Conseguir financiamiento en Argentina es siempre una tarea complicada. Más aún cuando el negocio está naciendo o sólo se trata de una buena idea que requiere de capital para concretarse.
En esas etapas iniciales, aparece lo que se conoce como venture capital o capital de riesgo. Es decir, fondos cuyo objetivo específico es financiar emprendimientos, aunque sepan que muchas de las compañías incipientes a las que apuestan terminarán naufragando en pocos meses o años.
En la Asociación Argentina de Capital Privado, Emprendedor y Semilla (Arcap) tiene como objetivo promover el desarrollo de esta industria en el país y nuclea a buena cantidad de inversores dispuestos a colocar capital en la puesta en marcha de las compañías.
"Reunimos a distintos fondos que son parte del financiamiento. Tenemos incubadoras, aceleradoras, company builder, venture capital studios, fondos semilla y fondos de capital emprendedor", explica a iProUP su director ejecutivo, Juan Manuel Giner González.
Y resalta: "Todos, en estadíos más tempranos o más avanzados, apoyan a los emprendedores a través del financiamiento, que se traduce en otorgar un monto de dinero por un porcentaje del capital accionario que siempre es minoritario. Entre el 5% y el 15%, dependiendo de la ronda, el tipo de ronda y el total a invertir".
De acuerdo con datos de la asociación, entre 2016 y 2019 hubo cerca de 300 operaciones de "fondeo", que incluyen financiamiento de capital de riesgo y capital semilla (hasta $1 millón). Los montos, en tanto, crecieron casi 150%.
Uno de los miembros de Arcap es Globant Ventures, que ya invirtió u$s1 millón en 6 empresas argentinas. Su operating partner, Gustavo Martello, comparte parte de la visión de la compañía.
"Hacemos inversiones minoritarias, de entre u$s100.000 y u$s200.000 en startups de base tecnológica que están en una edad temprana y con ganas de expandirse al resto del mundo. Somos una aceleradora y creemos que nuestro mayor aporte pasa por una red de mentores que ponemos a disposición. Además, les ofrecemos el contacto con nuestros clientes", cuenta.
En el mercado de capitales
Hasta ahora, el financiamiento emprendedor siempre dependía del capital privado. Pero el panorama cambió con el primer lanzamiento de un instrumento público de inversión en startups.
Se trata del fideicomiso Cites (Centro de Innovación Tecnológica, Empresarial y Social), el primero dedicado al venture capital en Argentina. En su salida al mercado, recaudó u$s24 millones.
Su objetivo es financiar proyectos en estadíos tempranos de empresas. Por tratarse de un instrumento nuevo que no puede asegurar una rentabilidad -ya que depende del éxito de las compañías a las que apuesta-, este fideicomiso está restringido a financistas calificados. Entre ellos, participaron el BID y el Grupo Sancor Seguros.
Cites es una iniciativa de la aseguradora santafesina y funcionaba desde 2013 en la órbita del capital privado. Desde ese entonces, analizó más de 1.000 startups y mentoreó a unas 50.
En diálogo con iProUP, el CEO de Cites, Nicolás Tognalli, explica: "Esta vez se invertirá en 32 compañías. Ya lo hicimos en 11 empresas y otras cuatro están aprobadas para hacer el desembolso. Faltan 17 a las que iremos apostando en los próximos 3 años".
Según indica el ejecutivo, el desembolso que hace Cites en cada proyecto es de alrededor de u$s500.000 y pueden hacer un aporte adicional de seguimiento por hasta u$s400.000.
La sede de Cites, ubicada en la ciudad Santafesina de Sunchales
Con respecto a la dinámica para acceder a este nueva vía de financiamiento, Tognalli cuenta que el primer contacto puede ser en forma directa, en eventos o a través de centros educativos o de emprendedores con los que se relaciona el fondo.
"También tenemos planes específicos de captación. En el último se presentaron 100 participantes. Hacemos un programa de mentoreo de cuatro meses, con webinars y tareas semanales para ir puliendo las oportunidades y presentarlas ante el comité de inversión", comenta.
En ese momento, se define el plazo en que Cites ingresa como accionista al proyecto. Luego, el esquema pasa por la aprobación del comité, se realiza la inversión y empieza la incubación.
"Como somos inversores en etapas tempranas, estas empresas tienen un riesgo de management importante. La incubación lo minimiza porque las dota de capacidades de gestión, liderazgo y, a la vez, se desarrolla el producto", indica Tognalli.
