En 2006, los hermanos Matías y Hernán Botbol compraron junto a su amigo Alberto Nakayama Taringa!, un sitio web con formato "foro" que, en poco tiempo, creció en popularidad en la Argentina.
Tanto es así que en la actualidad cuenta con más de 29 millones de usuarios activos y 40 millones de visitas únicas mensuales.
La aventura demoró unos dos años en mostrar un contratiempo: la Cámara Argentina del Libro y varias editoriales denunciaron a la empresa por violar los derechos de propiedad intelectual, luego de que un grupo de personas utilizara la plataforma para compartir algunas obras. Más tarde, se sumó la discográfica BMG/Magenta.
La semana pasada, tras nueve años de litigio, la Justicia absolvió a los tres responsables del sitio web. En diálogo con iProUP, Matías Botbol, CEO de la firma, repasó el panorama legal de los intermediarios y los próximos proyectos de Taringa!, que incluyen "liberar" la plataforma mediante la blockchain y la expansión internacional.
Después del fallo, ¿cómo queda el panorama legal en la Argentina para el intercambio de contenidos en Internet?
Esto marca un precedente: es el primer juicio penal en la historia del país contra Internet y los derechos de autor.
Lo que determinó el juez es que no es viable que una plataforma, un intermediario, tenga que hacer una premoderación de los contenidos, porque va en contra de la libertad de expresión, ya que sería censura previa.
Es una manera de entender cuál es la responsabilidad de los intermediarios. Cuando la fiscal presentó su posición, pidió la absolución de Taringa! porque ya comprendía lo que ocurre con los intermediarios en Internet en comparación con el inicio del juicio: no había que ir en contra de Taringa!, sino en contra de los que violaron los derechos de autor.
Según el fallo, la fiscal también planteó algunas lagunas legales, ¿cómo se debatieron las cuestiones de la economía digital que la legislación no contempla?
En una parte del juicio se habló sobre el hecho de que la ley de derechos de autor es bastante antigua. Si bien se fue poniendo al día, la legislación establece una responsabilidad penal, cuando en el resto del mundo tiene una consecuencia civil.
"Nosotros fuimos un chivo expiatorio de los que no aceptaban la nueva economía"
Lo que planteaba es que hay una cuestión sobre los modelos de negocio, que la tecnología los fue cambiando y la normativa debe ir adaptándose. Nosotros fuimos un chivo expiatorio de los que no aceptaban la nueva economía.
Spotify, Netflix o Steam encontraron un modelo por el cual los usuarios pueden consumir digitalmente. Los que nos demandaron, en lugar de buscarle la vuelta, fueron contra todos los que consideraban que podían afectar su negocio.
¿Qué falta para que la legislación argentina se adapte a la nueva economía?
Hay una ley que presentó Miguel Angel Pichetto, que logró estado parlamentario pero después se bajó, sobre los intermediarios en Internet, que aplica a nuestro caso. No tenemos una posición tomada sobre los derechos de autor.
Otras organizaciones sí la tienen, como la Fundación Vía Libre, que sigue una lucha sobre este tema y se enfrenta al lobby de las industrias discográficas, editoriales y demás que quieren una ley de derechos de autor más dura porque beneficia a su negocio.
Nosotros tenemos una postura más cercana a buscar el cambio. Obviamente, apoyamos a instituciones como Vía Libre, pero no es nuestra función. Taringa! no tiene que ser el que cambie una ley, estamos para luchar por las libertades en Internet.
¿Qué tipo de argumentos escucharon en estos nueve años de juicio?
Lo que planteaba la querella, el sello Magenta, es que Internet es una cosa mala que genera delitos de facto.
Una de las críticas que nos hicieron es que no proporcionamos información de los usuarios de forma deliberada, como si debiéramos ofrecer obligatoriamente esos datos como si ellos fueran delincuentes.
(La presidente de la Fundación Vía Libre, Beatriz) Busaniche testificó que toda persona tiene el derecho al anonimato, porque permite hacer denuncias o aportar información que no brindarían si tienen que dar su nombre y apellido.
"Dijeron que publicar un link nos hacía responsables de lo que estaba guardado en otra plataforma. Como si Google fuera responsable por todos los contenidos de Internet"
Nosotros sólo brindamos datos si existe el pedido de un fiscal en el marco de un proceso judicial cuando se cometió un delito. Pero no a cualquiera, porque violaríamos el derecho a la privacidad. Sin embargo, la querella no lo entendió.
