En Argentina son cada vez más las mujeres que apuestan por tomar clases, capacitaciones o becas con enfoque tecnológico.
Esto se debe principalmente a que identifican los beneficios, tanto personales como económicos, que el manejo de herramientas y programas tecnológicos brindan, para perfeccionarse en sus carreras o para lograr una primera posibilidad laboral.
Son muchas las empresas, precisamente en Argentina, que promueven la Economía del Conocimiento con programas e iniciativas de capacitación, convirtiéndose en un eslabón clave al que acuden cada vez más mujeres.
Es precisamente el caso de Egg, la edtech de base científica que busca resolver la escasez de talento digital a escala, a través de tecnología y cooperación, que durante todo 2022 registró más de 50.000 mujeres que se postularon para aprender a programar desde cero.
El promedio de edad de estas mujeres fue de 29 años, y de las cuales el 33% tenía estudios secundarios, el 30% universitarios y el 17% terciarios.
Algo importante que pudo identificar la compañía fue que casi el 45% de estas mujeres no estaban trabajando y que sólo el 23% tenía un empleo de medio tiempo, lo que reafirma el interés por aprender a programar como una salida laboral.
Mujeres en Tecnología
La motivación
Cuando se les preguntó qué las motivaba a aprender sobre programación casi el 60% manifestó el deseo de querer dar los primeros pasos como programadoras y así poder obtener un empleo.
"Nuestras formaciones fueron desarrolladas en base a las necesidades de la industria tecnológica, están en permanente actualización y son avaladas por referentes del sector. Por esta razón nuestras clases preparan y motivan a las estudiantes a comenzar su carrera digital y conseguir su primer trabajo en la industria", comenta Ignacio Gómez Portillo, co-fundador y CEO de Egg.
"Al no tratarse de un curso tradicional, sino que se propone el aprendizaje en equipo, se fomenta la comunicación, las preguntas entre compañeros, la búsqueda de soluciones en conjunto, lo que va acrecentando la confianza de cada persona y afianzando los conocimientos", detalla.
Además, cuenta que "se sienten muy motivadas a asistir a cada clase y a ser cada día mejores para aportar al equipo", remarca el ejecutivo, que apunta a que cada vez más personas se animen a dar sus primeros pasos en programación a través de pruebas gratuitas que ofrecen a todos los interesados y que pueden encontrar en su web.
Otro caso que pone de manifiesto el interés por parte de las mujeres en la programación fue el de Aptugo, la única herramienta de desarrollo de software que permite programar tanto de manera visual como tradicional. Durante 2022 tuvieron más de 14.000 alumnas en sus cursos de programación.
Al finalizar cada curso los alumnos deben presentar un proyecto desarrollado con la herramienta de Aptugo y lo relevante fue que, mientras que la proporción de mujeres en los cursos es de aproximadamente 40%, esta cifra crece a casi el 50% al mirar los proyectos más importantes y destacados.
Las mujeres se animan a la programación
Herramientas profesionales
Así como en la mayoría de los casos trabajan o estudian, muchas de ellas también tomaron estos cursos para reinsertarse en el mercado laboral después de una pausa, como puede ser la maternidad, y así adquirir nuevas y actuales herramientas profesionales.
Un dato también sobresaliente es la temprana edad de las alumnas por querer estudiar programación, ya que arrancan desde los 14 años, hasta llegar a la edad de 50. Otro aspecto que reafirma este creciente interés es que cerca del 60% complementó su aprendizaje participando en masterclasses dictadas a lo largo del 2022 por
"Se acercaron muchísimas mujeres que tenían sólo una sospecha de que esto les podía interesar, o que podían tener talento para la programación y para muchas fue el puntapié de una carrera", comenta Gastón Gorosterrazu, fundador y CEO de Aptugo.
El plan tiene un objetivo concreto que es la empleabilidad. La falta de perfiles capacitados para satisfacer las demandas de nuestros clientes nos llevó a armar esta iniciativa que permite insertar y reconvertir personas de otras especialidades en el mundo de la programación", comenta María Laura Palacios, CEO de G&L Group.
"El mundo de la programación es apasionante y en donde no hay trabajo, sino retos diarios. Sin duda alguna es un buen lugar para desarrollarse profesional y personalmente", culmina.