La firma estadounidense de entrega de comida a domicilio Grubhub se disparó este martes en la Bolsa de Nueva York tras conocerse que está en negociaciones para ser adquirida por su competidora Uber, la plataforma de transporte que además es uno de los líderes en ese sector.
Hacia la media rueda de la jornada en Wall Street, las acciones de Grubhub subían alrededor de un 35%, después de que el diario The Wall Street Journal informase de que las dos empresas mantienen conversaciones con vistas a una fusión.
Según el periódico, Uber se interesó por su rival a comienzos del año y recientemente Grubhub le planteó un acuerdo en el que sus accionistas recibirían 2,15 acciones de Uber por cada uno de sus títulos, una propuesta que la junta de la empresa analizará en los próximos días.
Antes de que saltase la noticia ese acuerdo habría valorado en unos 68 dólares cada acción de Grubhub, que el lunes habían cerrado en 46,79 dólares, pero que tras el fuerte repunte de este martes superaban ya la barrera de los 60 dólares.
Uber ya cuenta con Eats, su propia app de delivery
Con la cotización de la víspera, Grubhub tenía un valor de mercado de unos 4.500 millones de dólares, frente a la capitalización de unos 55.000 millones de dólares de Uber.
Las discusiones entre las dos compañías se producen en un momento en el que la pandemia del coronavirus ha disparado la demanda de la entrega de comida a domicilio en Estados Unidos y otros países.
Grubhub, con sede en Chicago, fue fundada en 2004 y en 2013 se fusionó con su rival Seamless, antes de salir a bolsa en 2014.
Uber, además de su conocida plataforma de transporte, opera Uber Eats, una aplicación para la entrega de comida a domicilio parecida a las de Grubhub y con compite con ésta y otras empresas como DoorDash y Postmates. Así, buscará torcer su pobre situación financiera actual.
En picada
Uber y WeWork, empresas que están bajo el paraguas del inversor japonés Softbank, que ni siquiera están cercanas a su break even o punto de equilibro:
- Uber lucha para ponerle un torniquete a su monumental hemorragia de cash trimestral, ve en la disminución de personas en las calles un enemigo silencioso e implacable: su negocio se sustenta en el movimiento, no en el sosiego puertas adentro.
- WeWork la tiene todavía peor: su fundador, el polémico Adam Neumann, imaginó un futuro con torres corporativas repletas de espacios alquilados de manera temporal, donde el flujo de personas entrando y saliendo de estos espacios fuera constante
- Lo mismo ocurre con otros ex "mimados" como Lime, cuyo negocio de alquiler de monopatines no tiene sustento en un mundo que atraviesa una masiva cuarentena (ya había despedido a buena parte de sus empleados previo a la crisis del Covid-19)- O Lyft, el gran rival de Uber, que tuvo un 2019 decepcionante y no logra encontrar su rumbo en 2020.
Lyft, competidor de Uber, también vive un presente complicado por el coronavirus
El 5 de marzo, el fondo de inversión Sequoia Capital emitió un memorando titulado "Coronavirus: El cisne negro de 2020", en el que advierte que el brote amenzada con hacer colapsar a las nuevas empresas y hace un llamado a las firmas de su cartera para controlar los costos, ahorrar efectivo y prepararse para la escasez de capital.
En diálogo con iProUP, Flavia Matsuda, coordinadora de Research en InvertirOnline, asegura: "Con el fly to quality (vuelo a la calidad o el refugio en activos más seguros) propio del momento de incertidumbre que estamos atravesando por la pandemia, creemos que caerá fuerte el interés por firmas de este tipo. Los inversores buscan empresas más sólidas, tanto en equity como deuda".
Según la especialista, ante el escenario actual los financistas buscan deuda de alta calidad crediticia (bonos de tesoro de Estados Unidos, Japón, Alemania y algunos corporativos investment grade), también resguardan su capital en oro, cash, monedas estables y algunas acciones de sectores de consumo básico, servicios públicos y telecomunicaciones.
Gustavo Neffa, Socio y Director de Research for Traders, explica que lo que hay es una "crisis de liquidez en los mercados mundiales", que la FED subsanará con la baja al 0% de su tasa de interés y la emisión de cantidades infinitas de dinero en caso de ser necesario.
