Golpeadas por el comercio electrónico, algunas tiendas tradicionales están utilizando robots inteligentes, pantallas de realidad aumentada y otras tecnologías con la esperanza de atraer y retener clientes para resistir ante gigantes como Amazon.
Los gigantes de negocios minoristas chinos JD.com y Suning estuvieron presentes esta semana en el Salón CES de Las Vegas, en busca de socios ansiosos por aprovechar las nuevas plataformas tecnológicas para resistir lo que algunos llaman el "apocalipsis" del comercio, bajo los golpes de las plataformas de ventas en línea.
"El futuro del negocio no está entre 'online' y 'offline', es transversal", dijo Yuchuan Wang, gerente de comunicaciones de JD. En particular, el grupo mostró en el CES cómo las pantallas de realidad aumentada podrían permitir a los clientes probar y comprar ropa o cosméticos.
Este sistema también puede reducir el inventario en las tiendas, costoso para los comerciantes, ya que los consumidores pueden ordenar un producto con un solo clic en el lugar y luego recibirlo rápidamente.
JD presentó además un servicio de entregas que pueden realizar robots especializados o drones, en un día o dos, y que ya es usado en China.
Sin cajeros
Suning también introdujo sistemas que utilizan la realidad aumentada para probar productos, así como una tienda sin caja, similar al concepto de Amazon Go.
"Puedo tomar una manzana y me dice cuánto cuesta", dice el director de estrategia de Suning, Watson Wat, frente a una caja de frutas con una pantalla.
"Y ya con mis compras, salgo de la tienda, (el sistema) me identifica a través del reconocimiento facial y factura mi cuenta", continúa, asegurando que busca socios minoristas para su tecnología de "comercio inteligente".
"Creo que ahora esta tecnología está lista y es asequible", dijo Wat.
Espejos conectados
El reconocimiento facial también permite que un espejo conectado, presentado por el gigante estadounidense de productos de limpieza e higiene Procter & Gamble, realice recomendaciones personalizadas de productos de belleza.
El japonés SoftBank Robotics introdujo en tanto dos robots: uno para interactuar con los clientes y el otro que controla el inventario.
"Hay un gran problema en el comercio entre lo que el sistema tiene como 'en stock' y lo que realmente está disponible", dice Steve Carlin de SoftBank Robotics.
Un mejor sistema hace posible optimizar las existencias, por ejemplo, "ofreciendo promociones en cosas que son demasiado numerosas en stock", dice Carlin.
El robot blanco Pepper, con sus grandes ojos y su silueta infantil, puede reconocer a los clientes y adaptar los mensajes que se desplazan en la pantalla que lleva sobre su pecho. Por lo tanto, puede hacer recomendaciones de productos, como lo hacen las sugerencias de compra tan comunes en los sitios de compra en Internet.
"Los comerciantes saben mucho sobre usted en Internet, pero no los conocen en la tienda", explica Carlin.
Para Maeve Duska, de la consultora USA Technologies, los comerciantes tradicionales están cada vez más interesados en el concepto de Amazon Go, que permite comprar sin tener que pasar por la caja registradora.
"Finalmente entienden cuánta competencia hay con las ventas en línea", dice la mujer en un debate sobre comercio y tecnología en el CES, e "intentan replicar la experiencia de las ventas en línea" en sus negocios.
Especialmente porque los medios de pago de alta tecnología se acumulan: reconocimiento facial, huellas dactilares o retina, lo que permite al cliente no tener que interactuar con otro ser humano.
"Realmente estamos en una sociedad de autoservicio", dice, y señala que muchos jóvenes "no quieren hablar con los demás" mientras hacen sus compras.
Pero hay que tener cuidado con no ir demasiado rápido, advierte el analista de Forrester Brendan Witcher.
Estas tecnologías pueden aportar más, pero aún es necesario que los comerciantes sepan cómo explotar los datos y la inteligencia artificial de manera tan eficiente como Amazon.
"La mayoría ni siquiera sabe cómo enviar correos electrónicos personalizados a los clientes", agrega, diciendo que probablemente sea un poco atrevido ahora mismo considerar poner robots en las tiendas.