Para muchos, las criptomonedas son la forma de dinero más perfecta que el hombre haya creado en los últimos 2.600 años, desde la aparición de las primeras monedas en diversas culturas asiáticas –China y la India– hasta las nuevas divisas virtuales.
En efecto, el uso de la tecnología permite prevenir ciertas limitaciones que el dinero físico nunca pudo resolver. La blockchain, tecnología subyacente en Bitcoin, Ethereum y otras divisas, funciona como un libro contable de todas las transacciones y posibilita:
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Evitar la falsificación: se establece cuántas monedas posee cada cuenta en un registro inalterable
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Portar fondos fácilmente: está en la "nube", por lo que puede llevar en una billetera cripto, en el mismo celular
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Trazabilidad y anonimato: cualquiera puede conocer entre qué cuentas hay transacciones y dónde están los fondos, pero no se sabe quiénes son sus dueños
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Libre uso: se puede transferir a cualquier parte del mundo, con bajas comisiones y sin intermediarios
Esto último se logra gracias a que es una tecnología descentralizada: no existe una autoridad –como un Banco Central– que imprima dinero ni establezca tipos de interés: divisas como Bitcoin tienen una emisión preestablecida desde su orígen para evitar la inflación y todo es oferta y demanda privada.
Pero los mismos que suponen que es el dinero ideal, aseguran que bajo la cáscara de rendimientos exorbitantes existe un complejo sistema político que también podría compararse con una democracia participativa. Quizás, la más perfecta hasta ahora conocida. Y en la que también hay "una grieta" de la que podrían beneficiarse los inversores.
Consenso
Bitcoin como Ether no dependen de empresas, gobiernos ni bancos centrales: existen fundaciones encargadas de estandarizar las tecnologías impulsadas por los propios usuarios y ayudar con el desarrollo del ecosistema.
Así, la evolución de estas criptomonedas se da a partir de lo que se denominan las "propuestas de mejoras" o Improvement Propossals (IP) de Bitcoin (que se abrevian como BIP) y de Ethereum (EIP).
Podrían asemejarse a los proyectos de ley de un Parlamento: miembros del ecosistema publican sus iniciativas para que la propia comunidad decida si hay que avanzar o no con ellas.
Una de ellas dentro de la red Ethereum, rotulada como EIP-1559, comenzará a rodar en julio con el hard fork (así se denominan a los cambios importantes de la red) denominado "London".
Firmada por el propio Vitalik Buterin, creador de Ethereum, esta EIP promete bajar los costos de transacción ("Gas Price") mediante diferentes mecanismos. Pero London, además, abrirá el camino para avanzar hacia Ethereum 2.0, una nueva versión de la red que en 2022 planea pasar de:
A la:
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Prueba de Participación (Proof of Stake o PoS): aquí, quienes compiten son aquellos que tienen más monedas. Se trata de un sistema más sustentable, que permite aumentar la cantidad de transacciones por segundo y reducir las comisiones, uno de los principales problemas de Ethereum
La primera de ellas es la que utilizan tanto Bitcoin como Ethereum. Pero esta última migrará al PoS, por lo que tener más ethers significará más chances de ser un nodo validador y ganar nuevas monedas al escribir transacciones.
De ahí el aumento, tanto de precio como de demanda, que este token registró hasta el reciente "bajón cripto": pasó de u$s130 a principios de año hasta los u$s4.100 a mediados de mayo, pero luego se desplomó hasta los u$s2.600 actuales. Sin embargo, muchos creen que multiplicará su precio varias veces este año y que es un gran momento para "entrar".
"La tendencia es alcista. Si vemos lo que pasó en los últimos meses se nota que está en un período de crecimiento consolidado, gracias no sólo a Ether, sino al resto de los tokens montados sobre la blockchain de Ethereum", señala a iProUP Maximiliano Hinz, de Binance.
