La adopción inicial de esta idea, conocida como DeFi 1.0, adoleció de problemas de liquidez, escalabilidad y accesibilidad, que finalmente terminaron por poner en entredicho su potencial. A día de hoy, esto ha servido como aliciente para muchos proyectos de criptomonedas que ahora pretenden mejorar la estructura y el funcionamiento de los protocolos iniciales, creando una nueva versión de DeFi conocida como DeFi 2.0.
Inconvenientes de las DeFi 1.0
Los protocolos DeFi 1.0 están compuestos por pools de liquidez, es decir, un fondo de criptomonedas bloqueadas formado a su vez por distintos pares de criptomonedas. A los usuarios que aportan liquidez al protocolo DeFi se les conoce como proveedores de liquidez (LP) y, a cambio de bloquear sus fondos en estas liquidity pools, obtienen un rendimiento o recompensa proporcional a su participación. Esta práctica tiene el nombre de yield farming, y es la forma tradicional en la que los protocolos DeFi incentivan el que los usuarios aporten liquidez.
Bajo este formato, la liquidez de los protocolos DeFi queda a merced de los proveedores de liquidez, lo cual se traduce en una serie de desventajas:
Los usuarios pueden migrar su liquidez a otros protocolos una vez hayan cumplido con los préstamos descentralizados o el APY les parezca lo suficientemente bajo como para querer buscar uno mayor en otra plataforma.El yield farming a gran escala de determinados tokens por parte de las wales o ballenas, es decir, aquellas personas con ingentes cantidades de tokens, puede provocar una crisis de liquidez cuando decidan intercambiar o vender sus recompensas.
La llegada de DeFi 2.0
Podríamos definir DeFi 2.0 como la nueva generación de protocolos o aplicaciones de finanzas descentralizadas cuyo objetivo consiste en solventar los problemas de liquidez que afectan al correcto funcionamiento de sus predecesoras, las DeFi originales.
Solución que propone
Las DeFi 2.0 se componen también de liquidity pools. Lo que las diferencia en este caso es que la liquidez en las DeFi 2.0 está controlada o dominada por su propio protocolo (PCV), y no por los usuarios; de este modo, es posible garantizar su funcionamiento a largo plazo.
Olympus DAO es el protocolo de referencia de las DeFi 2.0, a la que han seguido varias plataformas copiando su código y su funcionamiento para que la mayor parte de la liquidez sea propiedad del protocolo (POL).
Este protocolo se basa en una estructura en la cual la tesorería administra la liquidez y la emisión de su token nativo, el OHM, en el cual actúa una stablecoin algorítmica de reserva, respaldada por un conjunto de activos descentralizados para hacer frente a la volatilidad del mercado. De esta forma, el protocolo elimina la posibilidad de que los proveedores de liquidez sean los que aporten la totalidad de la liquidez y mayor seguridad al proyecto.
En resumen, los problemas de liquidez a los que se enfrentaban las DeFi 1.0 lograron llegar a buen puerto gracias al protocolo de Olympus DAO, donde:
Su tesorería administra el protocolo.
La mayor parte de la liquidez es propiedad del protocolo.
El bonding y el stake están diseñados para controlar la venta desproporcionada de los beneficios.
Estas cualidades impiden que los proveedores de liquidez incidan directamente en la solvencia del protocolo, eliminando de la ecuación la falta de liquidez causada por la migración de activos a otros protocolos y por la venta en masa de los beneficios derivados del staking o farming.
El éxito de Olympus DAO se debe en su mayor parte a la implementación del mecanismo conocido como bonding, el cual ha demostrado ser altamente efectivo.
Al hacer bonding, los usuarios proveen tokens LP o DAI al protocolo a cambio de tokens OHM con descuento, de este modo el protocolo acumula su propia liquidez (POL). Esta es una solución muy acertada, puesto que la tesorería del protocolo será siempre la que posea más tokens OHM, y tokens LP, garantizando la liquidez del protocolo en los pares más importantes a largo plazo.
A pesar de que la tesorería tenga el control sobre la liquidez, los usuarios que dispongan del token nativo pueden participar en la gobernanza del protocolo a través de la DAO, desde donde podrán votar a propuestas y decidir sobre el futuro del protocolo, garantizando la descentralización.
Existen proyectos que ya han tomado como referencia la forma en la que Olympus DAO aborda los problemas de liquidez. Al seguir su modelo, los protocolos DeFi no tendrán que recurrir al reparto de recompensas desmedidas para garantizar el normal funcionamiento del mercado.
