La pandemia global de coronavirus COVID-19 generó un crecimiento exponencial de la demanda de puestos vinculados a la industria del conocimiento en diferentes empresas a lo largo del planeta. En ese contexto, la Argentina no fue la excepción.
Las medidas de aislamiento y distanciamiento social apuntalaron la expansión del trabajo remoto o teletrabajo y, con él, la necesidad de contar con perfiles "digitales" de todo tipo. La prolongación de la cuarentena generó que la demanda creciera aún más y dejara expuesta la necesidad de contar con profesionales capacitados.
Actualmente, en la Argentina existen diferentes instituciones y proyectos educativos que brindan la posibilidad de capacitarse de forma intensiva y obtener una rápida salida laboral. Incluso, algunos de ellos cuentan con acuerdos especiales para promover y ofrecer sus mejores talentos o "diamantes en bruto".
Clases online, algunas en vivo, capacitaciones intensivas, desarrollo de aplicaciones en talleres compartidos son algunas de las actuales propuestas que ofrecen estos lugares con el objetivo de captar la atención de los jóvenes.
Modelos de capacitación: las propuestas
Martin Borchardt tiene 31 años y es el fundador de Henry, un proyecto educativo que cuenta con varios diferenciales.
Los aspirantes, luego de un período de prueba que se prolonga durante 30 días y conseguir aprobar el examen de ingreso, pasan a formar parte de un curso de cuatro meses.
¿Las ventajas? Pese a la intensidad y complejidad de las clases, Borchardt destaca que "puede decirse que que en menos de tres meses, luego de que un joven se gradúa en Henry, tiene grandísimas chances de conseguir trabajo".
Martín Borchardt, fundador de Henry: "En menos de 3 meses, nuestros egresados tiene grandes chances de empezar a trabajar"
Y acá viene la otra parte interesante del proyecto. Henry entrena a los aspirantes, en principio, sin ningún tipo de costo. "Eso sí, una vez que el joven consigue un empleo, tomará un 15% de su sueldo durante unos dos años. Ese dinero sirve para pagar la capacitación que el joven adquirió", resalta Borchardt, en diálogo con iProUP.
Otro caso es el de Alkemy. Según indica a iProUP Jean Pierre Saint-Hubert, fundador y gerente de Marketing (CMO) de la firma, "es una plataforma de entrenamiento en donde desarrolladores de software aceleran y certifican sus habilidades como programador junior. Las empresas que trabajan con nosotros acceden a talento job ready de primera mano".
A diferencia de Henry, Alkemy toma a profesionales que vienen de los Boot Camps y de las tecnicaturas de las universidades y, en un curso que se prolonga por hasta diez semanas, le brinda herramientas y metodologías ágiles a los alumnos.
"Son personas que tienen una gran formación académica y teórica pero qué les falta esa experiencia práctica, la experiencia real y los sumergimos en estos laboratorios de práctica", detalla Saint-Hubert.
Federico Repetto (CEO), Agustina Fernández Cortés (Comunidad), Jean Pierre Saint-Hubert (CMO), Santiago Russo (Business Development); y Valentina Aragona (COO)
Desde Alkemy resaltan que están preocupados en el impacto social. "Los chicos trabajan en el desarrollo de códigos para diferentes ONG para devolverle a la sociedad parte de lo que necesita", remarca.
"Actualmente, el laboratorio de prácticas es 100% gratuito, bonificados gracias a la confianza de los Alkemy Partners. Es decir, empresas de todo el mundo que confían en nosotros. Tampoco se requiere que los alumnos abonen ningún tipo de concepto a Alkemy a la hora de conseguir trabajo", destaca.
Tomas Escobar (31) es CEO y cofundador de Acámica, una academia que acompaña a las personas en el proceso de aprender tecnología. "Desafiamos a los estudiantes a superarse de forma constante con carreras intensas, mediante una experiencia ágil y conectada, con el acompañamiento de expertos de la industria", explica en diálogo con iProUP.
Acámica corre en la actualidad "programas de becas" con distintas empresas aliadas como, por ejemplo, Globant, mediante la cuál ya otorgó unas 350 ayudas económicas entre 2019 y 2020 y con entidades como Sumanti y Protalento, en Colombia.
Tomás Escobar, CEO y co-fundador de Acámica
"Además, tenemos becas parciales para alumnas, en una iniciativa de sumar a más mujeres al ámbito tecnológico, en el que hoy representan una minoría", precisa.
Escobar apunta que, a diferencia de otras propuestas educativas digitalizadas u on demand que se enfocan únicamente en habilidades técnicas, "nuestro modelo educativo replica entornos profesionales de tecnología para desarrollar las habilidades y competencias digitales que se necesitan para ser protagonista en un mundo cambiante, conectado y colaborativo".
"En lugar de profesores, contamos con mentores que son expertos de la industria que trabajan en otras compañías tecnológicas y guian tu aprendizaje. No tomamos exámenes, sino que los estudiantes desarrollan sus propios proyectos y reciben feedback de profesionales", añade.
