Craig Newmark es el cerebro detrás de Craigslist, el sitio de anuncios clasificados más popular del mundo, que registra más de 50.000 millones de páginas vistas por mes y que llevó al autodenominado "nerd de la vieja escuela" a convertirse en un verdadero multimillonario devenido en filántropo.
Fanático de la observación de pájaros, la ciencia ficción y los chistes, este verdadero "outsider" del emprendedurismo también suele pasar sus días entre viajes (ahora restringidos por la pandemia) y charlas en las que impulsa distintas iniciativas a las que apoya.
O, según sus propias palabras, "haciendo lo que pueda para respetar y apoyar a las personas que luchan por proteger los valores a los que aspira Estados Unidos: justicia, oportunidad y respeto".
Alejado de la tradicional figura del "empresario capitalista", para este hippie contemporáneo (aun hoy, al entrar a su web se puede ver el símbolo de la paz al lado de la URL) el dinero lejos está de ser su objetivo.
De hecho, su empresa se sostiene con una estructura mínima de 50 personas, sin más publicidad que el boca a boca, y sin innovaciones de diseño: al entrar a la home, la interfaz parece del siglo pasado.
Sin embargo, esto parece ser suficiente para Newmark, que tiene una fortuna estimada de u$s1.600 millones gracias a su sitio que genera u$s690 millones al año, principalmente por cobrar por anuncios de todo tipo: su top 3 en recaudación está compuesto por servicios para adultos, alquiler de departamentos y ofertas de trabajo de todo tipo.
Todo empezó con un newsletter
Newmark nació en el pueblo de Morristown, New Jersey, en 1952, en el seno de una familia de clase trabajadora con constantes problemas de dinero. Su interés por las máquinas y los sistemas lo llevaron a la modesta universidad de Case Western Reserve, en Ohio, donde estudió Ciencias de la Computación. Luego de graduarse entró a trabajar en IBM, donde hizo una carrera de 18 años.
Por su trabajo en la multinacional se mudó varias veces. Pasó por Florida, luego por Detroit, hasta que finalmente se estableció en San Francisco, en 1993, a minutos de Silicon Valley. Eran los primeros años de lo que serían los futuros tanques de Internet, y Newmark fue un testigo de esa época.
Recién instalado en la gran ciudad de la costa oeste, decidió confeccionar un listado de las actividades culturales y tecnológicas que le interesaban, que luego enviaba por mail a sus amigos y compañeros de trabajo todas las semanas.
El interés por este pionero de los newsletter digitales creció rápidamente. Su nombre era "San Francisco Events", pero pronto sus propios lectores lo rebautizaron como "Craig’s List". Para 1995, atento al éxito de la propuesta, decidió transformarlo en un negocio, aunque apenas lo monetizaba: su lema era "hacerlo bien haciendo el bien".
Se fueron sumando secciones y la plataforma se transformó poco a poco en una web para encontrar información comercial, social, avisos laborales y más. Era la clásica sección de avisos clasificados del diario pero llevada a Internet.
Newmark cree que su sitio es un servicio a la comunidad y cree que la clave del éxito es la generosidad
El éxito, sin embargo, se debía a que la mayoría de los anuncios era gratis. Solo algunos se cobraban (como las ofertas de trabajo, de inmuebles o de autos) a una tarifa que oscilaba entre los u$s7 y u$s75. El proyecto de Newmark, poco a poco, iba ganando relevancia: primero se expandió a todo EE.UU. y luego al resto del mundo, alcanzando presencia global, con más de 70 mercados.
Eran los primeros años de la web, repleta de oportunidades. Antes de que el concepto de eCommerce se instalara en la mente de millones de personas, el "hippie de New Jersey" ya había sentado las bases para el gigantesco negocio que eclosionaría en los años siguientes.
Sin embargo, aunque la oportunidad era enorme, a Newmark nunca le interesó cobrar más por sus anuncios para multiplicar sus ingresos, ni vender su idea a algún gigante tecnológico por miles de millones o, incluso, salir a la Bolsa.
