Cualquiera creería que una compañía de 13 años de edad con una valoración de u$s9.000 millones de dólares sería un caso de éxito que ya habría más que probado su importancia, pero el duelo entre el gobierno estadounidense y la empresa Theranos demuestra que el éxito verdadero no se mide por el dinero sino por la cultura del negocio.
La firma de biotecnología Theranos era un unicornio, es decir, una empresa que había logrado gran crecimiento y ganancias en relativamente poco tiempo (como Uber). La empresa de Palo Alto, California, desarrolló un dispositivo portátil llamado Edison que hacía análisis de sangre con solo un piquete de dedo.
Esta tecnología, que prometía baterías completas de estudios sin tener que obtener tubos de sangre vía intravenosa, llevó a su fundadora Elizabeth Holmes a recaudar u$s400 millones de dólares de inversionistas, valuando la compañía en u$s900.000 millones.
A finales del año pasado, el autor Steve Tobak llamó a la fundadora de Theranos "La peor emprendedora de 2015". ¿Cómo fue que lo que parecía ser una gran historia de éxito se echó a perder?
Las historias de fracaso también son una fuente de inspiración para los emprendedores.
Los aprendizajes
Más allá de tener una gran historia de fracaso que sirve de "no ejemplo" para el resto de los emprendedores, toda la historia de Holmes deja grandes enseñanzas:
1. Los consejeros talentosos son inútiles si no eres honesto
A pesar de rodearse de mentores sobresalientes, Holmes no pudo beneficiarse de sus consejos. Como se ha alegado en una serie de informes, Holmes mantuvo a los empleados y asesores en la oscuridad sobre los desafíos que enfrentaba su organización.
Si Holmes hubiera elegido recurrir al consejo de sus directivos, podría haber sido capaz de evitar el desastre.
2. La transparencia es clave para asociaciones comerciales sólidas
La Comisión de Seguridad y Cambio (SEC, por sus siglas en inglés) alega que Holmes engañó a los socios comerciales como el gigante de la farmacia Walgreens. Holmes afirmó que el minilaboratorio de Theranos era capaz de evaluar aproximadamente 200 enfermedades. El informe de la SEC muestra que, en realidad, el dispositivo podría detectar aproximadamente 20 enfermedades.
La única forma de entrar en una asociación comercial es con total transparencia. Todo lo que no sea así condena al fracaso la relación en el momento en que la verdad sale a la luz. Después de todo, las relaciones comerciales son como cualquier otra: prosperan sobre la base de la verdad.
3. La obtención de capital no es una panacea
En 2010, Theranos recaudó 45 millones de dólares en capital de inversión. En los siguientes ocho años, la compañía recaudaría un total de 400 millones. Muchos empresarios cometen el error de suponer que la obtención de capital resolverá los desafíos más significativos de una empresa.
Lo cierto es que recaudar capital de inversionistas también puede exacerbar los problemas existentes, especialmente si están relacionados con la cultura de la empresa o con fallas en el liderazgo.
4. El público ama a los líderes que se disculpan públicamente
Elizabeth Holmes eludió sus responsabilidades como líder de una organización que supuestamente se centraba en ayudar a las personas de forma económica llevar vidas más saludables.
Ella parece haber creado intencionalmente una organización altamente secreta que operó en las sombras del mundo de la tecnología durante aproximadamente 10 años. En el camino, manipuló a inversionistas, socios comerciales y periodistas mientras ofrecía a sabiendas un producto que no era confiable.
5. Falla rápido o fallarás grande
Como se mencionó anteriormente, Holmes optó por operar en "modo sigiloso" durante casi 10 años de la historia de su compañía. Al elegir operar en secreto y retener información importante de empleados y asesores, Holmes puede haber perdido su oportunidad de fallar rápidamente. Como resultado, ella y su compañía fallaron en grande.
6. Lo que dices a los medios puede tener consecuencias legales
El primer punto de la demanda presentada contra Elizabeth Holmes por la SEC menciona que Holmes engañó intencionalmente a los miembros de los medios para representar falsamente la tecnología de Theranos.
Cuando los tiempos se ponen difíciles, en lugar de optar por el engaño y la manipulación, debes apostar por la transparencia. Acercarte a tus asesores, socios y empleados para pedir consejo y ayuda a menudo es la mejor manera de superar las dificultades profesionales.
La historia
La historia de Holmes tiene todos los elementos de una película de Hollywood (de hecho, Jennifer Lawrence la va a interpretar). A los 19 años, la emprendedora abandonó la Universidad de Stanford para revolucionar la industria de diagnósticos de laboratorio (que vale u$s76.000 millones) con un dispositivo de bajo costo que diera resultados en tiempo real a los consumidores.
Eso fue 2003. Una década después, su empresa Theranos tenía convenios con farmacias de Walgreen y había reunido varios millones de inversionistas conocidos. Mientras, Holmes salía en la portada de muchas revistas, programas y páginas web de negocios, desde Fortune hasta Businessweek, donde se le reconocía como la multimillonaria modelo de la nueva generación.
