Pagar el mínimo de la tarjeta de crédito o adquirir un crédito ignorando las tasas de interés. Invertir en plazos fijos en moneda local o en fondos de inversión desconociendo los riesgos, son solo algunas de las consecuencias tangibles de la falta de educación financiera en Argentina.
Al respecto, Ignacio Carballo y Sabrina Guerrini, dos profesionales que trabajan día a día en la temática de educación financiera, sobre los efectos que produce la falta de comprensión de los productos financieros, sus conceptos y riesgos.
Ignacio es economista e investigador de la Universidad de Buenos Aires, especialista en microfinanzas y director del programa de Fintech & Digital Banking de la Universidad Católica Argentina. En tanto, Sabrina es analista financiera y creadora de un emprendimiento digital educativo sobre finanzas personales y fueron consultados por el sitio ReporteFintech.
El primer estudio comparativo de capacidades financieras de la población argentina realizado por el BCRA junto a la Corporación Andina de Fomento, nos puso en el último puesto en relación a otros países de la región. Con esto se comprueba empíricamente que sí tenemos un muy bajo grado de educación financiera y hay que trabajar explícitamente en eso" afirmó Carballo
Al referirse a las consecuencias de la falta de educación financiera, Carballo remarca dos cuestiones, una de ellas es la exclusión o autoexclusión."Hay gente que por no entender los productos o porque no le dan confianza, directamente no los toma, cuando tal vez es un producto que sí se adecua a sus necesidades y le permitiría promover su crecimiento económico o bien suavizar el consumo hacia dentro del hogar", comentó.
El segundo aspecto tiene que ver con la falta de capacidad para entender los servicios financieros que sí se utilizan. "Las consecuencias más tangibles de un mal financiamiento —pero no la única— es el sobreendeudamiento. La consecuencia más grave de un sobreendeudamiento, cuando se transforma en una instancia de no pago, es la exclusión de facto. Entrás al Veraz y no vas a poder acceder a ningún producto financiero, en ningún otro lado", consideró Carballo
Asimismo remarcó que "la capacidad financiera es un fenómeno multidimensional. Lo que excluye a las personas son variables de ofertas, que principalmente son costos, diseño de productos, alcance de los mismos. Y por otro lado también temas de capacidades, temas de exclusión que no tienen que ver con capacidades financieras, sino con malas experiencias. En Argentina tenemos esa variable muy alta por nuestra relación con nuestro sistema financiero y creo que estos días está más marcado que nunca. Después, hay algo que engloba a estas dos dimensiones de oferta y demanda, que es el marco regulatorio".
Sabrina comenta que la mayoría de las consultas que recibe son de ciudadanos muy endeudados, que no logran ordenar sus finanzas. "En los últimos años, debido a la liberación de las tasas y de la refinanciación particularmente de las tarjetas de crédito, hay personas que no pudieron controlar eso. Estaban acostumbradas a pagar el mínimo y eso hizo que las deudas se incrementaran de una forma incontrolable, teniendo que destinar todo su sueldo a pagar la tarjeta de crédito. Y después tienen que seguir usando la tarjeta de crédito para subsistir el resto del mes", señaló.
Guerrini considera que lo que abunda es un desconocimiento y falta de análisis de la tasa de financiación y resaltó que "más allá de cualquier análisis que se haga" en Argentina tenemos las variables de la inflación y la devaluación, hecho que vuelve más complejo entender los procesos de la economía.
"La educación financiera es algo que en el resto del mundo está tomando más fuerza y se está entendiendo que el acceso a diferentes elementos financieros requiere comprender los riesgos que se están asumiendo, nosotros acá tenemos dos variables adicionales que nos complican aún más", remarcó.
Un ejemplo que menciona Sabrina, tiene que ver con lo que sucedió con posterioridad a las elecciones primarias en Argentina, donde muchas personas "habían apostado a la tasa en pesos y no veían el riesgo de la devaluación inminente".
"Mucha gente, por buscar maximizar las ganancias no contempló los riesgos. En ese momento la tasa en pesos era conveniente, pero cuándo retirarse, es algo que siempre se debería analizar. Lo mismo sucedió con algunos fondos de inversión, donde la gente estaba invirtiendo en un elemento que tenía un riesgo implícito", sostuvo.
La desigualdad entre hombres y mujeres también se ve reflejada en el manejo de las finanzas. Según Sabrina, este hecho se retrotrae a las generaciones anteriores, donde fueron muy pocas las mujeres que lograron una autonomía financiera. "Las mujeres venimos con años de retraso de autonomía, manejo de cuentas, administración de bancos. En lo que respecta a la experiencia de administración patrimonial, también tenemos siglos de retraso", sostuvo.
En relación al manejo de las finanzas personales y familiares, la especialista consideró: "En todo lo que concierne al vínculo con la pareja, siempre va a depender de si los dos tienen ingreso, o tienen uno solo. Y ahí entramos en otro tema que es la vulnerabilidad económica ante una separación. Me parece que hace falta una adecuación a ser consciente de los riesgos que implica no tener autonomía económica. Desde generar ingresos propios, en el caso de que tener bienes compartidos tenerlos registrarlos correctamente, participar en las decisiones conjuntas del patrimonio familiar y de la pareja, contemplar los derechos y obligaciones del estado civil".
Tanto Sabrina como Ignacio reconocen la necesidad de generar acciones y políticas que propicien la comprensión de los diferentes productos financieros, los conceptos y los riesgos, en pos de desarrollar habilidades y saber tomar decisiones.
"El analfabetismo financiero es algo que en todo el mundo genera conflictos, pero en los países como Argentina con los niveles de inflación y devaluación, el riesgo es aún mayor", sostuvo Guerrini quien además hizo referencia a la historia personal de cada ciudadano y su vínculo con el sistema financiero: "Las vivencias en las crisis anteriores de personas que han perdido sus ahorros, o recientemente lo que ha sucedido con los fondos de inversión, de alguna manera desalienta la cultura del ahorro".
Otro punto que destaca el economista y docente de la UBA tiene que ver con la educación digital. "Las finanzas se digitalizan y si vos no tenés educación digital quedás excluído financieramente. No porque no entiendas el interés compuesto, sino porque no vas a poder acceder o comprender la dinámica de cómo se manejan las finanzas en el teléfono celular o la computadora", concluyó.