La Organización Mundial de la Salud (OMS) especifica que, actualmente, tener una temperatura corporal de entre 37,2º y 37,5º centígrados es uno de los síntomas de la infección por Covid-19 y, además de recomendar el uso de mascarillas para evitar la propagación y autoprotección de contagio, determina como fundamental establecer medidas de protección de la ciudadanía, para que cualquier persona que presente fiebre pueda ser aislada para evitar contagios.
En este contexto, Fujitsu ha desarrollado una solución de detección de temperatura sin contacto para lugares de gran concentración de personas o accesos masivos, como hospitales, aeropuertos o centros comerciales, entre otros. Se trata, como señala la compañía en un comunicado, de una "herramienta eficaz" que "añade la posibilidad de controlar la tan necesitada distancia de seguridad".
La solución se basa en una tecnología que ayuda a detectar de forma inmediata los síntomas febriles mediante una cámara termográfica que actúa sin contacto y sobre varias personas de forma simultánea, lo cual reduce la baja eficiencia de los termómetros y las pistolas de detección infrarroja, y elimina el riesgo para las personas que lo manipulan.
La compañía tecnológica señala que la solución realiza un registro automático de las temperaturas anómalas y la ausencia de mascarillas entre las personas que quieren acceder a una determinada zona.
Estas cámaras de control facial miden la temperatura con un margen de error de +-0.3º y suelen tener un rango de lectura de entre dos a seis metros. Su actuación puede llegar a 180 personas por minuto para la solución certificada y 360 personas para la denominada multipunto.
Asimismo, se puede añadir a la solución herramientas de análisis de la información de las personas que acceden al control, pudiendo ofrecer datos estadísticos.
E incluso se puede añadir el procesamiento de imágenes por medio de inteligencia artificial, analítica de datos en tiempo real, todo ello para ayudar en la toma de decisiones.
Abanico de opciones
Más allá de los esfuerzos individuales de las compañías para proteger a sus empleados, los espacios de trabajo ya empiezan a adoptar los "nuevos estándares" del escenario post cuarentena.
Alex Sakkal, cofundador y director comercial de la desarrolladora inmobiliaria Nómada, explica que en sus proyectos ya se están implementando demarcación visual de distanciamiento, controles en las circulaciones verticales, estaciones de sanitización en áreas comunes y cámaras de detección de temperatura corporal en los pasillos.
En esta sintonía, la búsqueda de cámaras térmicas se volvió un tema de consulta recurrente en tiendas online. Las opciones que ya se comercializan abarcan un amplio abanico de precios y se pueden encontrar en Mercado Libre:
- Cámara térmica de mano Hikvision DS–2TP31B–3AU: $100.000
- Cámara IP Termográfica Dahua Domo TPC–SD2221: $170.000
- Cámara IP Térmica Dahua Bullet Tpc–bf5400–b35: $410.000
- Cámara con medidor de temperatura corporal Jetion JT–66K: $430.000
- Cámara portátil de detección de fiebre Hikvision DS–2TP21B–6AVF/W: $598.000
La diferencia de precios refleja, principalmente, sus funcionalidades: precisión para medir la temperatura, cantidad de personas que pueden ser analizadas en simultáneo e integración con sistemas de inteligencia artificial. Más allá de estos valores de referencia, las compañías instan a "revisar cada caso particular" para ofrecer soluciones a medida.
"Las cámaras térmicas serán una herramienta cada vez más expandida para el control de acceso a espacios de trabajo. Son los mismos dispositivos que se están instalando en el espacio público, como en el Aeropuerto de Ezeiza y hospital Meléndez, y permiten prevenir que personas con alta temperatura ingresen a un lugar", asegura a iProUP, María Florencia Comeron, Marketing Manager de Dahua Technology. Estas cámaras cumplen funciones similares a las de las estaciones de Constitución, Once y Retiro, propietarias de la empresa Danaide.
Para el uso de estos dispositivos se aconseja su instalación en halls y entradas, sobre todo en accesos con molinetes, para evitar que un individuo pueda llegar, por ejemplo, hasta el ascensor si es que presenta fiebre. Si este equipamiento ya tiene bastante tiempo en el mercado, la novedad que registró una demanda exponencial en el último tiempo es la tecnología que permite medir con un "+/– 0,3 grados de precisión". "Esto se logra porque funcionan en conjunto un lente óptico y uno térmico: el primero identifica que se trata las figuras humanas; el otro, el de la temperatura, determina la radiación de esa figura con una significativa precisión", explica Comeron.