En ese panorama, las empresas de la llamada economía colaborativa "sufren la falta de liquidez abundante". Si bien el índice de bonos con Grado de Inversión cayó hasta 8% y luego se recuperó, el analista considera que "muchos nuevos proyectos pueden desaparecer. Lo mismo con las IPO, que seguramente van a postergarse".
Problemas preexistentes
Durante la última década, grandes sumas de dinero se invirtieron, de forma directa o a través de empresas de capital riesgo, en firmas que eran unicornios o que, según sus impulsores, podrían serlo pronto.
El desembolso anual total de capital de riesgo en Estados Unidos aumentó de u$s32.000 millones en 2009 a u$s121.000 millones en 2018. Asimismo, alrededor de u$s822.000 millones se destinó a nuevas empresas estadounidenses desde 2010 y casi lo mismo se ha volcado al resto del mundo.
Este ingente caudal de dinero permitió a muchos proyectos quemar efectivo a cantidades industriales y aplazar el escrutinio de los mercados públicos, más exigentes en lo referido a obtener ganancias en el corto o mediano plazo.
Los vientos comenzaron a cambiar de rumbo el año pasado: en mayo, la muy esperada salida a la bolsa de Uber tuvo una adhesión menor a la esperada, desplomando su capitalización en el mercado hasta un 50% a lo largo de 2019. Lo mismo ocurrió con las ofertas públicas iniciales (IPO) de las firmas Lyft y Slack, que defraudaron pese a las grandes expectativas generadas.
Un gran fracaso fue, sin lugar a dudas, el de WeWork, que pasó de ser la startup con mayor proyección del mundo a ver cancelada su IPO por las monumentales pérdidas que acarrea su negocio de alquiler de oficinas.
La empresa, que se promocionaba a sí misma como tecnológica, no solo decepcionó a los inversionistas, sino que vió caer su valoración de u$s47.000 millones a menos de u$s8.000 millones, lo que obligó a un salvataje de Softbank, su principal inversor, que por estas horas se encuentra en "stand by".
Lo que viene
Hacer futurología en un contexto como el actual es imposible. Sin embargo, algo es seguro: no todas las empresas tendrán la misma capacidad de recuperación. En algunos segmentos, la agonía promete ser mucho más larga. Neffa sostiene vierte que las firmas más perjudicadas son las englobadas dentro del acrónimo HORECA, es decir, hoteles, restaurantes, comercios y afines.
"Turismo y ocio es el más afectado, ya que es el sector con más mano de obra intensiva y donde más contacto persona a persona hay. Ese es claramente el gran perdedor y sus subsectores, a nivel mundial", advierte el especialista.
En este nicho, firmas bien establecidas como Airbnb o Booking parecen estar más preparadas para resistir los próximos meses. Sin embargo, otras tienen un devenir más incierto.
En tanto, salud y entretenimiento son dos industrias que los especialistas ven como las mejores posicionadas en plena escalada del coronavirus. Como prueba, solo basta con ver los anuncios en materia de streaming en las últimas semanas, liderados por los lanzamientos de Quibi y Pluto.TV.
Los coworking, en los que WeWork es el rey, es el otro sector 4.0 golpeado por la cuarentena
"Por otro lado, vemos con buenas perspectivas a compañías como Mercado Libre, Amazon o Alibaba, ya que el ecommerce tiene ventaja respecto del comercio tradicional en este contexto. Además, estas las dos últimas brindan servicio de servidores de internet y de nube, todo lo que es telecomunicaciones se está beneficiando", explica Matsuda.
Si todos los planes fallan, algunos unicornios guardan un último as bajo la manga: ser vendidas a alguna de las grandes Bigtechs. Apple, Microsoft, Google, Amazon y Facebook poseen, en conjunto, u$s570.000 millones en efectivo.
Con la reverberación de una posible recesión mundial y la necesidad de preservar miles de puestos de trabajo, es probable que los entes reguladores sean más flexibles con megaoperaciones de adquisición y salvataje.