Con alza de 4% en la previa a la apertura de Wall Street, el mercado celebró los positivos resultados de Walmart, uno de los ganadores en medio del complejo panorama de la pandemia.
Los ingresos de la compañía estadounidense crecieron 10,5% en el primer trimestre, gracias al impulso de su facturación online, que se disparó 74%.
Este incremento obedece a que los clientes se preocuparon de comprar grandes cantidades de bienes de primera necesidad, atendiendo las órdenes de confinamiento para frenar la propagación del coronavirus.
"Las ventas netas y el resultado operativo se vieron afectados significativamente por el brote de Covid-19", señaló la compañía en un comunicado, detallando que "la demanda sin precedentes de productos de distintas categorías impulsaron los resultados".
Más contrataciones
Debido a lo agitado del negocio, Walmart aceleró sus contrataciones, incrementado temporalmente el gasto en salarios, así como los de mantenimiento de sus tiendas y centros de distribución.
De esta manera sus ganancias experimentaron un alza más acotado de 3,9%, con lo que de todas maneras se logró una ganancia ajustada por acción de US$1,18, superando las previsiones del mercado que apuntaban a US$1,12.
:quality(70)/https://assets.iproup.com/assets/jpg/2020/03/8877.jpg?5.6.1)
Supermercados, fortalecidos por la pandemia
Pese a los positivos números, la multinacional reconoce que el panorama es complejo, por lo que determinó sacar de su informe las perspectivas para 2020. La decisión "refleja una incertidumbre significativa entorno de varias variables externas clave y su impacto potencial en nuestro negocio y la economía global", indicó Brent Biggs, director financiero de Walmart
Con aquello, se refería específicamente a las persistentes dudas respecto a «la duración e intensidad de la crisis sanitaria del Covid-19 y el impacto de las órdenes de confinamiento, la escala y la duración del estímulo económico, tendencias de empleo y confianza del consumidor".
En Argentina, los "super" tienen colapso de pedidos
A nivel local, la demanda de mercadería en supermercados se multiplicó por cuatro y la capacidad operativa por dos.
Es la razón por la que las compras por Internet en supermercados en tiempos de aislamiento social preventivo y obligatorio tienen problemas para responder en términos de disponibilidad y tiempos de entrega.
Los supermercados, que venían creciendo en la venta de alimentos y bebidas online como ningún otro rubro lo hacía, no estaban preparados para este pico de demanda. Tampoco para satisfacer la ansiedad de los consumidores.
La avalancha de pedidos creció de manera vertiginosa en apenas siete días, entre el lapso que fue desde la suspensión de las clases hasta la imposición de la cuarentena inicial.
La cantidad de gente dispuesta a "stockearse" se incrementó 16 puntos porcentuales entre la semana del 12 al 13 de marzo y la del 20 al 21 de marzo. En la primera medición, ante la pregunta de si pensaban acumular mercadería con vistas a la cuarentena, un 62% respondía afirmativamente, mientras que en la segunda medición el registró había trepado a un 78%, de acuerdo con un estudio de Kantar Insights.
A esto se sumó que los argentinos también tomaron la determinación de comprar más por el canal digital, para no tener que ir a los comercios. Esa decisión creció 17 puntos porcentuales: del universo de compradores, quienes se muestran favorables ahora a la compra online asciende a un 61%, mientras que antes de que se decretara la cuarentena sólo un 44% quería entrar a las páginas web de los supermercados.
Es decir, sobre un universo más grande de compradores, ahora son más lo que quieren comprar online, pero con el agregado de otro detalle importante: cada pedido individual es más grande que el promedio que tenían las cadenas antes de la cuarentena.
:quality(70)/https://assets.iproup.com/assets/jpg/2020/03/8854.jpg?5.6.1)
eCommerce: clave, pero con demoras
Este nuevo comportamiento hizo que se saturaran los cupos de recepción de pedidos, además de que ya no se diera abasto suficiente con la preparación de las órdenes de compra que, en líneas generales, suelen demandar una hora por cada pedido.
"Se trata de una cuestión matemática. Los supermercados no estaban preparados ni tenían su estructura dimensionada para esto. Tenían un promedio de 1.000 pedidos y, de repente, pasaron a tener 3.000. Y esto se dio en simultáneo con una estructura que resultó afectada por el ausentismo y con la disyuntiva de mantener a los puntos de venta operando", explicó a iProfesional Gustavo Sambucetti, director institucional de la Cámara Argentina de Comercio Electrónico (CACE).