Todo concluye al final. Según especialistas, es muy probable que algún martes de 2022 finalmente llegará un invento o dispositivo finalmente terminará matando al iPhone: las gafas de realidad mixta de Apple.
Según los rumores, ese mismo martes será el día en que ocurrirá un cambio radical de la experiencia de usuario, tal como se experimentó en 2007 con la llegada de el iPhone.
Una nueva patente de la compañía de Cupertino otorga una pista de cómo puede ser esa nueva era tecnológica. Las gafas de Apple buscarán eliminar la limitada pantalla de los teléfonos inteligentes para convertir toda tu realidad inmediata en una pantalla.
No una pantalla plana gigante flotando en el espacio delante de tus ojos, sino una capa virtual infinita, sobreimpresionada en alta fidelidad sobre la realidad que te rodea.
Con estas gafas se podrá tener un escritorio de trabajo ilimitado, una estación de diseño holográfica como las que Tony Stark utiliza en Iron Man, un mapa con indicaciones que marcan claramente el camino a seguir sobre el propio terreno o la capacidad de materializarte instantáneamente en la casa de un amigo a 1.000 kilómetros de distancia.
Los usuarios verán objetos y personas virtuales como si fueran reales, delante de tus propios ojos y colocadas sobre el suelo o el mobiliario real porque este dispositivo será capaz de conocer tu entorno gracias a sensores LiDAR como los que tiene el iPhone 12 Pro.
Las posibilidades productivas, sociales y de entretenimiento irán más allá de cualquier cosa que hayamos experimentado hasta ahora y, aunque las primeras versiones no serán perfectas, el cambio es inevitable. Pero la clave para que todo esto tenga éxito estará en la experiencia de usuario.
Igual que la pantalla táctil del iPhone introdujo una nueva manera de manipular información digital sin tener que usar controles físicos, este nuevo medio necesitará de otro nuevo lenguaje.
Donde ahora se puede pellizcar con los dedos en una pantalla para ampliar una imagen o pulsamos para abrir un menú, esta nueva dimensión no tangible necesitará de otro método de interacción, diferente pero tanto o más intuitivo que el teléfono.
La mano como interfaz
No se puede predecir cuáles serán las convenciones de este nuevo medio, pero sí se pueden asumir ciertos parámetros según lo que se sabe. El primero es que Apple no obligará a usar mandos externos como los dispositivos de Realidad Virtual y mixta actuales al estilo del Oculus Rift.
Hacerlo sería un paso atrás con respecto a la manipulación directa que el iPhone estableció como estándar. Es lógico pensar que sea igual o mejor.
El problema está en cómo seguir las manos y hacerlas interactuar con una realidad que no existe. Existen varios métodos para seguir objetos en el espacio real. Una, la más primitiva, es usar cámaras externas situadas en el perímetro de una habitación para seguir tus movimientos, generalmente llevando marcadores.
Esto funciona muy bien y se usa de forma habitual para la creación de efectos especiales, pero no será la solución porque no es ni práctica ni útil.
Otra opción es poner las cámaras en las gafas. Esta opción — que usa la startup Leap Motion en su proyecto Orion, que Apple intentó comprar en su día — sería una posibilidad. Es la manera más intuitiva: para actuar con la realidad sintética sólo habría que extender las manos y realizar gestos, agarrar, mover o hacer cualquier cosa que harías con cualquier objeto físico.
Además no se necesitaría más que las manos: los sensores tridimensionales de tus gafas y el motor de inteligencia artificial reconocería las manos y los dedos con gran precisión.
Sin embargo, también hay limitaciones en esta solución. La primera es que las manos sólo podrían interactuar con el entorno cuando estuvieran en el campo de visión de las cámaras. La segunda es que no tendrías la capacidad de usar objetos físicos más precisos, como un lápiz real para escribir o dibujar en una hoja de papel virtual.
El señor de los anillos
La tercera solución es la que presenta esta patente con el arcano título de "Sistema de introducción de gestos usando accesorios o dispositivos manuales con interferometría auto-mezclada". Esta patente dice que Apple utilizaría dos anillos, uno en el pulgar y otro en el dedo índice, equipados con emisores láser de corto alcance.
Diagrama de la patente de Apple con los dos anillos con emisores láser (Apple/USPTO)
Los anillos emitirían pulsos de forma contínua y contaría con sensores que reciben los reflejos de esos rayos, entre ellos o entre ellos y las superficies que te rodean. Según Apple, el procesador sería capaz de medir las diferencias de velocidad entre la emisión y la recepción de los pulsos láser. Combinados con el análisis 3D del entorno — llevado a cabo por las cámaras en las gafas — la CPU podría saber en qué posición exacta están las manos y dedos.
No sólo eso, sino que además podrían convertir objetos físicos en superficies virtuales sobre las que poder hacer cosas con las manos, desde teclear hasta dibujar. Podrías agarrar y mover objetos, incluso cuando tus manos estuvieran fuera del campo de visión de las cámaras en tus gafas.
Según Apple, estos dos anillos podrán "seguir los movimientos de los dedos del usuario con referencia a cualquier superficie, incluyendo, en algunos casos, la superficie de otro dedo y la palma de la mano".
De hecho, la patente de Apple también contempla la posibilidad de usar otro tipo de hardware además de los anillos, como un nuevo tipo de Apple Pencil que usaría un mecanismo similar que sería tan preciso como para poder dibujar en un papel digital de forma tan natural como si lo hicieras con un lápiz y un papel real. Esto último será la clave: que todo sea natural.
En teoría, usar tus manos o objetos físicos tridimensionales siempre es más natural e intuitivo que usar un trackpad, un ratón, un joystick o una pantalla táctil plana. Sólo queda por ver el camino que Apple elige para hacerlo. Obviamente, aunque los anillos parece el camino más lógico, no se tiene ni idea si esta patente se convertirá en producto o no.
Fuente: El Confidencial