El conflicto entre Elon Musk y Sam Altman podría suavizarse luego del fallo de una jueza en Estados Unidos.
Yvonne González Rogers, conocida por su papel en el juicio de Epic Games-Apple, rechazó la demanda del magnate contra la entidad responsable de ChatGPT.
La decisión desestimó el intento de Musk de frenar la transformación de la organización en una empresa con fines de lucro. Esto podría reducir las tensiones entre ambas partes y modificar la dinámica del sector tecnológico.
OpenAI: la disputa entre Musk y Altman
OpenAI, empresa de inteligencia artificial cofundada por Elon Musk, planea completar este año su transición hacia un modelo totalmente lucrativo, dejando atrás su esquema híbrido que combinaba fines comerciales con una estructura sin ánimo de lucro.
Musk, crítico de este cambio, expresó en The Wall Street Journal que la compañía debería retomar su enfoque en la seguridad y mantener el acceso abierto a su tecnología en lugar de priorizar objetivos financieros.
Sam Altman, actual líder de OpenAI, respondió en una entrevista reciente calificando a Musk como un "matón" que disfruta de los conflictos, evidenciando la creciente tensión entre ambos empresarios en torno a la evolución de la compañía.
Este enfrentamiento refleja visiones opuestas sobre el futuro de la inteligencia artificial, donde la rentabilidad y el acceso abierto parecen ser puntos clave en una disputa que podría redefinir la industria tecnológica.
Freno judicial a la demanda de Musk
La jueza federal Yvonne González Rogers aseguró que Elon Musk no presentó "pruebas suficientes" para respaldar su intento de frenar la conversión de OpenAI en una empresa con fines de lucro, solicitud que el magnate realizó a finales del año pasado.
Musk acusó a Sam Altman y a Microsoft de influir sobre los inversores para evitar que financien a competidores en inteligencia artificial, sector en el que el fundador de Tesla ha retomado protagonismo a través de su compañía xAI.
Según documentos obtenidos por el Financial Times, la jueza también rechazó la petición basada en la supuesta violación de la misión inicial de OpenAI, cuyo propósito original era desarrollar inteligencia artificial "para el beneficio de la humanidad".
Desde OpenAI afirmaron que Musk quería fusionar la organización con Tesla y que eso "habría sido genial para su beneficio personal, no para la misión o los intereses estadounidenses", en una clara defensa de su actual.
En respuesta a la demanda, OpenAI divulgó correos electrónicos donde Musk respaldaba la idea de convertir a la compañía en una entidad lucrativa e incluso expresaba su interés en asumir el rol de director ejecutivo.
A pesar de este revés, la jueza González Rogers aprobó un juicio acelerado para finales de este año, donde se evaluará si la nueva estructura de OpenAI afecta el interés general y viola los principios originales de la organización.
La magistrada explicó que Musk no cumplió con "la alta carga requerida para una orden judicial preliminar" que pudiera bloquear la transformación de OpenAI, desestimando así su solicitud en esta etapa del proceso.
No obstante, la jueza enfatizó la necesidad de una resolución expedita, dado que existe "un interés público en juego y un posible daño si la conversión se lleva a cabo de manera ilegal".
OpenAI rechaza una oferta millonaria de Musk
En febrero, un grupo inversor liderado por Elon Musk presentó una oferta de 97.400 millones de dólares para adquirir OpenAI, pero la propuesta fue rechazada, dejando en claro que la organización no tiene intención de vender su empresa.
Tras conocerse la oferta, Sam Altman respondió irónicamente en Twitter: "No gracias, pero compraremos Twitter si querés", dejando en evidencia su postura frente al intento de compra liderado por el magnate.
En una carta, OpenAI afirmó que "este es el último intento del señor Musk para perturbar la competencia" y aseguró que cualquier cambio en la empresa fortalecerá su división sin fines de lucro para garantizar que la IA beneficie a la humanidad.