La innovación en el vertical de agtech mantiene una relativa actividad entre las startups argentinas. Por incluir sólo un par de ejemplos, involucra firmas de la talla de ZoomAgri, dedicada a la digitalización del testeo, inspección y certificación de cereales y oleaginosas mediante inteligencia artificial. Apunta a un mercado de 2.000 millones de dólares.
Lo propio ocurre con Elytron Biotech, que desarrolló una plataforma tecnológica para identificar microorganismos con el fin de diseñar bioinsecticidas de manera más eficiente y aplicación más efectiva. El valor global del negocio de insumos biológicos para el agro llega a u$s7.000 millones.
Juan Cabrera, socio de Xperiment Ventures, revela a iProUP que "las startups que desarrollan soluciones tecnológicas para mejorar la eficiencia, sostenibilidad y rentabilidad del sector tienen un gran potencial, debido a varios factores.
Aprovechan las fortalezas y oportunidades específicas de la Argentina, pero tienen el potencial de escalar en toda América Latina, que comparte desafíos similares. Abordan problemas e ineficiencias en sectores listos para la evolución tecnológica, y pueden generar impacto social y económico significativo", completa.
La historia del fondo es elocuente a la hora de apostar por esas oportunidades:
- El año pasado, completó inversiones de dos etapas en Agrotoken y Kilimo, por 1.750.000 y 315.000 dólares, respectivamente
- La temporada desembolsó u$s454.000 en la brasileña Rumina y u$s500.000 en la rosarina SIMA
- Antes, había inyectado capital en EIWA (u$s300.000), Silohub (u$s382.000) y AgriRed (u$s600.000)
Este año planea invertir alrededor de u$s3.000.000 en startups de la región.
Mayor producción mediante microorganismos
Una de las startups en la que ya desembolsó 650.000 dólares es SiloReal. Se trata de una plataforma que digitaliza la producción agrícola desde que está almacenada en silobolsas.
"Le da identidad, existencia y estado al grano, y resuelve problemas de trazabilidad, seguridad y acceso a liquidez", sintetiza Delfín Uranga, quien cofundó la iniciativa en enero de 2022, junto con Osvaldo Ivani, Martín López Saubidet y José Domínguez.
Según la firma, su plataforma permite que cada "siloreal" disponga de su historia de vida completa, en la que se muestran, georreferenciados, los datos iniciales de granos embolsados y su evolución a lo largo del tiempo.
De esta manera, les permite a los productores no sólo conocer en tiempo real cuántos granos tienen en sus campos y todos los movimientos de stock, sino compartir la visualización de la información con otros usuarios.
"La solución integra tecnología de censado remoto, que verifica el estado del grano y su existencia en tiempo real, y permite certificar la información de manera continua, con imágenes tanto satelitales como georreferenciadas que se toman desde la aplicación del celular, e inteligencia artificial para reconocer las imágenes", puntualiza el CEO de la iniciativa, que cuenta con oficinas en Beccar y en San Pablo, Brasil.
Según Uranga,"esto permite que todos los actores intervinientes en la gestión del activo vuelvan sus datos digitales, verificables y compartibles. Sólo en la Argentina se almacenan 90.000.000 de toneladas en silobolsas, equivalentes a 25.000 millones de dólares".
Delfín Uranga, de SiloReal, y Juan Cabrera, de Xperiment Ventures
"Elegimos este segmento porque es un mercado muy grande y estamos hablando de reducir pérdidas y generar valor sobre la producción, que es resultado de un esfuerzo y un riesgo muy grandes que asumen los productores. De esta manera, democratizamos el acceso a crédito y a oportunidades de negocio", refuerza.
Entre sus clientes más importantes, de acuerdo con el emprendedor, figuran Lartirigoyen, La Bragadense, MSU Agro, Bioceres, Espartina, SLC Agrícola, Fazenda Iowa y E.B.S.A.
"Tenemos ingresos por abonos a la plataforma, venta de sensores que se introducen en el silobolsa y revenue sharing con el ecosistema de compradores, aseguradores y bancos. Facturamos u$s150.000 en 2023 y prevemos llegar a u$s1.000.000 este año, y pasar de u$s300.000.000 en activos digitalizados administrados en la plataforma a u$s1.000 millones", precisa.
En adición, SiloReal lleva levantados u$s2.500.000 en inversión de riesgo por parte del mencionado Xperiment Ventures y de fondos como Innventure y Draper Cygnus, además de compañías como RUS, Lartirigoyen, Espartina, Capelle Hermanos, fyo y Neka. La firma prevé destinar los fondos al crecimiento comercial y la expansión regional. Pero, sobre todo, al desarrollo de tecnología.
"Estamos en constante desarrollo de nuestros algoritmos de reconocimiento de imágenes para certificar la identidad, estado y existencia del activo. También, en informes y reportes de la plataforma. Y por otro en el registro en blockchain de la propiedad y trazabilidad del activo. Pensamos incorporar unas veinte personas con perfiles tecnológicos y de ciencia de datos a los 33 empleados con los que ya contamos", completa.
