En coincidencia con la presentación de las primeras medidas cambiarias y monetarias por parte del nuevo presidente del Banco Central, Santiago Bausili, destinadas a respaldar el ajuste fiscal impulsado por el Ministerio de Economía, los bancos han transmitido sus inquietudes.
Ante la persistente inflación, las entidades financieras han comunicado a través de diversos canales su solicitud al BCRA de desactivar ciertos instrumentos, tales como los plazos fijos en UVA, que se ajustan conforme a la inflación, y los créditos subsidiados destinados a pequeñas y medianas empresas.
La obligación, riesgos y peticiones frente a un entorno económico volátil
Según informó Infobae, la regulación obliga a los bancos a ofrecer plazos fijos en UVA y créditos subsidiados, estas operaciones, por diversas razones, representan negocios con baja rentabilidad y riesgos significativos para las entidades financieras.
Ante las preocupaciones planteadas por los bancos, el Banco Central ha respondido que estos temas se analizarán después de enfrentar las urgencias derivadas del riguroso plan para estabilizar la economía, iniciado con una fuerte devaluación que pronostica una inflación de dos dígitos en los próximos meses.
En las últimas semanas, algunos bancos han optado por "ocultar" los plazos fijos denominados "UVA+1%" en sus plataformas de homebanking y consultas de clientes.
Estos depósitos en pesos, ajustados por inflación más una tasa del 1% anual, con la opción de cancelación anticipada a partir del día 30, experimentaron cambios tras la devaluación.
Santiago Bausili, el nuevo presidente del Banco Central
Con la devaluación, los plazos fijos en UVA surgen como recomendaciones de inversión, especialmente para aquellos que confían en el plan de Bausili y anticipan un periodo de estabilidad del dólar.
En este contexto, las opciones para mantenerse en pesos y protegerse contra el aumento de la inflación se vuelven más limitadas, pero con la ventaja adicional de la precancelación.
Tensiones entre la inflación y las necesidades bancarias
En circunstancias normales, los ahorristas tienen limitadas opciones para resguardarse de la inflación, y la situación se torna aún más compleja en los venideros meses de aumento inflacionario.
Para los bancos, ofrecer plazos fijos en UVA representa un negocio desfavorable, ya que deben remunerar al cliente con un interés basado en una tasa desconocida, dejando un margen muy estrecho.
La decisión del Banco Central de mantener tasas de pasivos en niveles negativos, especialmente en Leliq y pases, agudiza esta desventaja.
Aunque representan una pequeña porción de los depósitos privados totales (alrededor del 3%), cerca de 300.000 millones de pesos depositados bajo estas condiciones podrían resultar perjudiciales.
Los bancos han comunicado a través de diversos canales su solicitud al Banco Central de desactivar los plazos fijos UVA y los créditos subsidiados
Eliminar los plazos fijos en UVA, aparte de ser una señal negativa para los depositantes en pesos en busca de protección contra la inflación, plantea un desafío más complejo: ¿Cómo se justificaría la imposibilidad de ofrecer depósitos en UVA mientras se mantienen las mismas condiciones para los aproximadamente 100.000 deudores hipotecarios en UVA?
A pesar de las diferencias en el universo UVA entre los distintos bancos, con la mayoría de los plazos fijos en entidades privadas y la mayoría de los préstamos en el Banco Nación y el Banco Provincia, la realidad es que los bancos carecen de alternativas viables para colocar préstamos UVA con ese dinero, según publicó Infobae.
Los bancos solicitan cambios en los préstamos subsidiados para empresas
Además del impacto de la inflación y el considerable stock de Leliq, una de las herencias que la gestión de Miguel Pesce deja a Santiago Bausili es el notable bajo nivel de préstamos al sector privado, marcando el peor ratio en comparación con el PBI de los últimos 15 años.
Aquí surge la segunda solicitud de los bancos a la nueva dirección del Banco Central: la eliminación de los créditos subsidiados para empresas.
Los bancos tienen la obligación de destinar un 7,5% de sus depósitos del sector privado a pymes, para diversos fines como proyectos de inversión, capital de trabajo y descuento de cheques, con tasas fluctuantes entre 112% y 124%.
Aunque lanzada en 2020, la Línea de Financiamiento de Inversión Productiva se ha renovado en diferentes etapas y, a pesar de ofrecer tasas convenientes en comparación con la inflación, en muchos bancos se asegura que fue un desafío colocar todo el cupo en los últimos años. Este tramo actual se extiende hasta el 31 de marzo de 2024.
La fuerte devaluación pronostica una inflación de dos dígitos en los próximos meses
El elevado costo de administrar préstamos para pymes, combinado con tasas fijas y los riesgos derivados de la recesión anticipada por el plan de ajuste, lleva a los bancos a rechazar su colocación.
Esta situación se tornará aún más desventajosa a medida que la inflación se consolide en los próximos meses.
Según el último Informe Monetario Mensual del Banco Central, el saldo promedio de estos créditos alcanzó aproximadamente los $2.5 billones en octubre (la última información disponible), representando cerca del 19% de los préstamos totales y el 40,1% del crédito comercial en general.