A pesar de ostentar una fortuna que supera los u$s65.000 millones (y que lo ubica en el top 5 de los más ricos del mundo), está claro que a Larry Ellison nadie le regaló nada.
El magnate, que tuvo una infancia difícil y una trayectoria profesional que lo llevó a convertirse en uno de los íconos de la industria tecnológica, es considerado por muchos como el multimillonario más "singular" del mundo.
Es que Ellison, fundador y CEO durante décadas de Oracle, no tiene problemas en disfrutar de su dinero: lo suyo no es el gusto por lo espartano, sino su preferencia por los grandes lujos. Su patrimonio acumula mansiones por todo el planeta, obras de arte valiosísimas, jets privados, yates de ultralujo y hasta su propia isla hawaiana.
Se trata de una figura controvertida, tanto por su forma de ser, como por los vínculos que supo construir. Mientras hoy muchos millonarios se posicionan abiertamente en contra de Donald Trump, manifestó en más de una oportunidad su apoyo al expresidente estadounidense, al que incluso le ofreció la tecnología de su empresa para combatir la pandemia de coronavirus.
"Soy adicto a ganar. Cuanto más ganas, más querés ganar", aseguró años atrás en relación a su puesto en el ranking de las más grandes fortunas. Su objetivo es el primer lugar del podio y seguramente no se detendrá hasta conseguirlo.
Un joven brillante
Lawrence Joseph Ellison nació el 17 de agosto de 1944 en la ciudad de Nueva York. Hijo de una madre soltera y de un desconocido piloto italoamericano del Cuerpo Aéreo de los Estados Unidos, fue dado en adopción a sus tíos luego de que contrajera una grave neumonía a sus nueve meses de vida.
A su padre jamás lo conoció; a su madre recién la volvió a ver a los 48 años.
Lillian Spellman Ellison y Louis Ellison (un inmigrante ruso que cambió su apellido en honor a Ellis Island) alojaron a Larry en su minúsculo departamento de South Shore, un barrio pobre y predominantemente afroamericano del sur de Chicago.
Larry, que solía recordar a su madre adoptiva como una mujer atenta y cariñosa y a su padre como "austero y distante", se convirtió en alumno brillante, aunque solía mostrar problemas de atención.
Terminados sus estudios secundarios en 1962, Ellison se matriculó en la Universidad de Illinois, donde fue nombrado como el estudiante más destacado en ciencias durante su primer añol en la institución. En segundo año, todo cambió: su madre adoptiva falleció, por lo que Larry abandonó la universidad y se embarcó en un viaje hacia la costa californiana.
Al otoño siguiente volvió al estado de Illinois, esta vez para matricularse en la Universidad de Chicago para estudiar física y matemáticas. Luego de cursar apenas un semestre, Ellison dejó la institución. En 1966, con apenas 22 años, decidió dejar todo y probar suerte en Berkeley, California, epicentro de la contracultura estadounidense por aquellos años.
Con apenas unos dólares en su bolsillo, inició una nueva vida en la costa oeste. El germen del futuro magnate ya se comenzó a palpar en ese viaje: el trayecto lo realizó a bordo de un llamativo Ford Thunderbird descapotable color turquesa. Los siguientes 10 años los pasó en distintos trabajos, incluyendo posiciones dentro del banco Wells Fargo y la tecnológica Amdahl Corporation.
Habiendo adquirido ya robustos conocimientos informáticos, Larry los puso en práctica durante sus años en Amdahl, donde trabajó en el primer sistema "mianframe" compatible con máquinas IBM, el estándar corporativo de aquel tiempo.
El punto de inflexión en su carrera llegó cuando ingresó a trabajar en la empresa de electrónica Ampex, que tenía un contrato para construir una base de datos para la CIA a la que el joven ingeniero bautizó con el nombre en clave de "Oracle".
Esta experiencia, junto a un artículo sobre bases de datos relacionales escrito por el científico inglés Edgar F. Codd, fueron los impulsores para que en 1977 fundará junto a dos exjefes la firma Software Development Laboratories (SDL), que luego pasaría a llamarse Oracle. Su inversión inicial fue de apenas u$s1.200.
Ellison tenía 31 años y su empresa llegaba en un momento central del desarrollo de la industria informática. Eran momentos de ebullición, que coincidieron con la fundación de Apple y Microsoft, y de la expansión del uso de computadoras tanto a nivel personal como corporativo.
El visionario
El concepto de "bases de datos relacionales" puede sonar muy poco atractivo, pero se trata de un mercado tan vital como lucrativo, y en el que Oracle supo arrebatarle el liderazgo a IBM, pionera de este tipo de soluciones.
Se trata, en rigor, de sistemas informáticos capaces de contabilizar millones de consumos de luz y gas para luego plasmarlos en facturas, o de jerarquizar los sistemas informáticos de Wall Street o cientos de aerolíneas. En definitiva, allí donde exista una base de datos, es muy probable que haya software de la firma de Ellison, lo que explica su inmensa fortuna.
Durante la década de 1980, la empresa creció rápidamente y se convirtió en un peso pesado de Silicon Valley. En 1986 lanzó su Oferta Pública Inicial de acciones, que reportó ingresos por u$s55 millones y convirtió a Larry en todo un millonario.
Sin embargo, la buena racha se cortó en 1990, cuando tuvo que despedir al 10% de su personal, alrededor de 400 personas, debido a lo que luego describió como un "increíble error empresarial": Oraclepermitía a sus vendedores contabilizar ventas futuras en los trimestres todavía en transcurso, lo que significaba que sus cifras eran, en esencia, engañosas. Esto llevó a múltiples juicios y problemas con los reguladores durante los primeros años de esa década.
