La proporción de Bitcoin (BTC) en la capitalización global del mercado de criptomonedas superó nuevamente el 50%, e indicó que ahora constituye más de la mitad de la industria en su conjunto.
En virtud de esto, la posibilidad del "flippening", que implica que Ethereum supere a Bitcoin como el principal activo digital en 2023, disminuyó aún más.
No obstante, los analistas sostienen que esta posibilidad aún persiste, aunque ahora se percibe como un escenario más plausible a largo plazo.
Bitcoin vs. Ethereum: ¿Amenaza real de flippening?
En el presente año, la capitalización de Bitcoin tuvo un crecimiento significativamente superior al de Ethereum.
La valuación de la principal criptomoneda aumentó aproximadamente en u$s400.000 millones, equiparable a la capitalización total del gigante de pagos Mastercard.
En contraste, el valor total de mercado de Ethereum tuvo un incremento más modesto, ascendiendo a solo u$s100.000 millones, alcanzando un total de u$s245.000 millones.
Bitcoin recuperó su posición dominante al superar nuevamente el 50% de la capitalización total del mercado de criptomonedas.
No obstante, persiste la amenaza a largo plazo del "flippening" para la principal criptomoneda. Según los analistas, el protocolo Ordinals podría desempeñar una función crucial en este proceso.
Este proyecto facilita la "inscripción" de imágenes, texto, vídeos e inclusive fragmentos completos de código de software en la cadena de bloques de Bitcoin, al utilizar las partes más diminutas e indivisibles de BTC conocidas como satoshis.
El proyecto se asemeja a los NFT en otras blockchains, y se destaca por su mayor descentralización en este contexto específico. Toda la información referente a un archivo en un satoshi particular se encuentra directamente en la red Bitcoin.
En la actualidad, la cantidad de NFT basados en el protocolo Ordinals asciende a 42.9 millones de unidades. El día previo, se registró un aumento significativo en la creación de "tokens", algo que conllevó a un incremento en las tarifas por transacciones.
Conforme a algunos expertos, las tarifas excesivamente elevadas en la red Bitcoin podrían dar lugar a una disminución en el interés por la criptomoneda original.
¿Qué pasará con Bitcoin en el futuro?
Durante el ciclo alcista del mercado en 2021, Ethereum estuvo cerca de experimentar el denominado "flippening". En la fase bajista de 2019, la relación de capitalización de BTC a ETH era del 925%, es decir, u$s130 millones frente a u$s14.000 millones.
La posibilidad del "flippening", que implica que Ethereum supere a Bitcoin como el principal activo digital en 2023, disminuyó aún más.
A fines de 2021, esta proporción se redujo significativamente al 200%, indicando una brecha mucho menor entre ambas criptomonedas.
En la actualidad, la capitalización de Bitcoin es aproximadamente tres veces mayor que la de Ethereum.
En el día anterior, la red Bitcoin comenzó a registrar tarifas más elevadas que Ethereum por primera vez desde diciembre de 2020.
En los últimos cuatro días, los usuarios de Bitcoin desembolsaron alrededor de u$s40 millones en concepto de tarifas a los mineros para procesar transacciones.
En contraste, los usuarios de Ethereum solo contribuyeron con u$s27 millones. Vale la pena mencionar que una parte significativa de esta suma se destinó a la quema de monedas, lo que afectó el suministro total de Ethereum.
Por ejemplo, las soluciones de Capa 2 de Ethereum, como Arbitrum y Optimism, generan menos de u$s200.000 en comisiones diarias.
En la actualidad, la capitalización de Bitcoin es aproximadamente tres veces mayor que la de Ethereum.
Esta situación resulta intrigante considerando la amplia gama de aplicaciones prácticas de Ethereum, que incluyen organizaciones autónomas descentralizadas (DAO), intercambios descentralizados (DEX), stablecoins, plataformas de préstamos, entre otros.
