Una de las actividades más afectadas por la pandemia de coronavirus es el tráfico aéreo. Con la gran mayoría de los países con sus fronteras cerradas e incluso algunos, como en la Argentina, sin ningún tipo de rutas de cabotaje funcionando, las aerolíneas y los aeropuertos se enfrentan a un futuro bastante sombrío y lleno de incertidumbres, mientras se preparan para afrontar una nueva realidad que deparará profundos cambios en la forma de viajar.
La Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) está elaborando un protocolo de actuación para todas las instancias que implica un vuelo comercial. Por ende, ya está lista una primera versión de la "hoja de ruta para reiniciar de forma segura la aviación", que incluye importantes medidas de seguridad sanitaria para garantizar el buen funcionamiento de la actividad, desde más obvias como el uso de tapabocas y elementos de higiene en los aviones, hasta controles de temperatura a los pasajeros y severas restricciones de circulación en los aeropuertos.
Este "borrador" de la IATA representa una extensa revisión respecto al funcionamiento de los aeropuertos y aviones desde los atentados del 11 de septiembre del 2001 en Nueva York, lo que significa un nuevo paradigma en la industria aerocomercial.
Antes de viajar
-Las aerolíneas recopilarán más información sobre el pasajero, con el objetivo de localizarlo en caso de que sea necesario. Para efectivizar esa medida, el viajero deberá rellenar un formulario electrónico antes de su arribo al aeropuerto.
En el aeropuerto
- Ahora los pasajeros que se embarquen en un avión tendrán que completar obligatoriamente el check-in antes de llegar al aeropuerto. Posteriormente podrán embarcar mostrando los tickets a través de sus teléfonos móviles o en papel tras imprimirlo en su domicilio.
-Todas las personas que viajen serán sometidas a controles de temperatura en los puntos de entrada de la terminal aeroportuaria y por personal capacitado. Funcionará como un filtro para decidir si el pasajero está en condiciones de abordar el avión.
-Los aeropuertos tendrán que adaptar sus instalaciones para garantizar el cumplimiento de la distancia social, de acuerdo a las medidas vigentes en cada país, aunque la IATA recomienda que sea entre uno y dos metros. Se deberá poner especial énfasis en los principales corredores de flujo de pasajeros, como las zonas de preembarque y los puestos de migraciones.
-Se recomendará el uso de tapabocas a los pasajeros y el uso de equipos de protección a los trabajadores tanto de las aerolíneas como del aeropuerto.
-Las compañías aéreas, los aeropuertos y los gobiernos deberán coordinar esfuerzos para asegurar que los equipos e infraestructura sean desinfectados con frecuencia.
-Aunque advierte que no existen aún testeos rápidos que sean absolutamente confiables, la IATA pide, si es posible, realizar test de COVID-19 a los pasajeros antes de acceder a la terminal.
-Si el pasajero puede demostrar mediante documentación fehaciente que padeció COVID-19 y se recuperó, podría quedar eximido de algunas medidas como el uso de tapabocas y los controles de temperatura, aunque ello quedará sujeto a revisión hasta que la ciencia determine con seguridad la inmunidad adquirida tras contraer el virus.
-El despacho de equipaje quedará a cargo de los propios pasajeros, por lo que los empleados de las aerolíneas deberán guiarlos para completar esta operación, minimizando el contacto físico y con los objetos.
-El embarque deberá efectuarse de una manera ordenada y segura que asegure el distanciamiento físico entre los pasajeros.
Durante el viaje
-La IATA recomienda a los pasajeros el uso de mascarillas, pero no se contempla dejar asientos libres en el avión para garantizar la distancia social, ya que se considera muy bajo el riesgo de contagio por la disposición de los asientos, el uso de filtros HEPA y la dirección del flujo de aire a bordo.
-La tripulación ajustará sus protocolos actuales para ofrecer toallitas desinfectantes a los pasajeros (hasta ahora prohibidas en los vuelos) y servir alimentos y bebidas.
En el lugar de destino
-Al igual que en el aeropuerto de salida, los pasajeros pasarán por controles de temperatura al realizar el desembarque.
-Respecto al control de migraciones, la IATA solicita a los gobiernos que simplifiquen los procesos de control fronterizo para reemplazar métodos físicos por otros virtuales, como la declaración jurada electrónica mediante aplicaciones para celulares y códigos QR, lo que minimizará el contacto físico y evitará aglomeraciones en los puestos de control. Otras medidas recomendadas son la lectura de pasaportes por escáner y el reconocimiento facial.
-Será necesario adaptar el servicio de recogida de equipaje para que se efectúe de manera rápida y evite demoras y aglomeraciones.
-La cooperación entre países será clave para poder tomar como válidas las instancias de control realizadas en el aeropuerto de origen y evitar repetirlas íntegramente en las escalas subsiguientes, indicó MDZ.