Además de las Fiestas de Fin de Año, en diciembre los argentinos se preparan para otra tradición clásica de todos los veranos: los cortes de luz.
De hecho, el pasado miércoles 29 de diciembre #SinLuz se convirtió en trending topic en Twitter debido a la gran cantidad de hogares que se quedaron sin suministro eléctrico.
Se estima que los cortes están afectando a cerca de 80.000 usuarios en el país. En este contexto, Cammesa, la firma estatal proveedora de energía eléctrica mayorista, intimó a los grandes consumidores a informar de la existencia de campos de minería de criptomonedas en sus areas.
El Gobierno apunta a desalentar esta actividad, la cual sería una de las causas del recalentamiento del sistema. Desde la Subsecretaría de Energía Eléctrica anticiparon al medio LaPolitícaOnline que se les cobrará un sobrecosto y se les exigirán inversiones en el sistema eléctrico a los desarrolladores locales de monedas digitales.
La iniciativa en contra de las granjas generó repudio en redes, sobretodo por opositores al oficialismo, por la presunta evasión de la principal causa de los cortes de energía, como podría ser la falta de inversión o el desgaste de la fibra óptica:
¿Cuanta energía consume la minería de criptomonedas?
Los pools de minería cripto requieren de la utilización de altos suministros de energía, generando tanto calor que requieren de una refrigeración potente para que no se sobrecaliente. Por esa razón, suelen ubicarse en climas fríos.
Según estimaciones, la minería de Bitcoin consume globalmente alrededor de 143 teravatios por hora de electricidad al año, superando el consumo total diario de muchos países, de acuerdo al informe del Bitcoin Electricity Consumption Index de la Universidad de Cambridge.
La minería de Bitcoin consume globalmente alrededor de 143 teravatios por hora de electricidad al año, estimativamente
A nivel mundial, los mineros de BTC representan el 0,65% del consumo total mundial de electricidad. A esto hay que agregarle los datos comparativos relevados por Visual Capitalist, que demostró que, incluso, consumen mucha más electricidad que gigantes empresas de tecnología.
En el ecosistema, Argentina ocupa el puesto 31 del ranking de mayor consumo de energía por parte de las operaciones con criptoactivos a escala mundial.
Argentina ocupa el puesto 31 del ranking de mayor consumo de energía de operaciones con criptos
Si bien la minería de criptomonedas requiere de mucho suministro, múltiples empresas distribuidoras coincidieron en afirmar que la ola de calor disparó un récord de consumo histórico por la utilización constante de los equipos de aire acondicionado en todo el país.
Los cortes afectan a todo el país, pero principalmente se extienden a los barrios del área metropolitana. Un pico de tensión se vivió en el barrio Retiro donde vecinos de la Villa 31, decidieron hacer un piquete que bloqueó la salida de los micros de la terminal de omnibus y dejó miles de varados, ante la falta de luz en sus hogares.
Crece la tendencia de producir energía propia
Más allá de este hecho puntual, en el sector afirman que existen fallas de distribución, aunque no de generación. Por lo pronto, el gran desafío a nivel infraestructura en las grandes urbes es el desplazamiento del consumo desde las empresas a los hogares, impulsado por la adopción masiva del teletrabajo.
Luego del congelamiento de tarifas durante 2020 por la pandemia y, si bien el Gobierno autorizó una suba para el año próximo y un nuevo esquema de subsidios, las compañías vienen sufriendo pérdidas por el efecto inflación y, especialmente, por la disparada del dólar, moneda en la que se fijan los precios de cableados y transformadores.
Así, la red eléctrica no sólo muestra un "mapa desbalanceado" de consumo por el crecimiento del teletrabajo y las horas de ocio en casa para que el que no estaba preparado, sino que las distribuidoras tuvieron inconvenientes para adaptarse a los nuevos hábitos.
Ante esto, muchos argentinos ya están apostando a producir su propia energía en el hogar o bien tener sistemas de respaldo para "tirar unas horas" hasta que vuelva la luz: en el sector afirman que las consultas e instalaciones aumentaron 40% en las últimas semanas.
Generación o almacenamiento
La tecnología fotovoltaica (paneles solares) creció fuertemente en el país gracias al impulso del programa RenovAr durante el macrismo y la ley de Generación Distribuida, que permite a usuarios residenciales vender a la red su excedente y ahorrar en la boleta de luz.
