El año 2025 se proyecta como un período en el cual los fondos de inversión en América Latina mantendrán una postura cautelosa respecto a rondas de financiamiento para startups en fase inicial, mientras continúan fortaleciendo su interés en empresas que se encuentran en etapas de crecimiento.
De acuerdo con los datos proporcionados por LAVCA, durante 2024 se evidenció un retorno significativo del capital de crecimiento. La actividad inversora en etapas avanzadas experimentó una recuperación sustancial, logrando un incremento interanual del 55%. Las compañías en fase de expansión captaron u$s1.600 millones, predominando el sector fintech entre las beneficiarias.
Esta tendencia se confirma con casos recientes como el de Plata Card, que se ha consolidado como el nuevo unicornio mexicano tras obtener u$s120 millones, alcanzando una valoración de u$s1.500 millones. Paralelamente, Ualá ha anunciado recientemente una ronda de financiación serie E por u$s66 millones.
Queda pendiente observar cuántas empresas latinoamericanas especializadas en Big Data e Inteligencia Artificial lograrán captar la atención necesaria para desarrollar productos que actualmente son tendencia en Silicon Valley.
En este contexto, los emprendedores tecnológicos que buscan inversión semilla o rondas A enfrentan un escenario caracterizado por un capital de riesgo significativamente restringido.
Mención especial requiere la situación de las fundadoras mujeres, quienes históricamente han enfrentado mayores obstáculos para obtener financiamiento de fondos institucionales (representando apenas un 2% a nivel global). Esta realidad, lejos de ser nueva, se intensifica en períodos en los que el capital se vuelve más selectivo y los criterios de inversión más rigurosos.
Las estadísticas continúan revelando una disparidad significativa: los equipos fundadores compuestos exclusivamente por mujeres reciben una fracción mínima del capital total invertido, una brecha que no muestra indicios de reducirse sustancialmente en el corto plazo.
Estrategias para el crecimiento y la atracción de inversión
La pregunta fundamental radica en cómo impulsar el crecimiento empresarial de manera que el negocio se expanda y, simultáneamente, la empresa logre posicionarse dentro del radar de los inversionistas.
La importancia de la construcción de marca
Así como un cliente potencial realiza búsquedas en los canales donde intuye encontrará los servicios o productos que necesita, los fondos de inversión implementan procesos de scouting o exploración para identificar las mejores oportunidades de inversión en el mercado.
Un inversor buscará constantemente financiar empresas en la fase más temprana posible dentro del estadio que le interesa, maximizando así su potencial de retorno. En este sentido, la visibilidad de marca constituye una estrategia fundamental para cualquier empresa que aspire a crecer orgánicamente mediante el incremento de ventas, obtener mejores socios estratégicos y, naturalmente, atraer inversores.
La actual restricción en el financiamiento de capital de riesgo no debe interpretarse únicamente como un obstáculo. También representa una oportunidad para desarrollar modelos de negocio más sostenibles y construir activos de marca que trasciendan los ciclos de inversión. En este aspecto, los emprendedores latinoamericanos han demostrado particular talento en la optimización de recursos limitados.
Durante 2025, aquellos que inviertan estratégicamente en la construcción de marca no solo mejorarán sus posibilidades de atraer capital cuando las condiciones se tornen más favorables, sino que establecerán ventajas competitivas duraderas, independientemente del entorno de inversión prevaleciente.
Un fundador con posicionamiento efectivo que ha construido una marca de valor se encuentra en condiciones óptimas para generar las conversaciones estratégicas necesarias para su crecimiento.
Recientemente, un partner que había impulsado su negocio de Inteligencia Artificial aplicada a la fidelización de clientes decidió reorientar su operación hacia otra vertical utilizando la misma tecnología. Su trabajo previo en posicionamiento le permitió transferir esa unidad de negocio a una marca líder en un mercado en franco crecimiento.
Otro ejemplo del valor de una marca consolidada es, indudablemente, la adquisición por u$s100 millones del Grupo MG Rover, incluyendo la marca MG, por parte de Nanjing Automobile en 2005. Esta transacción se concretó tras la quiebra de MG Rover, cuando su principal activo remanente era precisamente su marca.
Conclusión
Las startups latinoamericanas que inviertan estratégicamente en su valor de marca y comuniquen mensajes efectivos a sus grupos de interés, tendrán mayor capacidad para establecer conversaciones con actores clave en su industria.
Para las fundadoras mujeres, aunque el camino presenta desafíos adicionales, la estrategia de construcción de marca puede constituir una vía para superar sesgos sistémicos, demostrando valor de mercado a través de métricas concretas de reconocimiento y fidelización de clientes.
En definitiva, 2025 será un año en el que los emprendedores latinoamericanos que comprendan el valor estratégico de invertir en su marca, más allá de indicadores financieros inmediatos, establecerán bases sólidas para liderar el próximo ciclo de expansión tecnológica en la región.
*Maca Lara Dillon es CEO y fundadora de la agencia Kipus. También fue cocreadora de Pulso Social, medio especializado en startups y negocios digitales de Latinoamérica