La llegada de la Inteligencia Artificial (IA) generó una revolución que abarcó los más diversos ámbitos. Y el sector del empleo es uno de los que más se vio afectado.
Los talentos IT, es decir, aquellos perfiles que eran los más requeridos de la industria, se debieron adaptar a nuevos retos.
El reskilling, o reciclaje profesional, se volvió crucial para adaptar a los trabajadores a estas nuevas tecnologías y mantener la competitividad en el mercado.
Asimismo, la necesidad de Nuevas Habilidades se hace fundamental. La IA introduce herramientas y métodos que requieren conocimientos específicos, desde el manejo de algoritmos hasta la comprensión de sistemas de aprendizaje automático.
Por este motivo, los profesionales de IT deben actualizarse continuamente para manejar estas tecnologías eficientemente.
Las habilidades emocionales se convierten en un valor agregado
Saber adaptarse
Facundo Aguinaga, Co-Founder y Director de People de Paisanos le comenta a iProUP que "en un momento de aceleración del ritmo de las transformaciones socioeconómicas, la adquisición de nuevas habilidades es la mejor estrategia para evitar la parálisis ante el avance de la automatización de tareas potenciada por la inteligencia artificial", señala.
Además, el expertyo explica que los trabajadores deben aprender a integrar la IA en sus tareas diarias, lo que implica un reskilling intensivo en áreas como el análisis de datos, la ciberseguridad, y el desarrollo de software.
Es por es que los atributos esencialmente humanos difícilmente podrán ser reemplazados por las máquinas.
Por lo que la adquisición de las habilidades denominadas "blandas" es fundamental tanto para el actual como para el futuro escenario laboral. Pero no son las únicas.
Según un relevamiento de la consultora Mercer entre 200 firmas, para su estudio Future Skills, hay cuatro tipos de habilidades destacadas:
- Habilidades tecnológicas y de innovación
- Habilidades comerciales
- Habilidades personales
- Habilidades de colaboración.
Y agrega: "Las habilidades tecnológicas incluyen el pensamiento analítico y la resolución de problemas complejos; la creatividad, originalidad e iniciativa; la destreza y fluidez digital; la innovación y adaptación de productos existentes".
En tanto, las habilidades comerciales comprenden: visión para los negocios; empatía comercial; habilidades de persuasión, influencia y negociación y habilidades de venta.
De las habilidades personales, se desprenden: la adaptabilidad y mentalidad de crecimiento; la inteligencia emocional; la resiliencia, tolerancia al estrés y flexibilidad, y la autogestión y priorización.
"Las habilidades de colaboración están vinculadas con la capacidad de trabajar en equipo", aclara.
Importancia de la Inteligencia Emocional
A medida que las tareas técnicas se automatizan, habilidades como la inteligencia emocional y la capacidad de gestión de equipos cobran más relevancia.
Estas competencias son vitales para liderar proyectos de IA y facilitar la transición tecnológica.
"Sumar estos conocimientos implica elevar la formación a un nivel estratégico, cualquiera sea el sector en el que la persona se desempeñe", culmina el experto.