Las acciones de Tesla siguen en una montaña rusa en Wall Street, en un contexto donde la compañía dejó de ser solo un ícono de la innovación automotriz para convertirse en un símbolo político.
Así, los papeles de la firma cayeron más de un 4%, este jueves tras haber recuperado parte de sus pérdidas previas a comienzos de la semana.
El movimiento bursátil responde a la creciente percepción de Tesla como una marca alineada con el expresidente Donald Trump, debido a la relación cercana entre el magnate y Elon Musk.
El miércoles, las acciones de Tesla repuntaron un 7,6%, luego de haber subido un 3,8% el martes, impulsadas por un sorpresivo anuncio de Trump en sus redes sociales, donde prometió comprar un vehículo de la marca, pese a haber criticado los autos eléctricos en el pasado.
Su mensaje llegó después de una fuerte caída del 15,4% en la cotización del lunes.
Según analistas de Morgan Stanley, Tesla seguirá siendo una acción altamente volátil. "Vemos margen para que el precio oscile entre los 200 y los 800 dólares en los próximos 12 meses", señaló Adam Jonas en un informe reciente. Por su parte, Musk intentó calmar a los inversores y afirmó en su plataforma X que la compañía "estará bien a largo plazo".
A pesar de las fluctuaciones en la bolsa, Musk sigue liderando el ranking de las personas más ricas del mundo, superando a Jeff Bezos y Mark Zuckerberg.
De las pegatinas a la violencia: el impacto del boicot contra Tesla
El perfil del típico usuario de Tesla ha cambiado drásticamente en los últimos años. Antes, poseer uno de estos vehículos solía ser sinónimo de interés por la tecnología, conciencia ecológica y alto poder adquisitivo. Ahora, para muchos, significa respaldar las posturas políticas de Musk, quien no solo es asesor de Trump, sino que también ha impulsado políticas de reducción de empleados federales y desregulación gubernamental.
Este giro ha generado una ola de rechazo entre consumidores que han recurrido a protestas simbólicas, como colocar pegatinas en sus autos con frases como: "Compré este Tesla antes de que se supiera que Elon estaba loco". Sin embargo, en algunos casos, las manifestaciones han escalado a hechos violentos, con ataques a vehículos de la marca y disturbios en al menos 100 ciudades durante el último mes.
En respuesta, Trump advirtió que podría clasificar estos ataques como "terrorismo doméstico", en un intento por frenar las agresiones. "No hay antecedentes de una automotriz que haya perdido tanto valor de marca en tan poco tiempo", señaló Ryan Brinkman, analista de J.P. Morgan, en declaraciones a Axios.
Ventas en picada y expectativas sobre nuevos modelos
Mientras Tesla enfrenta esta crisis de imagen, sus ventas han caído drásticamente en mercados clave. En los primeros dos meses de 2025, las matriculaciones bajaron un 71% en Alemania, un 45% en Noruega, un 44% en Francia y otro 44% en España, según datos de Electrek. También se reportaron descensos en California y China, aunque Tesla no ha brindado cifras oficiales.
De acuerdo con S&P Global Mobility, en enero las matriculaciones en EE.UU. cayeron un 11%, aunque algunos analistas creen que la situación podría revertirse cuando la compañía aumente la producción del nuevo Model Y y lance un modelo más económico a finales de este año.
A medida que la incertidumbre política y económica rodea a Tesla, el futuro de la empresa dependerá de su capacidad para mantener el interés de los consumidores y recuperar la confianza de los inversores