Entre el 1 y el 3 de diciembre tuvo lugar el Argentina Fintech Forum, el evento anual organizado por la Cámara Argentina de Fintech. En el evento, oradores de primer nivel cuentan su opinión sobre el negocio, los últimos productos, el mercado, la coyuntura y los últimos adelantos tecnológicos.
Llama la atención. Charla tras charla se conversa sobre innovación, inclusión financiera, acceso al crédito, erradicación del efectivo y cómo el mundo está cambiando gracias a la tecnología. Para el entendido, es la fiesta de la industria. Para que el que no conoce tanto, una oportunidad única para sumergirse en lo que parecen charlas de otra época y de otro país.
Argentina tendrá un desplome de más de 10 puntos, lo que la ubica dentro del top 10 de economías más resentidas por la pandemia.
El sector que no cayó
Esa sensación de irrealidad ocurre porque la industria fintech crece a contramano de todo. En el mundo, según la OCDE, se espera una caída del PBI mundial de entre 4 y 5 puntos porcentuales. Por su parte, Argentina tendrá un desplome de más de 10 puntos, según diversas fuentes, lo que la ubica dentro del top 10 de economías más resentidas por la pandemia.
En este escenario, se presenta un sector que parece no verse afectado por los vapuleos de la macroeconomía: había 133 empresas fintech en 2018, hoy existen 236. Más del doble.
El fenómeno no es casual: a medida que se acentuó la crisis sanitaria, empezó a existir mayor preocupación por el manipuleo del efectivo y el posible contagio a través de este. Esto potenció los pagos digitales a través de tarjetas con tecnología sin contacto, transferencias entre personas, pagos de servicios en línea y utilización del QR. Además, la recesión, la inflación y la falta de acceso al mercado oficial de moneda extranjera, avivó la necesidad de crédito, la demanda de criptomonedas y de inversiones a través de canales digitales.
Se puede pensar que la pandemia fue lo que impulsó la adopción fintech. Es cierto, lo hizo, pero hace tiempo que venía mostrando un crecimiento sostenido a pesar de la crisis. El fenómeno de las finanzas digitales no es aislado ni coyuntural, es una evolución irremediable que ocurre por el avance de la tecnología y de las formas que existen hoy de entender a los clientes.
El Banco Central aprobó varias licencias de bancos enteramente digitales.
La gigantesca masa de datos disponibles y la capacidad de procesamiento, dan a las incipientes empresas fintech la posibilidad de entender el comportamiento de sus usuarios, adaptarse a sus necesidades y crear productos a medida que solucionen sus problemas reales. Atrás quedó la cultura de soluciones enlatadas y estándar que concebían sus servicios pensando en la empresa. La tecnología, utilizada correctamente, permite conocer y entender al cliente, cada vez más exigente y empoderado.
El rol de los bancos
Tanto es así, que incluso los bancos tradicionales se van metiendo de a poco en el negocio fintech. Muchas entidades del sistema ya están lanzando sus propios emprendimientos, con estructuras autónomas que les permiten operar de manera más ágil y con naturaleza completamente digital.
Incluso los reguladores están adaptándose a este nuevo mundo. Por ejemplo, el Banco Central aprobó varias licencias de bancos enteramente digitales, avanzó con sistemas como la Clave Virtual Uniforme (CVU), enmarcó y definió a los Proveedores de Servicios de Pago (PSP), y lanzó el sistema de "Transferencias 3.0" (incluye la interoperabilidad del código QR) a principios de diciembre. Aún falta camino por recorrer, pero existen intenciones de acompañar la transformación.
Hoy, los servicios financieros son servicios tecnológicos. Resulta imposible concebir un préstamo, una inversión o un movimiento de fondos sin recurrir al canal digital.
Es difícil imaginar un mundo sin efectivo, y mucho menos en Argentina, donde la gran mayoría de las transacciones se realizan con papel. Sin embargo, la humanidad camina lentamente (y ahora, un poco más deprisa) hacia una "nueva normalidad": la digitalización de las finanzas.
*Alejandro Scasserra es experto en fintech y banca digital.