La clave de la ventaja de Bitcoin en términos de tarifas radica en el proyecto Ordinals. Como se mencionó anteriormente, permite "inscribir" información única directamente en la cadena de bloques de BTC.
Este proceso involucra transacciones, algo que provoca congestión en la red principal de la criptomoneda, la cual aún solo puede procesar alrededor de siete transferencias por segundo.
En la actualidad, entre un tercio y la mitad de las transacciones de BTC se realizan a través de Ordinals, e incrementa así la demanda de la cadena de bloques y las tarifas de transacción.
En algunos casos, las transacciones de "prioridad media" pueden costar alrededor de u$s11, mientras que una transferencia en Ethereum tiene un costo de aproximadamente u$s2,30.
¿La popularidad de los Ordinals es beneficiosa para el ecosistema Bitcoin?
Brindar una respuesta definitiva a esta cuestión resulta complicado. Por un lado, los NFT basados en BTC infundieron una nueva vitalidad a la red Bitcoin, y genera confianza entre los inversores respecto al potencial de esta cadena de bloques.
En los últimos días, los usuarios de Bitcoin desembolsaron alrededor de u$s40 millones en concepto de tarifas a los mineros para procesar transacciones.
Sin embargo, la atención centrada en el protocolo generó una congestión en la red principal de la criptomoneda.
Con la inminencia de un nuevo ciclo alcista, se espera un aumento significativo en el interés por los Ordinals, lo que probablemente resultará en un marcado incremento de las tarifas en la red BTC.
La solución planteada implica mejorar la capacidad de la red Bitcoin o reconsiderar la implementación de nuevos proyectos.
Sin embargo, es poco probable que ninguna de estas opciones se materialice, lo que implica que los usuarios de la principal criptomoneda deben prepararse para la posibilidad de incurrir en mayores costos en sus transacciones en el futuro.
Dadas las circunstancias actuales, Bitcoin podría transformarse más allá de ser simplemente una herramienta para almacenar y transferir valor.
Este fenómeno ya tuvo lugar en el caso de Ethereum durante la fase inicial del auge de los tokens no fungibles (NFT).
En cambio, los usuarios de Ethereum los usuarios de Ethereum solo contribuyeron con u$s27 millones.
En 2017, la atención generada por el proyecto CryptoKitties provocó un aumento exponencial en las tarifas, impactando negativamente el rendimiento del ecosistema Ethereum.
Tarifas de BTC y ETH
Es improbable que los Ordinals eviten que los seguidores de Bitcoin utilicen el proyecto, a pesar de que puedan tener un impacto similar en la red.
Para mayor claridad, se presenta un gráfico que muestra la tarifa promedio de transacción en BTC.
El 16 de noviembre, el índice alcanzó un punto máximo local de u$s18,6, algo que hace que las transferencias a estas tarifas resulten prohibitivamente costosas.
Al mismo tiempo, la comisión media máxima para el mismo período en Ethereum fue de u$s11,2 el 13 de noviembre. Aunque este nivel de tarifas tampoco puede considerarse adecuado.
Las predicciones de los analistas no parecen ser particularmente convincentes. Sin embargo, Ethereum también enfrenta el desafío de tarifas excesivamente altas.
Dadas las circunstancias actuales, Bitcoin podría transformarse más allá de ser simplemente una herramienta para almacenar y transferir valor.
Hace apenas dos semanas, una simple transferencia de tokens en esta blockchain podía costar hasta u$s94.
En este sentido, es poco probable que las tarifas sean el factor determinante para establecer qué monedas liderarán en términos de capitalización de mercado.
No obstante, se puede afirmar con seguridad que a medida que las redes de Bitcoin y Ethereum continúen experimentando congestiones durante el nuevo ciclo alcista del mercado, la demanda entre los entusiastas de los activos digitales se inclinará una vez más hacia blockchains más eficientes y efectivas, como Solana, Avalanche y BNB Chain, tal como ocurrió en el pasado.