Otra cuestión absurda que plantearon fue que una plataforma como la nuestra tenga que premoderar todos los contenidos que se generan, cuente con toda la información de derecho de autor del mundo y chequee todo el tiempo si lo que suben los usuarios está protegido por esos derechos.
También nos dijeron que publicar un link nos hacía responsables automáticamente sobre lo que estaba guardado en otra plataforma. Internet no funciona así, sino Google sería responsable por todos los contenidos que existen en la Web.
¿Cuál es el estado de Taringa! en la actualidad?
Taringa! no lo creamos sino que lo compramos en 2016 a Fernando Sanz, quien lo creó originalmente, y lo relanzamos.
Hasta este año, estuvo corriendo sobre la misma tecnología, pero ya estaba quedando obsoleta y nos costaba mucho escalarla. Hicimos un cambio tecnológico grande.
Creamos unas API (Interfaz de Programación de Aplicaciones) para que el usuario pueda usarlas en la creación de herramientas de publicación o de moderación independientes a las que hacemos nosotros. Y comenzar a trabajar en una sistema más abierto.
También lanzamos los canales, donde uno se suscribe para recibir información personalizada, permitiendo que la experiencia sea más simple y se puedan consumir contenidos de interés. Antes, había conversaciones entre usuarios que no tenían puntos en común y eso generaba problemas, porque se peleaban o discutían, y la experiencia se volvía desagradable.
Ahora que ya pasó el juicio y viendo que la plataforma está disponible en otros idiomas, ¿piensan en la expansión?
Sí. La nueva plataforma es multilenguaje. Ya está online y nos quedan algunos cambios que son importantes, pero a partir de allí comenzaremos a globalizarnos.
También hay un proyecto para migrar la plataforma a blockchain y que ya no haya una empresa que sea la dueña, sino que sea un modelo descentralizado.
La idea es que los usuarios tengan beneficios según lo que hagan y que los contenidos sean autogestionados. En 2015 hicimos un primer proyecto con (la billetera de Bitcoin) Xapo, en el que había un revenue share (reparto de ganancias).
"Tenemos un proyecto para migrar la plataforma a blockchain y que ya no haya una empresa que sea la dueña de Taringa!, sino que sea un modelo descentralizado"
La idea ahora es que tenga una lógica económica propia. Que se puedan emitir tokens (activos convertibles en criptomonedas) con el que sea factible anunciar o promocionar contenidos. Y que los canales repartan esos tokens entre sus usuarios en base a las reglas de distribución de cada canal.
El año que viene ya tendremos un MVP (Producto Mínimo Viable) para liberar Taringa! y que sea autogestionable al 100%.
Tienen millones de usuarios, una marca reconocida, ¿qué les estaría faltando para ser un "unicornio"?
Creo que nos hace falta dejar de pensar como argentinos y tener una mente más global. Ese es el limitante que tuvimos. Por eso estamos lanzando proyectos con una cabeza más globalizad.
Siempre pensamos en el público hispano parlante, en Latinoamérica. Y eso nos limitó crecer en otros mercados. Las otras tecnológicas argentinas que se expandieron tuvieron un pie fuerte en Brasil o en otras regiones y nosotros no lo hicimos.
¿Parte de esta expansión o algún proyecto se "freezó" por un juicio tan largo?
Sí, nos afectó. A nivel marca, se empezó a relacionar a Taringa! como algo ilegal o relacionado con la piratería. Nos golpeó a nivel publicitario, nos cerró un montón de puertas para buscar anunciantes. También nos perjudicó a la hora de recibir inversiones. Nos vimos afectados a nivel marca, recaudación y desarrollo como empresa.
¿El próximo paso es Brasil?
Sí. O cualquier otro país. Atraer gente de cualquier parte del mundo. Pero liberar Taringa! en la blockchain y ser más autónomo permitirá que cualquier persona pueda sumarse, más allá de que vaya una empresa a un país a plantar una bandera.
Con Bitcoin pasó un poco eso. Se liberó y creció solo, sin una empresa detrás. Es el concepto al que apuntamos. Es disruptivo, porque nadie hizo algo así aún. Pero parte de lo divertido de nuestro trabajo es hacer cosas locas.