularmente, el oficialismo quiso derrumbar por considerar que se beneficiaba más a las empresas grandes y a las multinacionales del conocimiento que operan en el país, que a las pymes.
Hoy, ante este contexto, la falta de aprobación de la norma que, en la visión final, era más equitativa en términos de obligaciones fiscales para las empresas de acuerdo a su tamaño, tampoco tiene chances de avanzar. Al menos hasta el momento en que este artículo se cerró. Y las perspectivas ante la discusión de la reforma judicial y otras definiciones en materia política que se avecinan podrían impedir la aprobación de la ley.
La preocupación de los distintos sectores de la economía del conocimiento radica en que los países de la región y del mundo también se preparan para ser más competitivos en este segmento, especialmente a partir de las consecuencias que dejará la pandemia. La pérdida de competitividad de la Argentina impedirá que el sector continúe desarrollándose cuando tiene altas oportunidades de hacerlo.