Una vez más, la posible regulación hacia las criptomonedas vuelve a ser noticia pero esta vez con una medida más concreta. Es que dos senadoras en Estados Unidos presentaron un amplio proyecto de ley bipartidista que busca regular las criptomonedas y otros activos digitales.
Sin embargo, no está claro si el proyecto propuesto por Kirsten Gillibrand, demócrata de Nueva York, y Cynthia Lummis, republicana de Wyoming, será aprobado por el Congreso, ya que este año el país enfrenta elecciones de medio término. No obstante, los promotores de las criptomonedas actualmente son en jugadores más grandes, y más libres, dentro de Washington.
Regulación cripto
La Ley de Innovación Financiera Responsable propone definiciones legales a los activos digitales y monedas virtuales. Esta requeriría que el Servicio de Rentas Internas (IRS), la agencia de impuestos de Estados Unidos, adopte una guía sobre la aceptación comercial de activos digitales y contribuciones caritativas, y haría una distinción entre activos digitales que son commodities o inversiones.
El proyecto de ley "crea claridad regulatoria para las agencias encargadas de supervisar los mercados de activos digitales, proporciona un marco regulatorio sólido y personalizado para las monedas estables e integra los activos digitales en nuestras leyes fiscales y bancarias existentes", dijo Lummis en un comunicado enviado por correo electrónico. Las "stablecoins" o monedas estables son un tipo de criptomoneda vinculada a un valor específico, generalmente el dólar, otra moneda u oro.
Algunas encuestas muestran que un 16% de los estadounidenses adultos ya invirtieron en criptomonedas.
Pero además, es sabido que Lummis es partidaria de las criptomonedas. La senadora demócrata ya tiene invertido entre u$s150.002 y u$s350.000 en bitcoin, según su declaración financiera.
El proyecto de ley llega en un momento "complejo" para las criptomonedas, encabezado por el colapso en mayo de la moneda estable terraUSD y luna, además de una baja en el precio de Bitcoin que bajó hasta los u$s28.000, actualmente está en u$s30.452, según los valores del sitio CoinMarketCap.
Pero más allá los riesgos y del panorama actual de incertidumbre económica generalizada, algunas encuestas muestran que un 16% de los estadounidenses adultos, o 40 millones de personas, ya invirtieron en criptomonedas.
La secretaria del Tesoro, Janet Yellen, dijo en un discurso de abril en la American University que se necesita más regulación gubernamental para vigilar la proliferación de criptomonedas y evitar transacciones fraudulentas o ilícitas.
¿Qué pasa con Bitcoin?
El precio de Bitcoin (BTC) se mueve en torno a los u$s30.106,90 por unidad, cifra que se ubica lejos de los u$s63.639 por unidad del 10 de noviembre de 2021, pero por encima de los u$s28.232 a los que llegó hace apenas una semana.
En este escenario, muchos inversores se preguntan: ¿y si el precio de BTC cayera a cero?
Pese a que esto parece una utopía, sobre todo, si se tiene en cuenta el importante desplome ya sufrido, en un sector tan volátil todo es posible.
La pregunta ya se la hicieron en agosto de 2021 en un artículo de The Economist.
No obstante, la situación era distinta cuando se publicó. En ese artículo, en realidad, se cuenta sobre las consecuencias que generaría una caída a 0 por parte de BTC, instancia que aún es todavía perfectamente válida.
En el artículo, se explica que esto podría ocurrir por algún fallo en el sistema, por un ataque a un gran exchange de criptomonedas o por una potente represión de los reguladores, incluso en respuesta a las subas de interés por parte de los bancos centrales.
Mohamed El Erian, especialista de Allianz, precisa en esa publicación que "hay 3 tipos de inversores en criptomonedas: los fundamentalistas, que creen que bitcoin reemplazará al dinero fiat; los tácticos, sostienen que su precio aumentará a medida que más gente compre, y los especuladores, solo quieren apostar y ganar dinero".
Según el experto, para los fundamentalistas una gran caída sería una gran sorpresa, pero serían los del tercer grupo los primeros en huir. A su vez sugiere que, con el fin de evitar la estampida generalizada, habría que convencer a los inversionistas del tipo "táctico".
¿Cómo responderían los mineros? Si un accidente destruye la criptoeconomía, sostiene que los mineros tendrían muchos menos incentivos para continuar, lo que detendría el proceso de verificación.