Luego de flexibilizar los requisitos para adquirir la residencia fiscal, el gobierno de Uruguay impulsó una serie de medidas para alentar el ingreso de capitales en el país vecino.
Mediante el decreto N°268/020, el presidente Luis Lacalle Pou ofreció más excepciones de impuestos a quienes inviertan y generen puestos de trabajo. Así, dispuso que se libere a las empresas de hasta el 90% del Impuesto a las Rentas de las Actividades Económicas (IRAE).
Esto se traduce en una baja de 10% al 2,5% de la tasa efectiva anual a pagar. En la previa a este decreto, las empresas que llegaban a Uruguay podía obtener este beneficio hasta el 80% mientras que para las ya establecidas era del 60%, según explica el diario El País de Uruguay.
"La economía uruguaya sufre el impacto del descenso de la actividad económica a nivel mundial producto de una crisis sanitaria" y "en el contexto de la coyuntura actual se presentan dificultades para conservar el nivel de actividad existente previamente", fundamenta la normativa.
El decreto lleva la firma del presidente y cinco ministros.
Los beneficios
Por otro lado, el decreto extiende el plazo mínimo de acceso al beneficio de tres a cuatro años y modifica el escenario para las inversiones ya instaladas y en desarrollo.
Hasta ahora, señalaba que los proyectos que ya había realizado más del 20% de la ejecución no podían acceder al beneficio. Ahora, eliminan ese porcentaje. La normativa debe ser aprobada en el Congreso uruguayo.
El decreto lleva la firma del presidente y cinco ministros, los de Economía, Industria, Trabajo, Ganadería y Turismo, que modifica el Régimen General de Promoción de Inversiones.
El perfil de los argentinos exiliados
Después de que Luis Lacalle Pou fue elegido presidente de Uruguay en noviembre pasado, el primer mandatario que no es de izquierda en 15 años, anunció planes para atraer inmigrantes calificados e inversiones para dinamizar su envejecido y acomodado país en desarrollo de 3,5 millones de habitantes.
Lo que no sabía era cuán profundamente el covid-19 y la crisis económica golpearían a Argentina o cómo el excepcional sistema de salud pública de Uruguay lo convertiría en uno de los países con mejor desempeño del mundo durante la pandemia. El número de muertos en el país solo asciende a decenas.
El resultado es un flujo de personas altamente capacitadas y riqueza desde Argentina. Carlos Enciso, embajador de Uruguay, dijo a Radio Montecarlo que 100 argentinos a la semana están solicitando en su consulado de Buenos Aires la residencia en Uruguay. La titular de la autoridad tributaria de Argentina, Mercedes Marco del Pont, dijo a la agencia de noticias Télam que en 2020 casi la mitad de los 504 argentinos que tomaron la residencia fiscal en el extranjero, una medida que toman los ricos, eligió Uruguay.
Los datos del Ministerio del Interior muestran que alrededor de 13.000 argentinos llegaron para quedarse entre abril y septiembre. Hasta cierto punto, el flujo se basa en un patrón establecido. El dinero argentino y los turistas de verano se han vertido en Punta del Este durante generaciones, transformándolo en el mejor balneario de Uruguay con edificios de gran altura y boutiques y restaurantes de moda.
Las nuevas salidas son impulsadas por el aumento de impuestos y propuestas de más aumentos, la creciente división política, la profundización de la pobreza
Aunque las estrictas reglas contra el lavado de dinero significan que Uruguay no es un destino tan acogedor para el dinero argentino como en el pasado, los datos del banco central muestran que los depósitos de no residentes en los bancos locales aumentaron en u$s 528 millones en el año desde las últimas elecciones en Argentina. Se cree que la mayoría de esos depósitos pertenecen a argentinos.
Las nuevas salidas son impulsadas por el aumento de impuestos y propuestas de más aumentos, la creciente división política, la profundización de la pobreza y las continuas oleadas del virus. Más de 20.000 argentinos han muerto por covid-19.
Lacalle Pou de Uruguay, quien dice que le gustaría ver de 100.000 a 200.000 inmigrantes, ha reducido los requisitos de presencia física e inversión para obtener la residencia fiscal. A partir de julio, califican los extranjeros que vivan al menos 60 días al año en Uruguay y compren bienes raíces por un valor superior a u$s 388.000. Los recién llegados al país también pueden obtener la residencia invirtiendo más de u$s 1,7 millones en un negocio que cree al menos 15 empleos a tiempo completo. Su coalición gobernante en el Congreso también duplicó la exención fiscal para los nuevos residentes a 10 años.
Uruguay, con una baja tasa de natalidad, una creciente población de ancianos y uno de los ingresos per cápita más altos de la región, a veces se ha denominado la Suiza de América Latina. Es socialmente liberal en comparación con sus vecinos, y el aborto, la marihuana y el matrimonio homosexual son legales, lo que lo convierte en un refugio para ciertos grupos de argentinos.