Según los expertos, un sistema básico se compone de:
- Paneles solares: transforman la radiación del sol en energía
- Regulador de carga: administra la electricidad para su almacenado
- Batería: guarda la energía para su disponibilidad constante, aun en horas en las que no hay sol
- Inversor: transforma la corriente continua de la batería en alterna, que es la que se utiliza en el hogar
"Los paneles fotovoltaicos con conexión a red permiten autoconsumir parte de la energía que requiere el hogar, usando el resto de la energía de la red eléctrica y eventualmente inyectando los excedentes a esta última. De esta forma disminuye el consumo: toda necesidad de energía que el sistema no pueda obtener de la instalación fotovoltaica será provista por la red eléctrica", explica a iProUP el ingeniero Ariel Mesch, experto en energías renovables.
Mesch afirma que "un sistema de este tipo para un hogar requiere una inversión de 2.500 dólares más IVA", pero se pueden ampliar con acumulación en baterías, lo que le añaden al sistema la posibilidad de almacenar energía para eventuales cortes de suministro. Estos sistemas cuestan a partir de 5.000 dólares más IVA". Todos los precios son a dólar oficial.
Y añade: "Las distribuidoras lo que hacen es vender energía y te colocan un medidor bidireccional. Te la compran un poquito más barata, a precio mayorista. Es el mejor esquema de todos".
"Para un sistema promedio, con baja dificultad de instalación, como es el caso de la mayoría de las casas particulares, podemos tomar precios de referencia entre dos y tres dólar por vatio (watt), teniendo en cuanta que un sistema para una familia tipo en una casa mediana requiere unos 3.000 vatios", indica a iProUP el ingeniero Maximiliano Miodowski, gerente de Ingeniería de EXO.
Este sistema se llama on grid, ya que está conectado a la red convencional. En cambio, si no se quiere vender electricidad a la compañía, el modelo se denomina off grid.
Para José Salgado, de Solartec, lo más lógico para una casa es un sistema híbrido. "Los paneles generan la energía y mantienen el banco de baterías cargado. La vivienda consume de los paneles, luego de las baterías y finalmente de la red", completa.
En todos los casos, el esquema básico puede generar unos 3.000 kilowatts/día. Según indica la Secretaría de Energía, esto equivale a tener conectados durante un día:
- Una heladera con freezer inverter (24 horas): 0,95 Kw/h
- Un televisor LED de 40" (3 horas): 0,6 Kw/h
- Un ventilador de pie (6 horas): 0,6 Kw/h
- Dos cargadores de celular (2 horas): 0,25 Kwh
- Dos luces LED de 9 (5 horas): 0,1 Kwh
"La cantidad de equipos dependen del consumo simultaneo y la capacidad del inversor: a uno 3.000 W se podría conectar una heladera, luces, televisores, electrónicos, ventiladores y, en forma no simultanea, lavarropas, plancha, microondas. Si es requerido mayor consumo, como estufas o aires, hay que pensar en al menos unos 5.000", completa Miodowski.
Instalación de paneles solares en la terraza del edificio de Exo en Parque Patricios
Según el ingeniero de EXO, el inversor es la pieza central, ya que es el que "controla toda la gestión de la energía: qué parte va a uso directo y cuál guarda en las baterías, y cuándo es necesario recuperar esa energía de las baterías para su uso".
"Ofrecen monitoreo desde cualquier navegador, en celular o PC. Se puede acceder a un dashboard (panel) con la cantidad de carga, cuánto dióxido de carbono se evitó, estadísticas históricas, etc. Y si se cae el WiFi, poseen un display que muestra parámetros, similar al tablero de un auto", explica Miodowski.
La única contra de un sistema de generación está relacionado con el espacio físico: se requiere un techo en el que ubicar estos paneles, ya que miden cerca de dos metros de largo por uno de ancho. Además, el lugar debe tener orientación norte para captar mejor la luz solar.
Sin embargo, los departamentos tienen un "plan B": sistemas de energía de respaldo para usar cuando se corte la luz. Una opción que, según Mesch, es cada vez más popular entre sus clientes urbanos.
"Se instala el inversor y la batería directamente a la red y te cargan. Tiene la capacidad suficiente para abastecer las luces, heladera y computadoras por entre seis a doce horas", señala el experto.
El equipo cuesta unos u$s1.300 más IVA. "El sistema tiene el tamaño de un lavavajillas. También podés dejarlo preparado para llevártelo si te mudás y hasta agregarle paneles. Así, te cuesta u$s1.900", revela Mesch.
En este caso, según Salgado, la estrategia correrá por dimensionar las baterías para almacenar la energía necesaria que alimente lo primordial. "Las baterías son caras y es la parte que menos tiene vida útil: unos 5 o 6, contra 15 del inversor y 25 de los paneles", añade.