Asimismo, las empresas especializadas afirman que se acentuará el protagonismo de herramientas biométricas. "Todo lo relacionado a tecnologías de reconocimiento facial o de iris y, en general, el contactless, que soporta la identificación a distancia, será lo que prevalecerá en un futuro muy cercano", asevera Comeron.
Desde Hickvision aseguran que detectaron grandes ventajas en la experiencia 'sin contacto' que proporciona el reconocimiento facial". "Gracias a la tecnología avanzada Deep Learning y a sus diversas funciones prácticas, esperamos que estas terminales aporten más seguridad y eficiencia a empresas pequeñas y medianas, facilitando en gran medida el control de acceso", añaden.
Soluciones locales
Por fuera de estas soluciones, un emprendimiento argentino busca ser protagonista de la "nueva era de las oficinas". Se trata de UVRobotics, firma que fabrica dispositivos que utilizan tecnología de luz UV–C (ultravioleta del rango "C") para desinfectar distintos espacios.
Inspirados en un modelo creado en Dinamarca, la empresa diseñó su propio robot que apunta a revolucionar el mercado local. "UVRbot opera controlado de manera remota por el usuario a través de una app. Una vez que es dirigido al área de interés, se lo enciende y comienza su ciclo de descontaminación", afirma a iProUP Sabrina Lecam, directora de investigaciones de UVRobotics.
Este equipo, que puede costar entre u$s3.000 y u$s12.000 -dependiendo de las necesidades de los clientes- actúa en espacios que permiten su desplazamiento. Es decir, en pasillos de al menos 80 centímetros por el que se pueda movilizar. Una vez encendido, realiza un procedimiento de reconocimiento espacial con tecnología láser y crea un mapa del entorno. A través de un algoritmo, traduce las distancias en tiempos de desinfección necesarios para entregar la dosis requerida en todos los rincones del ambiente.
UVRbot emite una dosis de luz UV–C letal para la gran mayoría de virus, bacterias, hongos y protozoos, lo cual también incluye al SARS-CoV-2, virus responsable de la pandemia de covid-19.
"Hemos tenido contacto con compañías no solo argentinas sino también de todo el mundo, muy interesadas en adquirir estos dispositivos. Es necesario estudiar las necesidades de cada cliente para poder recomendarles el producto que mejor se adapte", asegura la ingeniera.
Por último, explica que su producto se caracteriza por haber abordado el problema desde una perspectiva "innovadora e ingeniosa" que permitió aprovechar las tecnologías disponibles, con las cuales estaban muy familiarizados.
Otra de las empresas locales que está trabajando en este sentido es TechCom, que comenzó con la fabricación del modelo de mascarilla homologado por el Ministerio de Salud y avanza con la creación de un respirador artificial de bajo costo. También está lanzando una cabina de sanitización para oficinas y consultorios médicos.
"Cuesta entre $60.000 y $100.000 dependiendo de algunas variantes de cada empresa. Se trata de una cabina chica, de 1,2 metros de ancho por 0,8 de profundidad", explica a iProUP Danny Lew, general manager de Techcom SRL. Al ingresar allí, la persona aprieta un botón y es 'bañada' por una barrera de aire cargada de ozono durante cinco segundos", señala.
"Descontamina el recinto y la vestimenta de la persona gracias al efecto bacericida, fungicida y viridicida potente del ozono, el cual no tiene efectos tóxicos a dosis controladas sobre el ser humano", añade el ejecutivo, quien también es presidente del departamento de Formacion e Innovacion de la Union Industrial de Avellaneda.
Para su desarrollo, la compañía cuenta con el asesoramiento del doctor Gabriel Calle, miembro de la Asociación Argentina de Ozonoterapia y uno de los profesionales más prestigiosos en la materia. Según Lew, se trata de una versión más económica y "limpia" que "los portones que bañan con rocío sanitizante, que son ideales para una fábrica pero no para una oficina o consultorio médico ya que derraman líquido en el suelo".