El 5 de abril, la red de Bitcoin registró un máximo sin precedentes en su tasa de hash, alcanzando los 883 exahash por segundo, superando ampliamente cualquier registro anterior y marcando un hito para su infraestructura tecnológica.
Este incremento representa un salto de aproximadamente 21 EH/s respecto al récord anterior del 28 de marzo, reflejando un notable fortalecimiento en la seguridad y capacidad de procesamiento de la blockchain.
La minería de Bitcoin exige más capacidad
La capacidad computacional de la red Bitcoin alcanzó los 883 EH/s hace poco, aunque actualmente se sitúa levemente por debajo, marcando 876.24 EH/s, mientras continúa consolidándose como uno de los sistemas descentralizados más robustos del mundo.
Este avance coincide con un aumento del 6.81% en la dificultad minera, lo cual eleva los requisitos técnicos para validar bloques, generando un entorno más competitivo y costoso para los mineros alrededor del planeta.
En paralelo, el precio spot del hash, que representa la ganancia diaria por petahash de potencia SHA256, bajó un 11.15% desde el 5 de marzo y actualmente ronda los $46.16 por PH/s operado.
Pese a esta caída en rentabilidad, la red se acerca al ambicioso objetivo de 1 zettahash por segundo, faltando solo 117 EH/s para alcanzar dicho umbral, proyectado como una meta posible para el año 2025.
Esta potencia representa 883 quintillones de hashes por segundo, aunque se da en un contexto de baja demanda de espacio en bloques, con apenas el 0.89% de los ingresos mineros provenientes de tarifas transaccionales.
En cuanto a la distribución de poder, el pool Foundry lidera con el 32.33% de la tasa de hash, seguido por Antpool con el 17.22%, Viabtc con el 15.02% y F2pool con el 8.97%.
Estos cuatro actores concentran el 73.54% del poder computacional global, evidenciando una alta concentración dentro del ecosistema minero, que podría influir en la dinámica de validación y distribución de bloques.
El nuevo récord de dificultad, fijado en 121,51 trillones tras minarse el bloque 891.072, podría ralentizar el crecimiento de la tasa de hash en el corto plazo debido al aumento de los requerimientos energéticos y técnicos.
Los nuevos aranceles de Trump amenazan la minería de Bitcoin
La incertidumbre crece en torno a la industria de la minería de Bitcoin debido a posibles cambios en las políticas comerciales, en un escenario donde las criptomonedas se consolidan en el mercado financiero global.
En particular, la imposición de nuevos aranceles podría afectar significativamente la rentabilidad del sector, complicando a compañías como Marathon Digital Holdings y Riot Platforms.
Uno de los principales puntos de tensión es el costo del hardware especializado, esencial para las operaciones de minería.
Gran parte de estos equipos se fabrican en el exterior, por lo que un incremento en los aranceles encarecería su importación y generaría problemas en la cadena de suministro.
Los retrasos en la entrega y el alza en los costos obligan a las empresas a repensar sus estrategias y buscar alternativas para mantener su competitividad.
Ante este escenario, los gigantes del sector comenzaron a tomar medidas para reducir su exposición a estos riesgos.
Empresas mineras buscan soluciones ante el aumento de costos por los aranceles
Entre las opciones que evalúan se encuentran la diversificación de proveedores, la reubicación de centros de operación y el impulso al desarrollo de tecnología propia para reducir la dependencia de las importaciones.
Estas decisiones no solo buscan garantizar la continuidad del negocio, sino también mantener la rentabilidad en un entorno de creciente presión regulatoria.
El impacto de estos cambios no se limita únicamente a las empresas de minería, sino que podría generar un efecto dominó en toda la industria de las criptomonedas.
La volatilidad del sector ya es un factor de riesgo constante, y las nuevas restricciones comerciales agregan una capa adicional de incertidumbre sobre su sostenibilidad a largo plazo.
En este contexto, el futuro de la minería de Bitcoin dependerá en gran medida de la capacidad de adaptación de las empresas a las nuevas reglas del juego.
La innovación y la flexibilidad serán claves para sortear los desafíos y garantizar que la industria siga operando en un entorno cada vez más complejo y regulado.