Como ejemplo, Hinz señala el de Uniswap, "un proyecto de finanzas descentralizadas (DeFi) que posibilita realizar operaciones con tokens que no están listados en otros exchanges, lo cual podría arrastrar la cotización de Ether". La divisa estable DAI (que cotiza 1:1 con el dólar y es muy demandada por argentinos) también está alojada en Ethereum.
Vitalik Buterin, creador de Ethereum
En este punto, coincide Emiliano Limia, Press Officer de BuenBit, quien indica que Ethereum "introdujo el concepto de contratos inteligentes y posee el mayor ecosistema de apps descentralizadas, con los proyectos más consolidados, sobre todo de servicios financieros".
"Fue lo que revolucionó la forma de ver las criptomonedas y hasta el día de hoy no hay una opción superadora plenamente operativa que pueda reemplazarla al menos en el corto plazo", agrega.
Nahuel Burbach, representante argentino de la billetera Zerion, asegura a iProUP: "Está claro que Ethereum es un gran proyecto y que el precio está atrasado respecto a otras iniciativas y principalmente en relación a su proyección a largo plazo".
Por su parte, Nicolás Verderosa, jefe de Alianzas en Arum Trade, asegura que "Ethereum seguirá en ascenso porque, pese a sus problemas de elevados fees, sigue siendo la segunda cripto por excelencia y la más utilizada en los protocolos DeFi, que están en auge".
"El banco JP Morgan incluso afirma que su crecimiento será mayor que el de Bitcoin, en lo que coincido. Además, estamos en la segunda fase de la corrida alcista: la primera es Bitcoin aumentando, luego se estabiliza y se aprecian Ethereum y otras altcoin", asegura Verderosa a iProUP.
Según el ejecutivo, "la expectativa de Ethereum hace que el proyecto siga en boca de todos". Pero ¿qué cambios planea?
Segunda versión
El "país Ethereum" está a la espera de una revolución, en la que se dejará la minería para ser más escalable, rápida, ecológica y económica, además de frenar el surgimiento de competidores que vienen creciendo, como Binance Smart Chain (su token BNB está cuarto en capitalización), Cardano, Polkadot y Solana, entre otras redes.
"El PoS en Ethereum permitirá que se reduzcan los costos de energía asociados a la emisión de monedas. Así, se dejará de gastar dinero en el minado y la nueva forma de validar las transaccionar será través de la tenencia", señala Hinz.
Pero, además, supondrá una ventaja para quienes tengan en su cartera el activo, ya que lo podrán usar para algo más que sólo esperar su suba: ganar nuevas monedas.
"En una blockchain, el algoritmo de consenso PoS permite que los que posean la moneda nativa, coloquen fondos para generar interés mientras que aseguran el funcionamiento de la red y participan en el firmado de nuevos bloques, lo que se llama staking", señala Limia.
Verderosa agrega que "los validadores son como los mineros: van a confirmar las transacciones de la red y obtener recompensas por ello. En mi opinión es mucho más inclusivo, ya que no es necesario grandes equipos ni conocimientos técnicos para hacerlo".
Aunque Limia agrega que "es posible tener menos fondos y delegarlos a un validador ya establecido y convertirse en un 'delegante', que también reciben recompensas".
En este punto, Burbach añade que "si bien para tener un nodo propio serán necesarios 32 ETH (poco más de u$s80.000), cualquier persona podría participar de un pool de staking y llevarse un porcentaje de la recompensa de ese pool, que puede estar en el orden del 22% anual", completa..
Claro que para ser parte de todo esto no servirá tener ethers en un exchange: habrá que contar con una billetera sin custodia con soporte de Ethereum y navegador Web3 para apps descentralizadas, como Trust, Metamask, Coinomi, Status y similares.
¿Se viene un 2x1?
"Ethereum siempre anda forkeando", ironiza Verderosa, en alusión a que la segunda red siempre está implementando cambios en su blockchain para dar lugar a mejoras. Pero "London" podría ser algo más que una mera actualización.