Si bien Cites puede permanecer hasta 10 años como accionista de la firma, tras los primeros 24 meses la inversión inicial se termina y la empresa debe buscar una nueva ronda de capitalización. En ese momento, deja la incubadora instalada en la ciudad santafesina de Sunchales y puede instalarse en el lugar que prefiera.
Desafío regulatorio
La puesta en marcha de un fideicomiso de venture capital con oferta pública resultó un desafío en cuanto al marco normativo, que muchas veces se presenta como poco flexible para vehículos de inversión que financian a empresas nacientes.
Tal es así que la aprobación de Cites llevó a la Comisión Nacional de Valores (CNV) a repensar la regulación para apostar por los emprendedores a través del mercado de capitales. "Al no haber régimen específico de venture capital, el análisis presenta ciertas dificultades técnicas que hubo que sortear", reconoce Matías Isasa, director del ente regulador del mercado de capitales.
Y ejemplifica: "En la normativa hay procesos de auditoría que exigen la presentación de balances. Eso es de muy difícil cumplimiento cuando estamos hablando de iniciativas que todavía no tienen un ordenamiento jurídico. A veces, el régimen general resulta muy estricto".
La Comisión Nacional de Valores trabaja en un marco regulatorio específico para el venture capital y el crowdfunding
El funcionario indica que, a partir de esta experiencia y en el marco de una mesa de nuevos productos dentro de la CNV, se propusieron "pensar una normativa específica para los fondos y fideicomisos de venture capital".
Isasa afirma que tras lo ocurrido con Cites, en reuniones con Arcap, varios jugadores se mostraron interesados en seguir el camino hacia la oferta pública.
Por eso, el organismo prepara una normativa específica que unificará la norma sobre venture capital y la regulación anterior sobre crowdfunding (financiamiento colectivo), destinada a financiar proyectos más pequeños.
"Durante agosto estará redactada y la pondremos en consulta pública, para que los actores del mercado nos den sus opiniones", anticipa Isasa, a la vez que recalca la mirada federal de los nuevos productos financieros que impulsará el organismo.
Crisis y oportunidad
De acuerdo con los voceros consultados, el contexto económico argentino, que ya venía complicado y sumó la crisis por la pandemia, puede beneficiar al ambiente emprendedor.
"La situación actual muchas veces genera oportunidades para personas que quizá se quedaron sin sus antiguos trabajos y ven en las startups una alternativa para aportar su conocimiento sobre industrias que conocen. U otras que se dedican a emprender y a formular desde el comienzo un proyecto", afirma Tognalli.
Martello, en tanto, subraya: "Con esta nueva realidad, las startups que estaban en el negocio de la digitalización y la transformación digital están muy bien. El gran problema que tienen hoy es dar soporte a la demanda que están recibiendo".
En el extremo opuesto, admite que "hay otras startups que están muy arraigadas a la actividad económica del país y están muy quietas".
"En general, ha bajado la cantidad de emprendedores porque no todas las startups pueden sobrevivir a este contexto y, también, porque hay muchas que están repensando su negocio para enfocarlo a la nueva normalidad", explica el vocero de Globant Ventures.
A su turno, Isasa opina: "Argentina tiene ventajas importantes en el sector. Hay un buen nivel educativo y académico y la gente es muy creativa. El contexto ciertamente no es el mejor. En general, es negativo pero me parece que hay oportunidades en esta adversidad para pensar que el sector puede despegar".
En un momento de crisis, los inversores salieron a apoyar a las startups a las que habían financiado en años anteriores
El funcionario argumenta que esa oportunidad no viene solo de la mano del talento de los emprendedores, sino también de una cuestión financiera.
"Nuestra economía se volvió muy competitiva con el salto cambiario, lo que hace que el costo doméstico de los proyectos pueda ser bastante más bajo que en otros países de la región", dice.
No obstante, admite que, pese a la mayor competitividad, para los fondos internacionales es "una decisión difícil apostar por Argentina". Desde el punto de vista de los inversores, Giner González explica que en los últimos meses pudo haber una desaceleración en la apuesta por nuevos proyectos.
"Sin embargo, esto no se debe a que se haya recortado el financiamiento sino a que, con motivo de la pandemia, los fondos salieron a apoyar a las startups en las que ya habían invertido durante los años anteriores. Esperamos que eso se regularice en el segundo semestre", concluye.