Pros y contras de los protocolos DeFi 2.0
Los protocolos de las nuevas finanzas descentralizadas, al igual que sus predecesoras, están expuestos a los ataques propios de hackers. Sus contratos pueden contener deficiencias o errores en su código que pueden ser explotados por agentes maliciosos, dejando sus fondos expuestos por completo. Las auditorías de los contratos, aunque efectivas, no garantizan al 100 % que no puedan ser objeto de este tipo de ataques, pero en gran medida sí evitan que pase.
Así mismo, es importante tener en cuenta que los contratos que incluyen posiciones apalancadas mantienen la misma figura de la liquidación, por lo que no hay que olvidar el riesgo que tiene operar con productos apalancados; esta práctica requiere de nervios de acero y mucho conocimiento técnico.
En contraposición, algo digno de resaltar es que el riesgo de impermanent loss, un término muy conocido y temido en cripto, no existe en protocolos como Olympus DAO. Al hacer uso del bonding para distribuir las recompensas, los usuarios traspasan los tokens LP al protocolo, y como recompensa obtienen tokens del protocolo con descuento, no corriendo así el riesgo de que el precio de sus tokens LP se vean perjudicados por la volatilidad del mercado.
Sin duda, las DeFi 2.0 han impulsado un cambio de mando en cuanto a la propiedad de la liquidez de sus protocolos; al controlarla, pueden hacer que sus productos sean más eficientes, garantizando un ecosistema que facilite las transacciones, asegure los intercambios y beneficie a sus participantes. Por otro lado, también están naciendo protocolos que buscan expandir los productos ofrecidos por las DeFi 1.0, desbloqueando nuevos casos de uso, como es el caso de plataformas como Abracadabra, o Gearbox.
DeFi 2.0 soluciona varios puntos de su predecesora
Gearbox Protocol
El pasado 2021 se puede enmarcar como el año de los protocolos DeFi 2.0. Actualmente, son muchos los proyectos que trabajan para sacar cuanto antes sus servicios y plataformas DeFi, tomando como referencia la estructura desarrollada por Olympus DAO. Sin embargo, otros proyectos como Gearbox Protocol, pretenden implementar el leverage o apalancamiento de forma descentralizada.
Hasta ahora, el apalancamiento en el espacio cripto era algo que acaparaban los exchanges centralizados y, aunque dicha función es fácil de ejecutar en sus interfaces, están muy limitados en cuanto a la posibilidad de mover estos activos apalancados. Es decir, una vez deposites tus fondos en la posición apalancada, quedan totalmente inutilizados. En cambio, Gearbox ha roto con esos esquemas y ha abierto la posibilidad de darle un uso a esos activos más allá del apalancamiento, habilitando que puedan usarse a su vez para acceder a aplicaciones financieras y continuar sacando rendimiento.
La visión general de Gearbox es la prestación de un servicio de apalancamiento y que este pueda ser usado en cualquier plataforma DeFi. Actualmente, está disponible para Uniswap, Sushiswap, Yearn, y Curve.
El protocolo de Gearbox está compuesto por dos vertientes:
Prestamistas: cualquier usuario puede proveer liquidez al protocolo y obtener un rendimiento alto (APY) por dicha participación.
Prestatarios: traders y farmers pueden tomar prestado los activos dados en liquidez, para hacer trading o farming con un apalancamiento de x4+.
En definitiva, Gearbox ha abierto las puertas al uso de los activos apalancados en productos financieros, tales como el margin trading, el yield farming apalancado, o el apalancamiento de tokens derivados. Esto representa, sin duda, un gran avance en el espacio DeFI, convirtiéndose en un símbolo para la nueva ola de protocolos en su campo.
Los productos ofrecidos por estas plataformas trabajan sobre contratos inteligentes muy sofisticados, aun así, es recomendable realizar un estudio previo antes de realizar cualquier movimiento de inversión, de este modo se podrá operar de forma eficiente en aras de preservar el capital.
Sin lugar a dudas, las finanzas descentralizadas llegaron para quedarse. Significan el cambio de paradigma que aleja a los inversores de los sistemas financieros centralizados tradicionales. Aún queda mucho trabajo, desarrollo y formación por delante para que puedan implantar su hegemonía definitiva, pero sin duda, son una pieza única que garantiza que cualquier persona tenga acceso a un sinfín de productos financieros, indicó Forbes España.