Es que los mineros, que quedarán ignorados en la nueva red, podrían efectuar una bifurcación: es decir, mantener con su poder de cómputo la blockchain "vieja" de Ethereum para que resurja con otro nombre, algo que pasó en varias oportunidades, aunque dos de las más recordadas son:
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Bitcoin Cash (BCH): surgió de la red Bitcoin en 2017, cuando un grupo de mineros se "cortó solo" y creó Bitcoin Cash luego de que fueran desestimados cambios en el tamaño de los bloques de la blockchain para permitir más transacciones por segundo
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Ethereum Classic (ETC): en 2017, Ethereum lanzó un hard fork luego de que fuera hackeada, volviendo a un estado anterior al ataque para recuperar los fondos. La otra versión siguió su curso como Ethereum Classic
"Puede suceder que el hard fork de Ethereum lleve a la convivencia de dos ETH: uno PoW y otro PoS. Es muy difícil que los mineros decidan resignar las ganancias exorbitantes que han tenido en este último tiempo", afirma Verderosa.
Ethereum se aleja lentamente de la minería, considera poco amigable ambientalmente por el uso intensivo de electricidad
Hinz asegura que todavía es temprano para saberlo, pero "la bifurcación podría generar un tercer tipo de Ethereum, con una blockchain propia", por lo que "los inversores podrían tener rendimientos atractivos de los contratos inteligentes que se monten sobre la nueva 'Ethereum GPU'".
El directivo usa –en sentido figurado– el nombre GPU para la potencial blockchain emergente debido a que actualmente el minado se realiza con computadoras que poseen varias placas de video, que integran un chip llamado así por las siglas en inglés de Unidad de Procesamiento Gráfico.
De hecho, el alto interés por minar Ethereum se basa en que estas placas suelen ser más económicas que el equipamiento necesario para minar Bitcoin, lo cual hizo explotar el precio de estos componentes.
Y retumbó en la Argentina: la tarifa subsidiada de la electricidad permite que la actividad sea altamente rentable. El fenómeno es más visible en los usuarios gamers, principales demandantes de estas placas, que se quejan de que los precios se quintuplicaron en los últimos meses.
Pero existe otra oportunidad para el inversor. Tal como ocurrió en 2017, quienes tenían, por ejemplo, 10 monedas en una billletera Bitcoin, luego del hard fork tenían 10 monedas también en Bitcoin Cash, a las que podían acceder con las mismas claves. Un "2x1" en criptos sin hacer absolutamente nada.
"Al usarse la blockchain legada, esa red tendrá la moneda forkeada en la billetera de cada uno de los que tenga ether al momento de la fork en cada dirección. Eso significa que 'duplicaría' las tenencias", argumenta Limia.
Y completa: "Esto ya ha pasado. Como ejemplo podemos que los tenedores de Bitcoin también tenían la misma cantidad de Bitcoin Cash luego del hard fork, pero que el precio en un caso se disparó y en el otro se estancó".
En el mismo sentido, Burbach anticipa que "el token nativo de la cadena más débil pueda perder valor considerablemente en el corto plazo, ya que un hard fork en Ethereum no es fácilmente realizable como uno en Bitcoin".
"Hoy, existe hay gran cantidad de aplicaciones DeFi basadas en combinaciones de contratos de otros protocolos, haciendo imposible reproducirlos o hacerlos funcionar si tienen partes faltantes. La otra red sufra un fenómeno parecido a Ethereum Classic", agrega el experto, recomendando "vender rápido" o apostar al largo plazo.
En efecto, Bitcoin cuesta u$s36.000 contra los u$s680 de su desprendimiento; mientras que Ethereum está cerca de los u$s2.600 versus los u$s66 de su fork.
"En mi opinión, el escenario esta dado para que eso suceda y se peleen por ver quién es el verdadero Ethereum que, a diferencia de Bitcoin, tiene margen para evolucionar. Y si no migra a PoS, sus comisiones serán prohibitivas", señala Verderosa.
Así, el dinero digital sigue en evolución y buscando la forma de llegar a más gente y con más opciones. Y se redefinen bloque a bloque las finanzas del futuro.