Cada día se realizan en el mundo 8.500 millones de búsquedas en Google. Para las empresas, aparecer entre los primeros resultados de alguna de ellas sin apelar a los avisos pagos, es decir, de manera orgánica, contribuye a los objetivos de venta y de branding.
Para lograrlo, es clave tener una estrategia de SEO (sigla en inglés de "Optimización para Motores de Búsqueda"), que puede encarar la propia empresa o ponerla en manos de profesionales.
Google, el motor de búsqueda más utilizado (muy por encima de otros, como Bing o Yahoo!), usa un algoritmo compuesto por una combinación de múltiples factores para posicionar los resultados.
El peso que cada factor tiene en ese algoritmo no sólo es difícil de determinar, sino que además es cambiante, pero diversos estudios coinciden en que la calidad de los contenidos es fundamental y más importante que otros aspectos en los que se suele concentrar la atención.
El parámetro que se debe tener presente constantemente tiene que ver con crear contenido original, relevante, pertinente y de calidad, que puede ser enriquecido con imágenes y otros recursos como infografías o videos.
Y esto es un paso fundamental para ser indexado por otros, sumar tráfico y aumentar así las chances de aparecer en la primera página de los resultados de búsqueda.
Entonces cabe la pregunta: ¿Qué es un contenido de calidad? Y una buena respuesta es que es aquel 100% original, que resulta atractivo y útil para el público objetivo de la empresa. Si además mantiene vigencia por largo tiempo, mejor.
Y en este sentido, para los que pueden dudar, calidad y cantidad no están reñidos: una publicación extensa (de unas tres mil palabras) tiene más probabilidades de ser enlazada por otros sitios que una más corta (por caso, de unas mil palabras o menos).
También es falsa la dicotomía entre calidad y sencillez: el contenido fácilmente comprensible aumenta la satisfacción de quien lo consulta y genera más interacciones y un mayor compromiso con la lectura.
Es importante añadir elementos que enriquezcan la experiencia del usuario, que ayuden a generar la atención del buscador de Google.
Al respecto, de acuerdo con una investigación de BrightEdge, el 26% de los resultados de búsqueda tienen una miniatura de vídeo y esos contenidos, además, tienen una tasa de clics (CTR, por su sigla en inglés) un 41% superior que las páginas exclusivamente de texto.
En una era dominada por los recursos audiovisuales, desarrollarlos como herramientas tiene rédito.
A su vez, los videos HD tienen mejor rendimiento que los videos de menor calidad o estándar -prueba de ello es que la plataforma YouTube los destaca entre su oferta-, y, por el contrario, un video de mala calidad puede derivar en pérdida de suscriptores y en el malestar entre los usuarios.
Puede parecerlo, pero pensar en la ubicación también puede ser un diferencial a tener en cuenta. Si sus clientes están en su área geográfica, a la hora de generar contenido propio es buena idea buscar inspiración en el ámbito más cercano, porque más del 40% de todas las búsquedas en Google son locales.
Y por supuesto que es fundamental expresarse sobre aquello en lo que se tiene dominio.
El gigante de Silicon Valley lo resumió en una sigla: EEAT o, en castellano, "expertise, experiencia, autoridad y confiabilidad".
El diseño de una buena estrategia SEO requiere una retroalimentación constante y, para ello, nada mejor que medir, medir y medir.
Herramientas como Google Analytics o Search Console ayudan a conocer el perfil de los usuarios y saber cuáles son las páginas más vistas, al tiempo que monitorear indicadores como tráfico o permanencia aportan evidencias para tomar decisiones.
*Por Guido Mazzei, CEO de Agencia Eleven