Con sólo 17 años, Manuel Couso comenzó a interesarse por las finanzas y se insertó en el mundo universitario.
Hoy, ya con 20 años, está diplomado en Filosofía y en Financial Decisions and Customer Loyalty (Decisiones Financieras y Fidelidad del Cliente) en Maryland, Estados Unidos.
Impulsado por las permanentes consultas de amigos y familiares, creó Academia Merval, la comunidad inversora más grande de la Argentina que conecta en tiempo real, vía WhatsApp, a más de 1.000 personas que necesitan tener información para hacer inversiones siendo inexpertos.
Además, Couso ya fue asesor de empresas, startups y políticos. Y también dicta sus propios cursos, da charlas y conferencias. Ante esta nueva visión financiera, iProfesional entrevistó a este joven para conocer qué opina sobre las inversiones del momento y cómo ve el futuro de la Argentina.
-¿Cómo y por qué siendo tan joven tuviste la inquietud por volcarte al mundo de las finanzas?
-De pequeño me interesaba entender de dinero, y algo que verdaderamente me llamaba la atención es que era un tema tabú. Todos vivían con incertidumbre y con problemas económicos, pero nadie debatía respecto de cómo sortear esas dificultades. Así comencé, en mis círculos cercanos, a conversar de finanzas personales, ahorro, inversión entre otros temas afines. Más adelante, con el afán de profesionalizarme, tomé la decisión de encarar estudios formales en la materia. Específicamente, siempre me generó curiosidad aquellas inversiones asequibles al pequeño inversor, descifrar aquellos mecanismos mediante los cuales los estudiantes, trabajadores y comerciantes pueden acercarse al mercado de capitales y ganar estabilidad a través del mismo.
-¿Existe una cultura de inversión en los jóvenes?
-Si bien durante el último año pudimos advertir una nueva ola de jóvenes interesados en las finanzas, todavía no estamos en condiciones de hablar de una "cultura de inversión". Hay un sentido común instalado, propio del posmodernismo y de los tiempos que corren, que hay que "vivir el ahora" sin pensar demasiado en el futuro.Esta lógica es diametralmente opuesta a la que aplicamos en finanzas. Acá todo se trata de planificación, organización y el diseño de esquemas que nos permitan generar fuentes de ingresos extras. No obstante, es notable cómo muchos jóvenes de 16 a 25 años vienen acercándose a espacios como el nuestro, y comienzan a dar sus primeros pasos en el mercado.
Existen distintas inversiones en pesos que pueden proteger a los ahorristas de la inflación y devaluación.
-¿En qué tipo de inversiones observás que los jóvenes están más interesados en destinar sus ahorros?
-Acá está la clave. El proceso de incorporación de los más jóvenes al mercado se da, hoy en día, mediante las inversiones de muy corto plazo. Creo que en un estado de confusión, piensan al mercado como la manera de no trabajar. Lamento comentarles que no es así. Las inversiones en la Bolsa de Valores son la mejor manera y más eficiente de trabajar nuestro ahorro y capital. Sin embargo, prefiero ver el vaso medio lleno, arrancan con los "traders de corto plazo" pero luego van conociendo otras alternativas de inversión y comienzan a estructurar un portafolio con miras en el mediano y largo plazo.
-¿Cuáles son las inversiones que le recomendarías hacer a un ahorrista?
-Hay que ser muy cauteloso a la hora de recomendar algo, dado que dicho consejo debe ser siempre conforme los objetivos del cliente. Es decir, no es lo mismo hablar con un joven de 18 años amante del riesgo que con un trabajador planificando su retiro o jubilación. No obstante, hay instrumentos atractivos en estas circunstancias, como las Obligaciones Negociables (ON) o bonos corporativos, que vienen presentando un ratio de riesgo/beneficio muy atractivo. También podemos echar un vistazo en aquellos fondos de inversión "dólar linked", que pueden protegernos de una potencial devaluación en el tipo de cambio oficial. En tercer lugar, me inclino por los Cedears (Certificados de Depósito Argentinos), ya que con un contado con liquidación "barato y desarbitrado" como el actual, pueden formar parte de nuestra cartera.
Couso opina sobre cuáles son las condiciones ideales para que la inversión sea mayor, y recomienda papeles a los ahorristas.
-¿Cómo ves financieramente al país y el clima actual para hacer inversiones?
-Nuestro país está transitando una situación financiera muy sensible. La caída del Producto Bruto fue el doble que el promedio mundial y triplicó la del G-20. Las razones están a la vista: no logramos los equilibrios macroeconómicos, ni en el sector externo ni en las cuentas fiscales. Esto genera distorsiones en toda la economía, ya que, por ejemplo, te obliga a colocar un "cepo cambiario" que genera un exceso de demanda en el dólar y, a su vez, un exceso de oferta en otros sectores de la economía. Como consecuencia de ese último fenómeno, cae el precio de los bonos, baja el salario real y también la actividad económica. Respecto del clima para hacer inversiones, hay dos aristas para analizar. En primer lugar, la seguridad jurídica. En este sentido, Argentina es un auténtico fracaso. Las reglas del juego cambian semanalmente, hay riesgos de expropiación e intempestivas prohibiciones, como la que se intentó hacer con el maíz, que complican el escenario financiero. En segundo lugar, debemos contemplar la situación del mercado interno, ya que está transitando caídas en el consumo pocas veces vistas.
-¿Qué cosas debería hacer el Gobierno para darle seguridad a los inversores?
-Es una pregunta interesante. Básicamente, debe tener la facultad de transmitir confianza. Ahora bien, para conseguir esto, debe llevar adelante un giro copernicano en la orientación de sus políticas públicas. Recomponer la relación con el sector agropecuario y empresarial es crucial para dar una señal positiva a los mercados. Luego, debe avanzar decididamente hacia el ordenamiento de las cuentas fiscales, esto es, evaporar el déficit fiscal y obtener una formidable balanza comercial. Por último, debe generar las reformas necesarias en el ámbito tributario, como reducir a la mitad el impuesto a las ganancias e ingresos brutos, eliminar bienes personales y cualquier otro gravamen al patrimonio. Y también desde lo laboral, para poder competir en la región a la hora de atraer capital.-