En lo que va del Mundial, ya se anularon más de 10 goles a instancias del VAR. Algunos fueron hiperpolémicos, como el de Lautaro Martinez a Arabia Saudita o el del croata Dejan Lovren contra Bélgica. Ni hablar de la precisión quirúrgica que implicó definir que la pelota no había salido en el gol de Japón a España, que terminó dejando afuera indirectamente a Alemania del torneo.
"No podes cobrar offside por medio hombro", piensa cualquier futbolero (entre los que me incluyo). Pero la verdad es que técnicamente sí.
El reglamento de la FIFA es muy claro: "Un jugador estará en posición fuera de juego si se encuentra más cerca de la línea de meta contraria que el balón y el penúltimo adversario". Esto incluye cualquier parte del cuerpo con la que se pueda hacer un gol, hasta medio hombro.
Hoy, la tecnología nos permite tener un nivel de ultra-precisión a la hora de sancionar un fuera de juego para que la norma se pueda cumplir al pie de la letra. Sin embargo, esto nos lleva a preguntarnos si esta precisión no nos debería hacer también repensar el reglamento.
Qatar 2022 vino con grandes novedades para los amantes de la tecnología. La FIFA viene anunciando ya hace tiempo que en esta edición del Mundial incorporaría tecnología que mediante inteligencia artificial permitiría semiautomatizar decisiones en el campo de juego.
Estas decisiones se dan principalmente en dos tipos de jugadas: la posición fuera de juego y la ubicación de la pelota (ya sea sobre la línea del arco o los límites de la cancha).
Para hacerlo, la máxima autoridad del fútbol mundial cuenta con dos nuevas herramientas tecnológicas: un sensor ubicado en la pelota oficial y un sistema de computer vision que utiliza inteligencia artificial para transformar en datos imágenes que obtiene de 12 cámaras y analizarlas en una computadora.
Los árbitros cuentan con cámaras que captan los movimientos de la pelota y 29 puntos en el cuerpo de cada jugador, unas 50 veces por segundo, para calcular su posición exacta en el campo.
Es decir, datos ultraprecisos e imposibles de cuestionar.
Repensar las reglas más allá del fútbol
Sin embargo, lo que sí es cuestionable es si una leve inclinación del cuerpo es off-side. Es verdad que según el reglamento lo es, pero hasta hace poco muchas de estas jugadas habrían sido calificadas por el ojo humano como "en la misma línea". Ahora que tenemos precisión milimétrica, la cosa cambia.
¿Podemos realmente afirmar que un jugador está tomando ventaja de una posición fuera de juego por un hombro ? ¿No se perdería entonces el espíritu de la norma cuando lo tomamos con una precisión tan exacta?
Estas preguntas me resultan apasionantes como futbolero pero no me corresponde a mí hacerlas ni dar respuestas. De hecho, hay personas mucho más idóneas que lo están planteando a nivel global, como el histórico DT del Arsenal y actual director técnico de desarrollo de la FIFA, Arsene Wegner.
Lo que quiero es tomar este ejemplo, que va más allá del fútbol, y trasladarlo a nuestro país. La revolución tecnológica que estamos viviendo es, literalmente, una situación inédita.
Con esto quiero decir que nunca antes en la historia la tecnología había avanzado tan rápido en tan poco tiempo y transformando los hábitos de consumo, comunicación, entretenimiento y trabajo de miles de millones de personas en todo el mundo prácticamente al mismo tiempo.
La consultora McKinsey lo pone en números: la cuarta revolución industrial tiene un impacto 3.000 veces mayor a las otras tres combinadas.
Así como pasa en el fútbol, la incorporación de tecnología a la vida cotidiana nos obliga a repensar muchas de las cosas que suceden a nuestro alrededor.
¿Cómo hacemos las compras y contrataciones del Estado más transparentes? ¿Podemos lograr que la administración pública se adecúe a los desafíos y las formas del siglo XXI? ¿Cómo adaptamos un sistema educativo pensado para el siglo XIX a los trabajos del futuro?
Son sólo una parte de las preguntas que me surgen, algunas de las cuales ya se materializaron en proyectos de ley que presentamos con mi equipo en la Legislatura porteña.
Pero, más allá de eso, creo que lo importante es que seamos conscientes de que cuando la tecnología nos transforma tan profundamente, no podemos evitar repensar los sistemas de normas que regulan la vida en común.
*Darío Nieto es legislador porteño (JxC) e impulsor de la tecnología blockchain en el Estado