Los potenciales compradores e inversores chocaban contra el extraño caso de un estadounidense que no es muy amigo de ganar dinero. Newmark está convencido de que su sitio es un servicio a la comunidad, y las ganancias no se ponen dentro de los objetivos anuales. "La clave del éxito no es la ambición, sino la generosidad", explica.
En total, Newmark pasó cinco años manejando la compañía. En 2000 le cedió el mando a Jim Buckmaster, quien todavía es CEO y comparte varios de los rasgos del fundador: en la página oficial de la firma destacan con humor que la prensa lo describe como un "comunista y socialista anarquista" y con una "misión de servicio público".
Newmark, por su parte, continuó con su trabajo totalmente alejado de los altos mandos, ya que se enfocó en la atención al cliente. Sin embargo, conserva el 42% del sitio.
El motivo de su renuncia como CEO, dijo él mismo, es que se consideraba "un asco como jefe". Así, pasó a dedicar sus días a pregonar su visión de "monetizar al mínimo". "Decidí que nadie necesita ser multimillonario. Tenés que saber cuándo parar. Si ya hiciste suficiente dinero para vivir bien y ayudar a tu familia —y a algunos amigos—, es más satisfactorio cambiar el mundo".
En 2004, uno de los primeros empleados de la firma vendió su participación a eBay, que se quedó con el 25% del sitio y accedió a un puesto en el directorio.
La relación ha sido tumultuosa desde entonces: el gigante de eCommerce aseguró que las prácticas comerciales de Craigslist repercutían de modo negativo en la inversión; el sitio de clasificados contrató denunciando que la empresa solo había comprado las acciones para acceder a sus secretos comercial y crear, con ellos, un competidor.
Bolsillo generoso
A pesar de su desapegado modelo de negocios, Newmark comenzó a recibir críticas por el impacto que su éxito estaba teniendo sobre el negocio de los diarios tradicionales, que vieron directamente afectada una de sus más grandes fuentes de ingresos: los clasificados.
Es que lo que ellos ofrecían a un precio elevado, Craigslist lo publicaba por unos pocos dólares o incluso gratis y en menos pasos.
Esta situación lo llevó a redoblar los esfuerzos para apoyar al periodismo independiente de su país, con la creación de la fundación Craig Newmark Philanthropies. De marcado perfil "anti-trumpista", el emprendedor también apoya otras causas como la protección de los votantes, las inserción de las mujeres en la tecnología y la ayuda para las familias de veteranos y militares.
"Los banqueros me dijeron que debería hacer lo habitual en Silicon Valley y ganar algunos miles de millones. Pero nadie realmente necesita miles de millones de dólares, excepto para regalar", asegura.
Por ello, desde 2016, Newmark donó u$s170 millones al periodismo, contrarrestando el acoso contra periodistas, la ciberseguridad y la integridad electoral. Estas áreas, cree, son los "espacios de batalla" de la guerra de información.
Newmark donó u$s170 millones al periodismo porque cree que es el "sistema inmunológico de la democracia"
Según Newmark, su interés por salvaguardar al periodismo viene desde el colegio secundario. "Un profesor de historia nos dijo que una prensa confiable es el sistema inmunológico de una democracia", admite. Y añade que luego de que Trump ganara las elecciones de 2016 sintió que "la democracia necesitaba su ayuda"..
Asimismo, el empresario (que recientemente comunicó que tuvo coronavirus y transitó la enfermedad de modo asintomático) participa del directorio de una veintena de organizaciones y aporta dinero a diferentes causas: desde el impulso al voto latino y el apoyo a veteranos de Iraq y Afganistán hasta el rescate de aves en peligro.
"Tengo mucho dinero en efectivo que seguiré regalando a medida que avancen mis años", asegura. Con una pandemia que impulsó aún más el negocio de los clasificados online, este pionero de Internet que reparte sus días entre las "mecas hippies" de San Francisco y el Greenwich Village de Nueva York seguramente ya esté planeando sus próximos movimientos. "Cash" no le falta.