A partir de la aceleración del cambio tecnológico, la globalización y los cambios culturales, la norma parece girar alrededor de trabajadores que mantienen más cantidad de trabajos por períodos más cortos, muchas veces con intermitencias y modalidades diferentes de contratación.
Estos cambios implican nuevos desafíos a los sistemas de protección social, a los esquemas previsionales y jubilaciones y al sistema de entrenamiento y formación para el trabajo, según un artículo escrito en el Observador por Ezequiel Tascir, investigador de CINVE y Director Nacional en el Ministerio de Producción y Trabajo de Argentina.
En la historia los mecanismos de protección social y regulaciones laborales (salarios mínimos, licencias, vacaciones, seguridad en el lugar de trabajo, jubilación, etc.) crecieron para proteger al trabajador en relación de dependencia a partir de una asimetría entre empleados y empleadores. En general, se ha reconocido que existía esta relación cuando se daba algún tipo de "subordinación", que puede ser técnica, jurídica o económica.
Los esquemas de protección social crecieron a la par de trabajos duraderos y generalmente estables. Sin embargo, en la actualidad se espera que una persona tenga en su vida activa más de 12 trabajos. De acuerdo al Bureau de Labor Statistics de los Estados Unidos, el trabajador promedio tiene 10 trabajos antes de los 40 años de edad, y se prevé que este número aumente.
LinkedIn analizó datos de algunos de sus 500 millones de usuarios en relación a su historia laboral de los últimos 20 años y muestra un aumento en la rotación de empleo, especialmente entre los millennials, particularmente en los primeros años luego de la universidad.
Para los que se graduaron entre 1986 y 1990, en los primeros 5 años luego de terminar sus estudios trabajaron en 1,6 empresas (3 años de duración por empleo), aquellos que se graduaron entre 2006 y 2010 tuvieron en ese primer quinquenio casi 2,85 trabajos (bajando su tiempo en un trabajo a poco más de un año y medio).
Estos cambios están asociados con una mayor intención de las empresas de organizar el trabajo alrededor de proyectos, y basado en nuevas formas de contratar personas y organizarse. Según una encuesta del World Economic Forum para su documento "The Future of Jobs" publicado el año pasado, es probable que entre la mitad y dos tercios de las empresas recurran a contratistas externos, personal temporal y trabajadores independientes para abordar sus brechas de habilidades.
Además, las empresas están configuradas para expandir sus contratistas para realizar tareas especializadas, y muchos encuestados destacan su intención de participar en un trabajo más flexible, utilizando personal remoto más allá de las oficinas físicas y la descentralización de las operaciones. Los encuestados esperan una mayor creación de empleo en dichos roles independientes, temporales y basados en proyectos y se espera un cambio significativo en la calidad, ubicación, formato y permanencia de los nuevos roles.
Esto viene acompañado de que en el mundo cada vez son más las personas que eligen ser independientes debido a la rigidez de los trabajos. Según Upwork y la Freelancers Union para su reporte anual en Estados Unidos, en 2018, casi 57 millones de estadounidenses trabajan actualmente como autónomos (un aumento de 3,7 millones desde 2014), un tercio de los trabajadores estadounidenses. Al mismo tiempo, cada vez más personas son trabajadores independientes exclusivamente.
Lo que resulta muy interesante es que la mayoría de los trabajadores independientes dicen que lo están haciendo por elección. El 61% de los encuestados caían en esta categoría, frente al 53% en 2014 lo que demuestra que el estilo de vida les importa, y mucho. El 84% de los trabajadores independientes dice que su trabajo les permite vivir el estilo de vida que desean, en comparación con el 63% de los trabajadores tradicionales.
En el mismo sentido, un estudio de CIPPEC, BID Lab y la OIT acerca del trabajo en plataformas (Uber, Rappi o Glovo, entre otras) en Argentina muestra un escenario parecido. Al mismo tiempo, solo un 20% trabaja en estas plataformas debido a la dificultad para encontrar otros trabajos.
Sin embargo, estas nuevas modalidades de trabajo no están exentas de riesgos. Según un estudio del Parlamento Europeo, los trabajadores y sindicatos reconocen la inseguridad del empleo y los ingresos, y el subempleo como problemas, mientras que los empleadores se quejan de la escasez de talento.
A nivel estatal, resulta muy complicado ejercer el control y diferenciar el autoempleo del empleo "en negro" y distintos países están discutiendo nuevas figuras específicas para esta categoría de trabajador independiente, para proveer formas de protección intermedia. Por su parte, muchas empresas de plataformas ofrecen voluntariamente esquemas de seguros de salud, de accidentes y ciertos tipos de licencias.
De cualquier manera, esta es una discusión que solo comienza y los gobiernos para ser capaces de proveer educación y capacitación continua, basada en nuevas calificaciones y reentrenamiento. Esto implica pensar nuevos esquemas de jubilaciones para empleados que, con intermitencias e ingresos cambiantes, en algún momento necesitarán retirarse.