Bitcoin (BTC), la criptomoneda creada por Satoshi Nakamoto, generó una verdedera revolución en el transcurso de 2021, sobre todo, cuando su valor alcanzó un récord histórico de u$s68.000 por unidad.
En ese contexto, muchos argentinos decidieron sumarse a la aventura de minar criptomonedas y ganar las recompensas que ofrece esta actividad.
La tarea no resultó demasiado sencilla para muchos nuevos mineros, que debieron sortear dificultades como el ruido de las máquinas y el calor que generan los equipos.
Sin embargo, la startup local South American Miners (SAM) desarrolló una solución para minar cripto desde cualquier casa sin alterar en lo más mínimo el desarrollo de la vida familiar. ¿De qué se trata?
Minería silenciosa y fría: la solución de SAM
Facundo Casal, founder de SAM, y Nahuel Martínez, ingeniero en Sistemas, crearon la primera granja autónoma refrigerada a través de un sistema de inmersión líquida.
En ese sentido, la solución que implementaron es para refrigerar transformadores eléctricos y servidores de empresas, como reemplazo a la refrigeración convencional.
"Se trata de la utilización de líquido dieléctrico que elimina los ruidos molestos y el calor que generan los equipos evitando posibles accidentes eléctricos o incendios. Se trata, además, de un método mucho más rentable", comentó Casal, en diálogo con iProUP.
SAM, su historia y el origen de la solución
El emprendimiento nació hace un año y medio. "Empezamos minando Ethereum (ETH) con gente conocida, pero después decidimos incursionar en minado de Bitcoin previo un análisis de mercado", explica Casal.
En ese estudio, los jóvenes advirtieron lo que era conveniente hacer y entendieron por qué iba a convertirse en una nueva tendencia.
"Asi es como comenzamos, con la minería de criptomonedas de bitcoins. SAM lo que hace es innovar en el método que se utiliza para realizar la minería de bitcoins, que es la refrigeración por líquido", precisa.
El nombre de South American Miners busca representar y ser reconocidos a nivel mundial como la primera firma referente en montar granjas autosuficientes de mineria de bitcoin, que funcionan en domicilios privados y que se controlan remotamente dentro de América Latina.
SAM: el faltante que dio origen a la idea
"Con la situación actual que vive el país, fue difícil conseguir los insumos necesarios para poder instalar los equipos", recuerda Casal.
El ejecutivo cuenta que "pensamos que poder gestionar los insumos necesarios e instalar este tipo de equipo de mejor rendimiento era algo que no se estaba ofreciendo en el mercado argentino".
Y agregó: "Esta tecnología se logró adaptar para que pueda utilizarse en hogares o espacios reducidos, sin requerir grandes modificaciones en el domicilio y así comenzar a minar nuestros propios bitcoins de manera segura y rentable".
El diferencial de SAM
"El resto de las empresas del mercado ofrecen una minería de bitcoin por refrigeración por aire y nosotros por líquido", remarca el fundador.
Según Casal, "con este sistema, los equipos trabajan mejor, a menor temperatura, no hacen ruido y la potencia de minado aumenta en gran porcentaje".
"Eso permite que se puedan instalar en cualquier tipo de vivienda, incluso en departamentos", resalta.
SAM y la inversión inicial
Como suele suceder en miles de startups que se lanzan a emprender en la Argentina, la inversión inicial provino de capital personal, familiares y amigos.
"Los primeros clientes fueron los allegados, las amistades que confiaron en nosotros y fueron recomendándonos de boca en boca", remarca Casal
El resto llegó los clientes a través de la página web y redes sociales del emprendimiento.
"También a través del reconocimiento de la marca y de publicidad. Actualmente tenemos una cartera de clientes con los cuales no tenemos vinculo alguno mas que el laboral", puntualiza.
La minería de Bitcoin creció con fuerza por las recompensas que ofrece la actividad. SAM propone hacerla más rentable
SAM y el surgimiento en pandemia
El arribo de la crisis sanitaria por COVID-19 llevo a una gran crisis económica, y mucha gente decidió volcarse al Bitcoin como un resguardo de valor.
"Hay mucha gente que decidió comprar criptomonedas o comenzar a minarlas. Entonces, hubo un gran crecimiento en nuestro negocio", destaca Casal.
El fundador explica que "las tendencias son muy altas, cada vez más gente se está sumando al mundo de las criptomonedas por la coyuntura mundial y la desconfianza en las entidades bancarias".
SAM y los próximos pasos
"Lo que buscamos es obtener un mayor crecimiento y reconocimiento en cuanto al método que estamos ofreciendo", remarca Casal.
Y completa: "Y lo que siempre vamos a buscar desde SAM es destacarnos por la innovación y la búsqueda de pequeños diferenciales que testeamos, que evaluamos y aplicamos para brindar un servicio de mayor eficacia que la competencia".
SAM cuenta con un equipo especializado en la resolución de contingencias, de respuesta rápida, cuidando el capital en sus tiempos muertos.
el modelo de negocio de la startup se diferencia del resto de sus pares en que busca obtener el mejor precio final por TH/s de potencia instalada y no realizando una reducción de los costos fijos poniendo en riesgo la seguridad del mismo.
El aspecto económico
Martínez puntualiza que "desde 1965, el dólar perdió el 98% de su valor". "Lo que hoy son 100 dólares, en dos años pueden llegar a ser diez dólares, porque es una moneda que no brinda ningún valor extra", asevera.
Y agrega: "En cambio, los bitcoins nos permiten tener ese dinero en movimiento, cambiarlo, intercambiarlo, enviarlo y cada inversor es dueño de su propia billetera virtual, no depende de ninguna entidad para guardar o mover el dinero".
Casal añade que "los bitcoins son un bien escaso, están programados desde sus inicios para que así lo sea, es como el oro, entonces invertir en bitcoins es ahorrar en una moneda que siempre incrementará su valor a lo largo de los años, no como el dólar".
"Los bancos no han podido solucionar el envío de dinero a otro país a un bajo coste, es decir, una persona que vive en Argentina no puede enviar dinero a un familiar en Venezuela de una forma simple, termina pagando un coste de transacción equivalente al dinero que quiere enviar", concluye.