Aumentar la producción con microorganismos
Esteban Assaf es socio gerente del fondo tucumano Explorer Latam. Invirtió u$s325.000 en 2022, mantuvo un compás de espera el año pasado, y espera desembolsar u$s500.000 este año, siempre en startups del Norte Grande.
Federico Wajnerman, de M4Life
Coincide en el análisis sobre el escenario. "Los segmentos de biotech y foodtech tienen un potencial de crecimiento enorme, por las necesidades concretas a escala mundial de mejores alimentos y a un menor costo", resume.
Un ejemplo podría ser el de M4Life. También tucumana, la startup es fruto de 15 años de investigación por parte de investigadores del CONICET. Se trata de los especialistas en microbiología de plantas Paula Vincent, Conrado Adler y Ricardo de Cristóbal, quienes se asociaron con la bióloga Sandra Durman y el especialista en finanzas Federico Wajnerman, para alumbrar el proyecto, dos años atrás.
Trabajan en el desarrollo de un proceso de bioentrenamiento de microorganismos, ya patentado, para crear soluciones destinadas a la industria agropecuaria.
"Los entrenamos para que puedan adaptarse a distintos cultivos, de modo que permitan que las plantas sean mucho más tolerantes al estrés extremo, tanto a la falta de agua como a las inundaciones. Al fortalecerlas y mejorar las condiciones del suelo, permitimos recuperar el nivel de productividad", explica Wajnerman.
El directivo añade que "los pequeños microorganismos que aplicamos a la semilla interactúan de manera sinérgica con otros microorganismos del suelo, y eso tiene un efecto positivo en su calidad".
"Hace pocos días recibimos resultados de ensayos en soja, realizados en Venado Tuerto, y logramos incrementar el rendimiento en un 44%. Pero, además, el grano que se obtiene es de mejor calidad: conseguimos aumentar la cantidad de proteínas en un 14%. Este logro tiene un impacto nutricional muy importante", subraya.
Wajnerman destaca que "la innovación más importante es la posibilidad de aplicar un mismo producto a múltiples cultivos. Ya probamos en soja, maíz, trigo, girasol, garbanzo y arveja, y los resultados fueron sorprendentes. Por ejemplo, en maíz logramos un aumento del tamaño de la planta muy importante, y este incremento de biomasa favorece directamente a la industria del bioetanol".
La empresa por ahora completó el desembolso de una inversión presemilla de u$s250.000 por parte de fondo SF500 y el emprendedor confirma que están abriendo una ronda semilla para financiar desarrollos que aún se encuentran en etapa de laboratorio.
"Los fondos fueron destinados, casi en su mayoría, a validar la solución. Hicimos más de 70 ensayos a campo junto con Bioceres, Elementa Foods y otras empresas que, por razones de confidencialidad, no podemos mencionar", señala. Si bien todavía no la comercializan, planifican un modelo de negocios B2B, para complementar el mercado de agroquímicos y productos genéticamente modificados.
Financiación de riego para garantizar la producción
Un tercer ejemplo de agtech que recientemente consiguió fondos para su desarrollo es el de BioWaters. Incubada por Oikos Venture Capital, el grupo promotor está integrado por Lisandro Bril, Luis Rappoport y Juan José Ezama, mientras que Eugenio Días Bonilla es uno de los inversores iniciales.
"La misión que nos propusimos es financiar el riego, a plazos de 10 a 15 años y bajos intereses, recurriendo a fondos soberanos, principalmente de Arabia Saudita y de bancos de desarrollo. Por otro lado, queremos asegurar una asistencia técnica que optimice la producción agrícola con riego", señala a iProUP Rappoport.
Luis Rappoport, de Biowaters
Según el emprendedor, "la propuesta se diferencia por la escala a la que pretende llegar, del orden del millón de hectáreas y por la opción del pago en producto, en un escenario como el de la Argentina en el que no hay financiamiento que permita aumentar drásticamente la superficie productiva y evitar el riesgo de sequías".
De hecho, la iniciativa ya encara un ejercicio piloto en unas 150 hectáreas ubicadas en la provincia de Entre Ríos, para extender a campos propios de 5.000 hectáreas y arrendados de otras 5.000, dedicadas a la producción de maíz y soja. El financiamiento previsto es a 10 años, con una tasa de interés del orden del 6% en dólares.
"Conseguimos fondos de la primera ronda de Oikos e inversores privados, por unos u$s350.000 en servicios profesionales y u$s50.000 en cash. Estamos en la etapa del desarrollo del modelo de negocios, definiendo el producto mínimo viable e incorporando personal y servicios de consultoría", señala Rappoport.
Y concluye: "Tenemos la idea de expandirnos en la Argentina, Brasil, Bolivia, Paraguay y Uruguay. En la medida que no haya crédito barato y de gran escala, consideramos que, de esta manera, se abre la oportunidad de aumentar la producción de la bioeconomía argentina y atender el problema de la seguridad alimentaria".