El mercado de los pagos digitales en Argentina es hoy uno de los más dinámicos y disputados de la región. En un contexto en el que la tecnología transformó la manera en que las personas interactúan con el dinero, los bancos tradicionales y las fintech se enfrentan en una lucha sin cuartel por dominar este segmento clave.
La aceleración digital generada por la pandemia, junto con la búsqueda constante de los usuarios por soluciones más rápidas, accesibles y económicas, dio paso a una competencia cada vez más encarnizada.
Innovaciones como los pagos inmediatos, las cuentas sin costo y las tarjetas digitales han cambiado las reglas del juego, obligando a los actores tradicionales a adaptarse, mientras tanto las fintechs continúan ganando terreno con propuestas disruptivas.
Un mercado en constante crecimiento
El volumen de transacciones digitales en Argentina alcanzó cifras récord. Según el Banco Central de la República Argentina (BCRA), se procesan por mes $5,76 billones en transferencias, $5,57 billones en pagos con tarjetas de crédito y $4,45 billones con tarjetas de débito.
Si bien los bancos tradicionales mantienen una posición dominante con el 67% de las transferencias, las fintechs, a través de cuentas virtuales (CVU), ya representan un tercio de estas operaciones, consolidándose como un jugador clave en el ecosistema financiero.
Según la Cámara Argentina Fintech, esta tendencia no solo se debe a la incorporación de tecnología, sino también al cambio en las demandas de los usuarios, que buscan soluciones rápidas, seguras y a medida.
Alejandro Tejero Vacas, Head de Comunicación de la Cámara, señala a iProUP que "hoy, dos de cada tres adultos argentinos usan una cuenta bancaria o virtual a diario, algo impensado hace unos años. Esto es fruto de la competencia y la innovación".
La estrategia bancaria de modernización
Los bancos han manifestado su preocupación respecto a las ventajas regulatorias percibidas por las fintech, argumentando que estas últimas operan bajo estándares menos estrictos, lo que les permite ofrecer servicios con costos más bajos y mayor flexibilidad.
Un ejemplo es la disputa por la implementación del artículo 124 de la Ley de Contrato de Trabajo, que habilita a las fintech a gestionar cuentas sueldo, desplazando la exclusividad de los bancos. Esta medida, aunque promueve la competencia, fue criticada por instituciones bancarias tradicionales que consideran que puede fragmentar el ecosistema financiero.
Frente al avance de las fintech, los bancos tradicionales intensificó sus esfuerzos por modernizarse. Por caso, Getnet, la solución de cobros del Grupo Santander, lanzó en Argentina una funcionalidad de pago inmediato que permite a los comercios acreditar sus ventas en tiempo real. Este servicio, disponible para tarjetas de débito, crédito y prepagas, busca posicionar a Getnet como un aliado estratégico para las pymes y empresas que dependen de un flujo de caja ágil para operar.
Leo Salovich, CEO de Getnet Argentina, afirmó: "El pago inmediato es un gran hito. Fue un desafío tecnológico, pero demuestra nuestro compromiso con ayudar a los comerciantes". Esta iniciativa se suma a la adopción de QR interoperables, que permiten a los usuarios realizar pagos desde cualquier billetera virtual o tarjeta.
La estrategia bancaria de modernización
En el otro extremo de la batalla, las fintech están redefiniendo las expectativas de los usuarios. Destacan sus logros en inclusión financiera, señalando que han logrado captar un segmento previamente desatendido por los bancos.
Ofrecen servicios como cuentas remuneradas y créditos rápidos basados en algoritmos, que los bancos consideran menos seguros desde el punto de vista del riesgo financiero. Según Paula Arregui, de Mercado Pago, esta tecnología ofrece una "eficiencia y personalización" que los modelos tradicionales no pueden igualar.
Por su parte, Pierpaolo Barbieri, CEO y fundador de Ualá, no ha dudado en criticar a los bancos tradicionales por su falta de agilidad y costos elevados. "El sistema financiero argentino era caro, burocrático y anticuado. Cambiamos eso con tecnología y enfoque en el usuario", expresó en la presentación de sus nuevas oficinas en Palermo.
Mientras que Ualá ofrece un ecosistema financiero completo que incluye cuentas remuneradas con una TNA del 40%, tarjetas de crédito sin costo y herramientas de inversión avanzadas; su modelo de negocio combina la flexibilidad de una empresa digital con la seguridad de estar regulada.
Además, la reciente incorporación de Wilobank, ahora rebautizado como Uilo, le permitió expandir su oferta con productos como cuentas en dólares y plazos fijos, fortaleciendo su posición frente a los bancos. Esta integración muestra cómo las fintech están dispuestas a ir más allá, ofreciendo soluciones que tradicionalmente eran exclusivas de las entidades bancarias.
Pero Barbieri insiste en su mantra "la competencia nos eleva", y apunta los cañones también hacia Mercado Pago: "Es fácil crecer como una plataforma de cobros cuando estás anclado a una de e-commerce", dice al referirse a Mercado Libre.
Los desafíos de la interoperabilidad y la regulación
Uno de los aspectos más complejos de esta disputa es garantizar la interoperabilidad entre sistemas, un tema que afecta tanto a bancos como a fintechs.
Gracias a regulaciones recientes, hoy los usuarios pueden realizar pagos con QR desde cualquier billetera o tarjeta, lo que eliminó barreras y fomentó la competencia. Sin embargo, este avance también plantea riesgos en términos de seguridad y eficiencia.
Para Tejero Vacas, la regulación es clave para equilibrar el mercado: "Argentina debe adoptar un sistema que permita a las startups crecer sin ser perjudicadas por normas excesivas, mientras las grandes corporaciones financieras asumen reglas más estrictas. Es necesario encontrar un balance que beneficie a todos".
A pesar de las tensiones, algunos expertos creen que la integración entre bancos y fintechs será inevitable. Ya hoy, muchas fintech colaboran con bancos para gestionar los fondos de sus usuarios o desarrollar productos en conjunto. "Las diferencias entre bancos y fintech se están reduciendo. Ambos buscan expandir el mercado y ofrecer mejores servicios", explica Tejero.
Sin embargo, figuras como Barbieri mantienen una postura más competitiva. "No estamos aquí para adaptarnos al sistema, sino para reinventarlo", afirmó, dejando claro que el objetivo de las fintechs no es integrarse, sino liderar la transformación de las finanzas financiero.
En el corazón de esta disputa, los usuarios se encuentran ante un abanico de opciones sin precedentes. Desde las soluciones innovadoras de las fintech hasta las renovadas propuestas de los bancos, la competencia no solo mejora la calidad del servicio, sino que también redefine las reglas del mercado financiero en Argentina.
Con cada nuevo producto lanzado, esta batalla por los pagos digitales continúa intensificándose, marcando el rumbo de un sistema que no deja de evolucionar. Y mientras bancos y fintech buscan consolidar su posición, los usuarios seguirán siendo los principales beneficiarios de esta revolución, eligiendo las herramientas que mejor se adapten a sus necesidades y expectativas.