Cuenta con más de 12 años de experiencia y formación en las áreas de desarrollo emprendedor, innovación y comunicación tanto pública como privada, Daniel Tricarico hoy es el director ejecutivo de la Asociación de Emprendedores de la Argentina (ASEA).
El ejecutivo además fue coordinador general de Ciudad Emprendedora para el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires hoy es co director ejecutivo de la Asociacion de Emprendedores de Latinoamérica (ASELA).
1. ¿Qué efectos en el corto y mediano plazo va a generar esta pandemia en el ecosistema emprendedor?
La pandemia está afectando varias dimensiones del ecosistema emprendedor. La económica es la más palpable en términos inmediatos: hablamos no solo de falta de liquidez, de la baja de ventas, de la pérdida de clientes y de la caída de las inversiones de capital de riesgo y el financiamiento para empresas, como evidencia una investigación de CB Insights. Algunos emprendedores también están viendo cómo se caen futuros proyectos o se ven aplazándolos por tiempo indeterminado.
Muchos otros están experimentando dificultades para pagar los impuestos y analizando cómo harán para pagarle a sus empleados o cómo cumplirán los contratos con sus proveedores. Algunos incluso están evaluando cuánto ancho de banda tienen para seguir subsistiendo.
Pero entre las pálidas, la pandemia también obligó a muchos emprendedores a explorar su faceta más creativa. Muchos supieron reinventarse y migrar su modelo de negocio, como Turismocity y Micromask. También se ve extremadamente marcado en el sector gastronómico, uno de los más golpeados: muchos emprendedores se sumaron a las plataformas de envío a domicilio después de que se anunciara la cuarentena obligatoria y customizaron sus productos para ofrecer valor agregado, como cajas con repostería para cumpleaños.
Durante este mes, Zoom y Tik Tok fueron las dos apps más descargadas en la Argentina. ¿Cuántos emprendedores pudieron convertir sus clases presenciales en seminarios web o trasladaron sus sesiones de entrenamiento a las pantallas? ¿Cuántos empezaron a explorar nuevas audiencias y nuevos formatos de comunicación? La capacidad de adaptación es una de las principales cualidades emprendedoras, y ahora es más evidente y necesaria que nunca.
Por último, la pandemia también disparó los niveles de resiliencia y solidaridad en el ecosistema emprendedor. Vemos muchos, muchísimos casos de emprendedores que se movilizan para buscar soluciones o para ayudar, desde su lugar, a mitigar los efectos de esta crisis sanitaria y económica.
Es el caso de los emprendedores textiles o de otros rubros que por primera vez están produciendo tapabocas, de los que están organizando hackatones para generar propuestas tecnológicas y de los que están desarrollando plataformas que incentivan la compra futura para ayudar a otros emprendedores. Pandemia o no pandemia, se trabaja en red, pero es cierto que las circunstancias acentuaron esta característica del ecosistema.
2. ¿Cómo cree que afectará a las organizaciones del tercer sector que se dedican a promover y acompañar el emprendimiento en el país?
Nadie es inmune a la pandemia: pymes, emprendedores, grandes empresas del sector privado y ONG nos vemos impactados y nadie conoce con exactitud en qué medida ni cómo se desenvolverá la situación en un futuro cercano. Lo que sí sabemos es que la parálisis no puede ser una opción: tenemos en la tecnología a nuestro mejor aliado y el desafío de apoyar de manera aún más incisiva a los emprendedores.
En este contexto, mantener la empatía es crucial y los mensajes grandilocuentes no sirven de nada si no aportan valor. Debemos pensar cómo ser relevantes, de qué manera podemos sumar a nuestra red, qué herramientas podemos acercarles y cómo estar al servicio de lo que necesitan.
Acá está el truco: las organizaciones del ecosistema también debemos ejercitar nuestra capacidad de adaptación y descifrar, en el medio de la incertidumbre, no solo cuáles son nuestras nuevas necesidades sino también cuáles son las nuevas necesidades de los emprendedores. Estamos entendiendo cómo podemos acompañarlos mejor que, en definitiva, es nuestro rol.
Como a todos, en ASEA el brote nos obligó a posponer hitos y programas planificados en muchas provincias: Mujeres Emprendedoras y Segundo Tiempo (este último orientado a emprendedores de más de 40 años), entre otros encuentros.
Tuvimos que migrarlos a lo digital e incluso sumar otras instancias específicas para brindar herramientas relevantes y aportar valor adicional en tiempos de Coronavirus, como un webinar sobre ecommerce y mentorías abiertas online para emprendedores.
La clave es ir pivoteando, encontrar lo que funcione y -más importante- les funcione a los emprendedores. En el medio del caos también descubrimos cosas buenas: las interacciones online, si bien requieren esfuerzos diferentes, nos permiten llegar al triple de personas. Y son esos los aprendizajes que queremos que perduren más allá de la pandemia.
Por supuesto, el tema de la sustentabilidad económica es delicado para cualquier organización del tercer sector y, para muchas, la situación se volvió crítica. En ASEA, por ejemplo, revalidamos una vez más la importancia y los beneficios a los socios para construir una verdadera Nación Emprendedora. En este sentido, también orientamos los esfuerzos para aumentar la cantidad de asociados que apoyan la causa de manera mensual.
3. ¿Cómo ve el accionar del Gobierno hasta ahora y qué le recomendaría a los funcionarios para ayudar a mejorar la situación de los emprendedores y dueños de pymes?
Estamos ante un escenario sin precedentes: lo perfecto es enemigo de lo bueno y creo que vamos aprendiendo sobre la marcha. El Ministerio de Desarrollo Productivo empezó anunciando una línea de créditos a una tasa fija del 24% para que las pymes puedan pagar los sueldos de sus trabajadores, más tarde dijo que también ayudaría a pagar los salarios de abril a través de la Asignación Compensatoria del Salario o del Programa de Recuperación Productiva (REPRO).
Ahora, a través del último Decreto de Necesidad y Urgencia, dijo que se hará cargo de una parte del salario de los trabajadores en relación de dependencia de las empresas en crisis y que habrá créditos a tasa 0 para monotributistas y autónomos. Es una excelente noticia y espero que alivie en gran medida a muchos emprendedores.
Aún así, la pandemia requiere el desarrollo de un plan de apoyo público holístico: debemos trabajar de forma integral con las redes, organizaciones y clubes de emprendedores que ya impactan en todo el país. El abordaje gubernamental de las medidas debe contemplar a las organizaciones de la sociedad civil, y es vital cuidar a las ONG, fundaciones y asociaciones que realizan un aporte invaluable en territorio.
Tanto las personas como las organizaciones iremos descubriendo los beneficios de una nueva forma de vivir y trabajar, desafiando los negocios tradicionales y nuestro estilo de vida. Debemos acompañar ese proceso, y solo podremos hacerlo de manera correcta si la mirada es sistémica y se enfoca en el largo plazo.
Por lo pronto, de cara a un escenario postpandemia, deberíamos acelerar la digitalización de los trámites de inscripción societaria y otros que exigen presencia ante registro público. Desde ASEA, en concreto, esperamos que se revierta la suspensión que afecta a las Sociedades por Acciones Simplificadas (SAS).