En el mundo de la tecnología donde la innovación es el motor que impulsa el crecimiento, liderar no es sólo cuestión de experiencia o conocimientos técnicos.
Lo que realmente marca la diferencia es la capacidad de conectar con el equipo, de generar confianza y de escuchar.
El verdadero desafío es entender que cada miembro aporta algo único. Y no se trata solo de lo que saben, sino de cómo piensan y sienten sobre las dificultades que enfrentan. Escuchar se vuelve entonces una herramienta poderosa.
El resultado de esta apertura es un entorno más inclusivo y respetuoso, donde el conocimiento circula libremente. En mi opinión, eso es lo que crea una verdadera cultura de crecimiento y capaz de adaptarse rápidamente a los cambios del mercado.
El impacto del deporte en el liderazgo
Mi experiencia en el deporte, como exintegrante de la Selección Nacional de Canotaje y actual triatleta compitiendo en exigentes pruebas como el IronMan, me enseñaron lecciones valiosas que se aplican a la gestión del negocio.
El deporte no sólo fortalece el cuerpo y mejora la salud, sino también forja el carácter. Nos motiva a trabajar con objetivos de mediano y largo alcance, enfrentar desafíos, caerse, levantarse y superar límites.
Estas mismas enseñanzas son las que he llevado al ámbito laboral, fomentando valores de la resiliencia, la puesta de objetivos, el trabajo en equipo, la búsqueda de superación y performance.
Así como un atleta mantiene su disciplina todos los días, dejándolo todo en cada competición, esa misma filosofía y energía aplicamos al desarrollo e innovación de nuestros negocios y en las personas. El deporte simboliza el trabajo y la superación constante, y eso es exactamente lo que buscamos transmitir.
Desde su creación, en Banghó acompañamos a los deportistas olímpicos en sus carreras. La pasión y el compromiso con el deporte profesional y amateur son parte de nuestro adn y de nuestra estrategia ya que sus atributos son afines a nuestra filosofía: energía, potencia, velocidad, rendimiento y productividad.
Banghó se ve plenamente reflejada como marca en el deporte, y creemos que es posible cumplir los sueños a partir del esfuerzo del deportista, porque la energía y emoción que transmite concuerdan perfectamente con el foco que la empresa asigna al desarrollo e innovación tecnológica. En consecuencia, "admiración, apoyo y compromiso" es lo que nos define.
Aceptar el error como parte del proceso
Aceptar que equivocarse es parte del proceso de innovación nos permite crear entornos que valoran el aprendizaje, entender los fallos como oportunidades de mejora y así surgen las ideas más creativas y efectivas.
Me he dado cuenta de que cuando las personas tienen control sobre su trabajo, se sienten más comprometidas y motivadas.
Un buen líder establece objetivos claros, pero deja que cada miembro encuentre su propio camino para alcanzarlos. Esto no solo fortalece el sentido de pertenencia, sino que fomenta la creatividad.
Las mejores ideas muchas veces provienen de aquellos que piensan diferente a mí. Aprender de las diferencias de los demás requiere apertura. Para mí, liderar no es solo guiar, sino también absorber el conocimiento y las experiencias de los demás.
En resumen, el liderazgo es un proceso de intercambio constante. Dirigir es un viaje de continuo aprendizaje que nunca termina y que nos permite enfrentar los desafíos con una mentalidad de colaboración, resiliencia y evolución.
*Por Pablo Suaya, Director de Negocios de Banghó