El incidente había dejado a la empresa cerca de la quiebra. Para peor, sus competidores crecían y le quitaban cada vez más participación en el mercado. El lanzamiento de "Oracle 7" significó un cambio de aire para la compañía, ya que su éxito le permitió superar el traspié y consolidar su posición en los años siguientes, donde se convirtió en una fuerza dominante de la industria.
Actualmente, la firma posee una valuación de mercado de u$s165.000 millones y emplea a 135.000 personas en todo el mundo.
La fortuna de Ellison no solo creció de manera exponencial por el éxito de Oracle, sino también por el buen ojo del ejecutivo a la hora de invertir.
Por ejemplo, fue uno de los primeros inversores de Salesforce, fundada por Mark Benioff (exempleado de su compañía) que actualmente tiene un valor de mercado superior a los u$s120.000 millones.
También posee acciones en Quark Biotechnology, Astex Pharmaceuticals, Apple y Tesla. De la firma de Steve Jobs (que fue el fotógrafo oficial de su tercer casamiento) fue director entre 1997 y 2002, posición que abandonó por "falta de tiempo".
De la automotriz fundada por Elon Musk, en cambio, sigue siendo el presidente de su mesa directiva.
Otra inversión lucrativa para Larry fue la realizada en NetSuite. La firma fue comprada por Oracle en 2016 por u$s9.300 millones. La operación le significó una ganancia de u$s3.500 millones al ejecutivo, ya que poseía el 35% de esa empresa.
Una personalidad única
Lejos del perfil bajo que suelen mostrar otros multimillonarios, Ellison no esquiva su gusto por las excentricidades. En 2012 adquirió 98% de la isla hawaiana de Lana'i por un precio que, aseguran, osciló entre los u$s500 millonesy los u$s600 millones.
En ella instaló dos importantes centros hoteleros, uno de ellos un hotel Four Seasons, pero sobre todo la convirtió en un laboratorio de salud y bienestar basado en datos.
El mar parece ser una de las debilidades del fundador de Oracle. Cuando no está ocupado haciendo crecer su imperio, compite en regatas y en 2004 mandó a construir uno de los yates privados más grande del mundo, el Rising Sun.
Se trata de un verdadero palacio flotante de 140 metros de eslora, con 82 camarotes con jacuzzi, gimnasio, un cine en su interior, y en la cubierta, una cancha de basquet que puede convertirse en un helipuerto. Le costó nada menos que u$s 200 millones.
Cuando se estaba construyendo rivalizaba en tamaño con el que le estaban diseñando a Paul Allen, co-fundador de Microsoft, y que Ellison no paró de aumentar su tamaño hasta que estuvo seguro que el suyo era mayor que el de su competidor. Compartió la propiedad del barco entre 2006 y 2010 con el magnate discográfico David Geffen, quien terminó por comprarlo entero en 2010.
Otra de sus extrañas pasiones es la de coleccionar propiedades, lo que llevó al Wall Street Journal a bautizarlo como el "comprador de mansiones más ávido de la nación. La joya de la corona es su residencia en Woodside, California, en la que gastó más de u$s200 millones en renovaciones con el objetivo de convertirla en un palacio imperial japonés del siglo XVI.
Esta obsesión por el real estate se basa en otra pasión: el arte. Como el magnate no vive en muchas de sus casas, se dedica a convertirlas en museos, repletas de sus colecciones de arte. "Tengo uno para el arte moderno, y tengo uno para el arte europeo del siglo XIX y otro para el impresionismo francés", señaló en una entrevista televisiva en 2012.
El empresario también posee una casa de más de u$s4 millones en San Francisco, un hotel cerca de Palo Alto, más de veinte casas en Malibú, un rancho en California, Rancho Mirage, de más de un millón de metros cuadrados, restaurantes, un club de golf, varias mansiones en el lago Tahoe, una mansión en Long Island y una villa en Japón que medios locales valoraron en u$s86 millones.
Hoy en día, Ellison ya no se encarga de la operación diaria de Oracle. Casado en cuatro oportunidades, mantiene una relación con la modelo Nikita Kahn, 48 años más joven que él.
Sus dos hijos, mientras tanto, desarrollaron carreras exitosas en la industria del cine: El mayor, David, nacido en 1983, fue productor ejecutivo de las últimas entregas de Misión Imposible. Entre sus éxitos se encuentra World War Z y entre sus proyectos, un nuevo Terminator. La menor, Megan, se desarrolla en el mismo rol de la producción. Está detrás de Her y La noche más oscura.
En 2016, Larry donó u$s200 millones para crear un centro de tratamiento contra el cáncer a través de la Universidad de California del Sur. Como otros muchos multimillonarios creó una fundación que lleva su nombre y que se centra en proyectos de salud, educación y medio ambiente.
Algunos medios señalan que donó el 1% de su fortuna, pero que prefiere invertir en arte o financiar el equipo de vela con el nombre de su empresa para competir en las regatas más famosas del mundo como la Copa América, un proyecto en el que solo en 2010 invirtió u$s100 millones.
"No es suficiente que yo tenga éxito, todos los demás deben fallar", aseguró años atrás. Su personalidad, avasallante, le ganó tanto admiradores como detractores, pero su puesto en el "monte Rushmore" tecnológico es irreprochable: para muchos, la sagrada trinidad de la tecnología está compuesta por Bill Gates, Steve Jobs y el "Rey de las bases de datos".