Con un aumento de u$s 65.500 millones a u$s 67.400 millones en la última semana, MacKenzie Scott se convirtió en la mujer más rica del planeta según el ranking de Bloomberg.
Con la subida del valor de sus ganancias en Amazon desplazó a Françoise Bettencort Meyers, heredera del emporio L’Oreal, y en general obtuvo el puesto número 12, detrás de otros empresarios en los que se incluye su exmarido.
El cambio sustancial en la fortuna de Scott sucedió en agosto de 2019, cuando se divorció de Jeff Bezos, fundador y CEO de Amazon, después de 25 años de matrimonio. El hombre más millonario del mundo, en ese entonces y todavía ahora, firmó el divorcio y la riqueza de su exmujer aumentó un 81%.
Según Forbes, Bezos superó su récord y su caudal llegó a u$s 204.600 millones, casi 90.000 millones más que la segunda persona más rica del mundo, Bill Gates, cuyo patrimonio es de u$s 116.100 millones.
Con estas donaciones MacKenzie Scott se convierte en una de las grandes filántropas del planeta
La ruptura la convirtió en una de las mujeres más ricas. Esta semana ha sorprendido en Estados Unidos al revelar que ha donado 4.000 millones de dólares en estos últimos cuatro meses, que se suman a otros 2.000 que ya había dado desde el inicio del 2020.
En el mismo momento en que "heredó", Scott hizo patente su compromiso filantrópico, tal vez por una sensación de culpa. Su aceleración rompe esquemas.
Scott hizo el anuncio con un artículo que colgó en Medium. En su arranque recordó a la poeta Emily Dickinson, de la que dice que vivió gran parte de su vida aislada en una habitación. "Su estancia tenía vistas a un cementerio y muchos de sus poemas se centran en la muerte", sostiene.
"Esta pandemia ha sido una bola de demolición en la vida de los estadounidenses que ya estaban en lucha. Las pérdidas económicas y el impacto en la salud han sido peores para las mujeres, para las personas no blancas y los que se encuentran en la pobreza. Entre tanto, ha aumentado sustancialmente la riqueza de los multimillonarios", subraya,
Sabe de que va. Información de primera mano. Si ella recibió unos 38.000 millones de dólares al separarse, las acciones que conservó de Amazon (4% del total) han propiciado que su capital haya subido a 62.000 millones.
Sostiene que para los que han salido indemnes habría sido fácil "esconderse en casa sintiendo una mezcla de gratitud y culpa, y esperar a que termine, pero no es lo que está sucediendo".
Las donaciones alcanzan todo tipo de instituciones, principalmente educativas
Caridad
MacKenzie forma parte de los 19 filántropos que se han comprometido a donar en vida la mitad de su fortuna con fines benéficos, según anunció la organización Giving Pledge. Bezos afirmó en una carta reciente que no va a esperar más para poner a funcionar su patrimonio personal.
En su misiva asegura, además, "no tener ninguna duda del valor tremendo y positivo cuando las personas actúan rápidamente en el impulso de dar".
MacKenzie se une así al grupo de 204 personas más ricas del mundo que desde el comienzo de Giving Pledge (Compromiso de donación) se han comprometido moralmente a dar parte de sus fortunas a lo largo de sus vidas.
Este año, la lista incluye también al fundador de la compañía Tesla, Elon Musk; al cofundador de WhatsApp, Brian Acton, y al financiero David Harding.
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Giving Pledge es una organización creada en 2010 por el inversor y multimillonario Warren E. Buffett junto al matrimonio Bill y Melinda Gates.
Los responsables educativos elogiaron la ruta de Scott al dar dinero a las centros de enseñanza necesitados en lugar de apoyar a las más prestigiosas para mayor lustre
"A los dos días habían recaudado 7.000 dólares y ella escribió que estaban muy emocionados, yo también", recalca Scott.
Sus colaboradores le asesoraron a la hora de identificar las comunidades de riesgo, las que afrontan una alta inseguridad alimentaria, una desproporcionada inequidad racial o elevadas tasas de pobreza local.
Sus contribuciones ascienden en estos cuatro meses a 4.158.500,000 dólares distribuidos entre 384 organizaciones en los 50 estados, el distrito de Columbia (Washington, la capital) y Puerto Rico. Destacan los bancos de alimentos, los fondos de ayuda y el apoyo a servicios a los más vulnerables.
El destino de sus donaciones incluye a 36 universidades, todas con un desproporcionado número de estudiantes de ingresos bajos. A estas instituciones les ha concedido unos 800 millones.
Los responsables educativos elogiaron la ruta de Scott al dar dinero a las centros de enseñanza necesitados en lugar de apoyar a las más prestigiosas para mayor lustre. Esto significa una transformación de lo que era dominante. Las universidades seleccionadas están fuera de la filantropía convencional. No hay ninguna que esté integrada en las elitistas universidades de la Ivy League, ni en los círculos educativos que por lo general atraen aportaciones de familias multimillonarias a lo largo de generaciones. Su objetivo han sido aquellas en las que predominan negros, latinos o nativos americanos, indicó La Vanguardia.