Pero en febrero de 2015 las cosas empezaron a cambiar. John Ionnidis, un profesor de la Escuela de Medicina de la Universidad de Stanford, escribió una carta a la Asociación Médica Americana donde acusaba a Theranos de usar la atención de la prensa para crear emoción en el público y no someterse a la revisión de la comunidad médica, proceso típico para cualquier innovación biomédica.
En octubre de ese año la controversia comenzó a seguir a Theranos cuando el diario The Wall Street Journal cuestionó la efectividad y precisión del aparato Edison, diciendo que exageraba sus servicios. El artículo escrito por el dos veces ganador del Premio Pulitzer John Carreyrou destruyó la credibilidad de la compañía, que respondió diciendo que Edison podía identificar hasta 240 desórdenes de salud, todo con un simple piquete. En realidad Edison solo puede procesar 15 tipos de tests.
Entonces, la presa del escepticismo se desbordó y las personas comenzaron a cuestionar la calidad y la ética de Theranos. Surgieron varias investigaciones que demostraban que gran parte de los exámenes de Edison estaban mal y que los laboratorios de Theranos no pasaban las pruebas de seguridad e higiene. Cómo la compañía nunca había solicitado una licencia sanitaria del Food and Drug Administration (FDA), la agencia decidió hacerles una visita sorpresa.
Theranos se volvió loco tratando de mejorar su metodología para agradar al departamento de higiene, pero sus esfuerzos no fueron suficientes. El 7 de julio pasado, el gobierno estadounidense le retiró las pocas certificaciones que tenía y le prohibió su CEO, Elizabeth Holmes, operar laboratorios por al menos dos años.
¿Qué significa todo esto? Que Theranos realizó análisis de sangre a miles de personas antes de tener una tecnología adecuada. Sobrevalorar las virtudes un producto no es tan grave cuando se trata de una aspiradora o una plancha, pero cuando el resultado puede alterar la calidad de vida de un paciente, es otro cantar.
Tras una década de desarrollo la tecnología simplemente no funciona
Con todo esto, de frente a un escándalo que amenazaba con destruir el trabajo de su vida, Holmes decidió hacer todo lo que no se debe de hacer durante una crisis y negó que cualquier cosa estuviera mal y se dibujó a sí misma como la víctima de grandes corporaciones que no querían que ella y su producto cambiaran la industria.
En una entrevista con la NBC, Holmes dijo "Esto es lo que sucede cuando quieres cambiar las cosas. Primero piensan que estás loca, luego te combaten. Finalmente, cambias al mundo. Debo decir que me sorprendió que el WSJ publicara tan mal artículo…"
Esa había sido la firme postura de la compañía frente al escándalo. Incluso cuando salieron a la luz más estudios, reseñas y pruebas que demostraban la poca calidad de Edison, Holmes y Theranos mantenía que el artículo del Wall Street Journal era "poco certero, engañoso y difamatorio", que Carreyrou buscaba hacerles daño y que muchas quejas surgieron de exempleados molestos y empresarios corruptos.
Seis meses después cambió su discurso. En una segunda entrevista con NBC, Holmes dijo "Todo lo que pasa en esta compañía es mi responsabilidad. Me siento devastada por no haber notado los errores a tiempo para arreglarlos". Juró que trabajaría para reconstruir su laboratorio desde sus cimientos y asegurar que nunca jamás pasara algo similar.
La entrevistadora, la famosa Maria Shriver, le contestó, "Manejas una startup de salud, estás jugando con la vida de las personas. Los doctores prescriben medicinas basándose en los resultados de los análisis de sangre que dan tus aparatos. Uno asumiría que el dispositivo estaría más que perfeccionado".
"Absolutamente", respondió Holmes. "Y lo más devastador de todo esto es que en verdad creímos que así era", según consigna Entrepreneur.
Tras una década de desarrollo la tecnología simplemente no funciona. Cuando la verdad salió a la luz, Holmes se dedicó a atacar a sus acusadores. Después, de la nada, decide admitir sus errores y promete arreglar sus fallos. Dice ser responsable, pero en la misma entrevista parece querer demostrar que ella realmente no sabía qué estaba pasando.
Dorothy Crenshaw, fundadora de la consultora de relaciones públicas Crenshaw Communications, indica que el caso de Holmes demuestra que "en algún punto de su historia, Theranos empezó a creer su propio PR y pensó que pronto podría alcanzar la expectativa de la gente".
A pesar de la gran cobertura de medios y las valuaciones tan exageradas que alcanzó, la situación actual de Theranos demuestra qué pasa cuando la honestidad y transparencia no son parte del ADN de una compañía.
Si la empresa hubiera sido abierta sobre cómo funcionaba su tecnología o el hecho de que le faltaba desarrollo, no estaría acabada.
¿En cuanto a Holmes? De acuerdo con Forbes, la valuación de la joven CEO pasó de u$s4.500 millones de dólares a cero ya que, tras cambiar su estimación de valor de la empresa de u$s9.000 millones a u$s800 millones, se dio a conocer que Holmes posee acciones comunes, lo que significa que recibiría dinero solo hasta que los inversionistas hubieran recobrado su capital.