El directivo destaca que se trata de "una experiencia desafiante" pero que se adapta a la vida laboral de los estudiantes, con lo mejor de aprender conectados. Actualmente, son encuentros semanales que tienen una duración de una hora. Luego, los jóvenes pueden continuar por su cuenta, con complementos asincrónicos en la plataforma.
"Siempre estamos explorando distintas opciones de financiamiento, sabemos que es una de las principales barreras para que más personas puedan sumarse a la industria. Una de éstas, que profundizamos en este año, es través de becas financiadas directamente por compañías, con costo cero o muy bajo para el estudiante", insiste.
Por su lado, Christian Patiño, founder de CoderHouse de Coderhouse, explica que la propuesta de la entidad es ser una "escuela de habilidades digitales" que, a diferencia de otras, comenzó con la realización de lecciones "de forma presencial".
"Dábamos clases en coworkings y desde agosto de 2019 pasamos a ser una escuela 100% online y ya no tenemos nada más presencial. El online en vivo es uno de nuestros diferenciales. Se dan las clases en determinado día y horario y la gente tiene que asistir a ellas en vivo", explica.
Patiño resalta que Coderhouse fue la primera escuela de tecnología que inició el camino de las becas. "Al pasar todo nuestro proyecto a online, aun antes de la pandemia, nuestros costos bajaron un montón por no tener que pagar por un espacio físico. Por eso nos pareció mucho mejor trasladar toda esa reducción directamente al alumno, ya que nuestra misión es democratizar la educación", explica.
"Creemos que cualquier persona puede acceder a un curso de calidad. Por eso, pensamos que bajando o dando becas del 70% u 80%, logramos que más gente pueda acceder a educación, avanzar en su carrera y mejorar su futuro" resalta.
Christian Patiño, founder de CoderHouse
Y añade: "Ya de por sí damos un descuento muy grande, una beca muy grande, por lo cual ya se hace accesible. No creemos que sea necesario no cobrar. Si bien esa metodología está muy buena, creemos que lo mejor es que el alumno no tenga ningún compromiso con la escuela".
Para Patiño lo importante es que puedan hacer los cursos, pero que no se sientan presionados luego en sí o sí conseguir un trabajo.
"Brindamos flexibilidad. Acá no es necesario que dejes tu trabajo o lo que la persona está haciendo para estudiar cuatro cinco nueve meses full time. Nuestros cursos son súper flexibles. Además, ofrecemos un servicio (pago) para conseguirle trabajo a los alumnos. Después de algunos meses, si eso no sucede, se les devuelve el dinero. De todos modos, en un futuro cambiará esa metodología", completa.
Los cursos más buscados, motivos y números
Desde SoyHenry, Borchardt precisa que "en una relación de 9 a 1, la carrera elegida por los jóvenes argentinos es la de Fullstack Web Developer".
"¿El motivo de la alta demanda? La salida laboral. Los graduados adquieren conocimientos sobre Backend, FrontEnd y Base de datos. Es decir, les da un abanico amplio de posibilidades laborales", añade.
El fundador de SoyHenry precisa que existen grandes diferencias entre quiénes contratan a un chico egresado.
"Si te contratan desde EE.UU. para un puesto de los que hablamos anteriormente, el joven ingresa con un sueldo promedio de entre uSs1.500 y u$s2.000. Si es contratado desde Colombia o México, entre u$s1.000 y u$s1.400. En cambio, si consigue trabajo en Argentina, donde la moneda está tan devaluada, los salarios rondan entre $80.000 y $120.000. Al pasarlo a dólares serían unos u$s700", grafica.
En 2020, egresaron unos 200 alumnos. "En abril pasado fue el primer cohorte, y egresaron en julio y agosto. En los primeros días de diciembre, en tanto, egresaron otros 80 alumnos", detalla.
"Desde que arrancamos ya más del 80% de egresados consiguió empleo. Puede decirse que en menos de 3 meses de graduarte en Henry tenés grandes chances de conseguir trabajo", insiste.
Desde Acámica, Escobar remarca que "con distintas audiencias, tanto nuestra carrera de Desarrollo Web Full Stack, como la de Data Science cuentan con el mayor interés".
"En 2020, contamos con 3.000 estudiantes en carreras de todas partes de América Latina. Tanto el mundo del desarrollo de software como el de datos tienen enormes oportunidades de crecimiento", precisa.
Por otro lado, Patiño detalla que Coderhouse arrancó como una escuela de programación y después creció mucho". "Ahora tenemos Diseño, Marketing, Growth Marketing, Product Management, E-commerce, Photoshop y muchas habilidades más", remarca.
"En 2020 tuvimos más de 17.000 alumnos nuevos. Hoy en día nuestra carrera con más inscriptos es la Diseño UX/UI. Pero está muy cerca también la programación Full Stack y la carrera de Marketing Digital. Son como las tres ramas que mayores inscriptos tienen todos los meses", remarca.
Y concluye: "Se trata de carreras cortas, bastante prácticas, y con salida laboral bastante amplia y rápida. Son muy accesibles y que en poco tiempo permiten empezar a trabajar en cualquier empresa de tecnología radicada en el país u otra parte del mundo".