"Desde antes de que existiera el concepto de nómada digital, siempre me interesó la posibilidad de trabajar de forma remota para conocer diferentes lugares y culturas. Esta idea comenzó a tomar forma en plena pandemia", cuenta Manuel Milillo, Solution Architect de la empresa Ingenia, en diálogo con iProUP.
La compañía le dio la oportunidad de hacerlo desde cualquier sitio, y esto le sirvió como puntapié para lanzarse a cumplir unos de sus sueños: recorrer el mundo. Primero, comenzó viajando por el país. Visitó Tierra del Fuego, Mendoza, Misiones, Salta y Jujuy.
"Después de trabajar un año en este formato, decidí reubicarme en Barcelona, que es donde estoy ahora", dice Manuel, quien actualmente es alumno de ingeniería informática con tesis en curso.
"La mezcla de culturas que encontré en esta ciudad, como también en Berlín y Copenhague, es muy interesante y una experiencia que recomiendo vivir a todos los que tengan un sentimiento similar al mío, conocer culturas", añade.
Nómade digital: qué es y qué hacen
Manuel es uno de los 35 millones de nómadas digitales que se estima que hay en todo el mundo. Aquellos que optan por este estilo de vida trabajan 100% de manera remota y aprovechan este beneficio para conocer diferentes latitudes.
La pandemia, con el avance de la digitalización y el teletrabajo, aceleró esta modalidad de empleo. Según datos de MBO Partners, en Estados Unidos hubo un incremento del 112% de nómades digitales entre 2019 y 2021.
Julián Torrado, fundador de JET Agencia, comenzó a explorar esta forma de vida en 2018 cuando se mudó a Ginebra, Suiza. Resultó el destino elegido en aquel entonces porque su novia fue a ese país para hacer una Maestría en Asuntos Internacionales.
Durante los dos primeros años, Julián mantuvo un trabajo a distancia en una agencia de comunicación en Argentina. Pero, con el tiempo, se hizo insostenible: ganar en pesos y cubrir gastos en euros era misión imposible.
"En 2020 renuncié a mi empleo de Argentina y empecé a trabajar por cuenta propia. Primero, como freelancer. Luego, con mi propia agencia. Así, pude empezar a tomar clientes de Europa, lo que me significó empezar a ganar en euros. Eso me cambió radicalmente la vida", recuerda Julián.
"En estos cinco años, tuve la enorme fortuna de viajar por casi todo el mundo: conocí Europa, Asia y Medio Oriente. Mi trabajo no está atado a horarios, sino a la entrega de productos y servicios digitales. Por eso, no importa dónde yo me encuentre o en qué horario desarrolle mis tareas, siempre y cuando el cliente reciba lo que pidió en el momento pactado", analiza Julián.
También aclara que no todo es color de rosas. "Estar afuera significa que no vas a ver seguido a tu familia, a tus amigos, a la gente que querés. Implica vivir en lugares en los que por más fuerza que vos hagas y buena voluntad que le pongas, siempre vas a ser 'el de afuera'", reconoce.
"Si podés convivir con eso, como es mi caso y el de otras tantas personas, adelante. Pero creer que irte del país es sinónimo de nunca más tener un problema es falso y genera expectativas que luego difícilmente se cumplan", remarca.
Se estima que existen 35.000.000 de nómadas digitales en todo el planeta
Nómade digital: qué es y qué hacen
Si bien hay empresas que permiten el trabajo remoto, gran parte de los nómades digitales son cuentapropistas, según una encuesta global difundida por Statista. De ellos, más de la mitad son dueños de negocios y alrededor del 35% son autónomos o trabajadores temporales.
"Hace dos años y medio que estoy viajando por Europa y Asia. Hay lugares donde me quedo unos días y en otros, un mes", dice a iProUP Ignacio Ostinelli, conocido en redes como @hola.nacho. Allí comparte las historias que va tejiendo en este andar sin rumbo fijo, que lo lleva a ir de un sitio a otro.
"Si me aburro, me voy; si me gusta, me quedo. Trabajo 100% remoto, como UX designer. Esto quiere decir que hago diseño para interfaces de páginas web o aplicaciones. En este momento tengo un cliente grande que es un software para hacer el rastreo del cultivo de cannabis. El programa permite realizar un seguimiento de cada etapa", cuenta.
El primer destino de su viaje fue Alemania. Vivió año y medio en Berlín como parte de un programa Work and Travel, que les da la oportunidad a jóvenes de trabajar y conocer una cultura diferente.
"Me fui de Argentina porque buscaba salir de mi zona de confort. No es que estuviera incómodo en mi país, todo lo contrario: solo quería vivir algo nuevo", aclara. Antes de viajar a Alemania, dejó su empleo como docente de Marketing en una universidad y comenzó a desempeñarse como diseñador para diferentes clientes, a la distancia.
En los Estados Unidos, entre 2019 y 2021 creció un 112% la modalidad de nómada digital
Luego llegó el viaje a Alemania y lo que parecía que sólo serían unos meses ya se convirtió en una odisea de dos años y medio. Ahora está en la Ciudad de Ho Chi Minh, en Vietnam.
Los nómadas digitales suelen elegir su destino según varios criterios. Además de las ganas de conocer culturas, se guían por algunos factores que son centrales a la hora de trabajar online.
Al ser talentos de alto poder adquisitivo, varios países salieron a atraerlos: desde Emiratos Árabes, Alemania, Portugal, Italia, Australia hasta la Argentina, que lanzó un visado especial a personas o empresas del exterior por 180 días prorrogables por única vez para prestar servicios de forma remota.
De hecho, la Ciudad de Buenos Aires fue elegida como la mejor urbe de Latinoamérica por los nómadas digitales según la encuesta The Work-from-Anywhere Index. El gobierno porteño tiene su propio programa que incluye asesoramiento, descuentos y hasta la posibilidad de contar con un chip de celular y tarjeta SUBE, entre otros beneficios.
Según Statista, los principales factores para seleccionar un destino son el costo de vida y una conexión a Internet rápida para trabajar en las mejores condiciones posibles. La seguridad también se destaca como determinante en el 15% de los nómadas digitales consultados en el mencionado sondeo.
Esta forma de vida no es totalmente nueva, pero, como indican las cifras mencionadas, la Covid-19 marcó un antes y un después en la forma de trabajar que, sin dudas impactó positivamente en quienes quieren vivir sin limitaciones de tiempo y espacio.
"La pandemia ayudó en muchos sentidos. Primero, porque las empresas se animaron a contratar a gente a la que nunca le vieron la cara y que se encuentran en otro lugar, algo que antes no era tan habitual. Segundo, porque se demostró que el trabajo es una tarea que no depende del sitio al que uno va. Y quedó claro que estar mil horas en una oficina no necesariamente quiere decir trabajar bien", concluye Julián.