Un nuevo tipo de organización desafía la lógica tradicional de las empresas. Se trata de las Organizaciones Autónomas Descentralizadas (DAO), una estructura que funciona sin jefes, intermediarios ni oficinas, y que toma decisiones de manera colectiva a través de la tecnología blockchain.
Aunque para muchos todavía suene a ciencia ficción, las DAO ya son una realidad concreta: en 2024, existen más de 20.000 DAO activas y sus tesorerías superan los u$s30.000 millones.
En diálogo con iProUP, Pablo Rutigliano, CEO de Atómico 3, expresa: "Las DAO tienen un gran potencial para fortalecer economías emergentes como las de América Latina al ofrecer modelos alternativos de gobernanza, financiación y coordinación económica que no dependen de estructuras tradicionales".
En esta línea, Rutigliano indica que las mismas promueven la transparencia, reducen los costos de intermediación y fomentan una mayor inclusión financiera.
Esto es especialmente relevante en contextos donde hay desconfianza hacia las instituciones, acceso limitado a servicios bancarios y necesidad de innovación en mecanismos de cooperación económica
Las DAO: un modelo para la nueva economía
Estas organizaciones se gestionan con contratos inteligentes, es decir, reglas programadas en código que se ejecutan automáticamente cuando se cumplen ciertas condiciones. Esto permite que las decisiones se tomen de forma transparente y democrática, sin necesidad de jerarquías.
Algunas de sus destacadas características son las siguientes:
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Gobernanza sin jerarquías: las DAO permiten que las decisiones se tomen colectivamente, a través del voto de sus miembros, sin estructuras verticales.
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Tecnología como base: están construidas sobre blockchain y funcionan con contratos inteligentes que automatizan procesos y reglas internas.
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América Latina al frente: en la región, las DAO se ven como una oportunidad para reforzar la autogestión y la confianza, especialmente en contextos donde las instituciones tradicionales fallan.
El concepto de DAO va más allá de ser una estructura descentralizada: plantea un nuevo paradigma en cómo se genera y distribuye valor.
Es por esto que desde Atómico 3 aseguran que las DAO no son solo modelos organizativos disruptivos, sino un puente hacia una economía más transparente, participativa y alineada con el avance tecnológico.
En este escenario, la tokenización cumple un rol clave: permite trasladar activos del mundo físico al digital de forma segura y con respaldo tangible.
Este mecanismo no sólo redefine la noción de propiedad, sino que también permite una distribución de recursos más eficiente y abierta, en línea con las nuevas dinámicas de la economía digital.
El interés por las DAO en Latinoamérica
El interés creciente por las DAO en países como Argentina, Brasil y Colombia se explica por varios factores clave: alta penetración digital, fuerte actividad en el sector cripto, economías informales robustas y una población joven con predisposición hacia modelos de autogestión y colaboración descentralizada.
"En Argentina, por ejemplo, las DAO han ganado popularidad como formas de organizar comunidades digitales frente a la crisis económica y la inflación crónica. Por otro lado, en Brasil, su uso se ha vinculado al financiamiento de iniciativas culturales y sociales" detalla el especialista.
Por su parte, tal como menciona Rutigliano, en Colombia se vio un auge en DAO enfocadas en impacto social y gobernanza local.
En este contexto, se estima que existen aproximadamente entre 50 y 100 DAO activas o en fase de desarrollo en América Latina, aunque la cifra puede variar debido a la naturaleza descentralizada y dinámica de estos entornos.
Plataformas como Aragon, DAOhaus y Gnosis, por ejemplo, reportaron una creciente actividad de usuarios latinoamericanos en sus sistemas.
Ticket promedio de las DAO
En cuanto al ticket promedio que manejan las DAO latinoamericanas en campañas de recaudación o crowdfunding, el mismo varía ampliamente según el tipo de proyecto y el grado de madurez de la comunidad, según apunta Rutigliano .
"Sin embargo, en líneas generales, se estima que los montos oscilan entre los u$s5.000 y u$s50.000 por ronda de financiamiento, con algunos casos puntuales que superan esa cifra, especialmente en iniciativas vinculadas a arte digital, impacto social o infraestructura Web3", sentencia.
Estos montos, aunque modestos en comparación con otras regiones, son significativos en el contexto latinoamericano y permiten financiar proyectos que de otro modo no tendrían acceso a capital tradicional.