GSMA, organizadora del Congreso Mundial del Móvil (MWC) de Barcelona, decidió finalmente anular la edición de este año del salón ante la oleada de cancelaciones de compañías asistentes por temor al coronavirus.
Ante el alud de bajas, el comité organizador se reunió este miércoles para discutir si seguía adelante el evento a finales de febrero, en el que los fabricantes de teléfonos inteligentes suelen presentar sus últimas novedades.
Durante la jornada, el grupo japonés de comercio y servicios en línea Rakuten, el operador alemán Deutsche Telekom y el proveedor finlandés Nokia se sumaron a la lista de firmas ausentes alegando razones de seguridad ante la epidemia del COVID-19.
La firma germana explicó en Twitter que la salud de sus empleados e invitados son una "prioridad", mientras que Nokia argumentó haber realizado "una evaluación completa de los riesgos ligados a una situación en rápida evolución".
El teleoperador británico Vodafone también anunció en Twitter su retirada, reconociendo que "el riesgo potencial es difícil de cuantificar con precisión en este momento".
Antes que ellos, otras grandes marcas habían desertado del MWC: los estadounidenses Intel, Facebook, Cisco o Amazon, el chino Vivo, el surcoreano LG, el sueco Ericsson o los japoneses NTT DoCoMo y Sony.
Restricciones a los chinos
La gran cita del sector, prevista del 24 al 27 de febrero, esperaba superar este año los 110.000 visitantes, según sus organizadores, la asociación mundial de operadores telefónicos GSMA.
Si bien la presencia prevista de ciudadanos chinos no superaba las 6.000 personas, son las empresas de ese país quienes copan gran parte del espacio expositor del MWC.
El número uno del sector en el gigante asiático, Huawei, así como el proveedor de equipos ZTE mantienen por ahora su participación, aunque con un refuerzo de las medidas de seguridad, entre ellas una cuarentena de dos semanas para sus empleados y dirigentes, que esperan el evento en sus hoteles.
Para calmar los temores a la epidemia del COVID-19, la GSMA incrementó las medidas de seguridad, instalando controles de temperatura en los accesos y ofreciendo consejos para la desinfección de los estands.
También restringió el acceso a los nacionales chinos: los procedentes de la provincia de Hubei, donde nació el brote, tendrán prohibida la entrada, así como quienes hayan estado en China en los 14 días previos al evento.
La epidemia del miedo
Las autoridades locales habían pedido tranquilidad: queremos "reiterar este mensaje de calma y tranquilidad ante esta epidemia que existe aquí, la epidemia del miedo", dijo la responsable regional de Sanidad en Cataluña, Alba Vergés.
"No hay ningún motivo sanitario para suspender ningún evento que haya en Barcelona", había insistido en una comparecencia junto al ministro español de Sanidad, Salvador Illa.
La anulación del Congreso puede suponer un duro golpe para la economía de Barcelona y Cataluña (noreste), con un importante sector turístico especializado en ferias y congresos.
Según la GSMA, esta edición debía generar 492 millones de euros en la región y más de 14.000 empleos temporales.
El lunes, la asociación de hoteleros reconoció que se estaban produciendo cancelaciones para las fechas del congreso y varios establecimientos cercanos al recinto ferial reconocieron que estaban sufriendo numerosas anulaciones de reservas.
"Una cancelación del Mobile sería traumática para la ciudad", dijo Ignacio Arias, director del hotel AC Som Marriott.
La epidemia del COVID-19 ha dejado más de 1.100 muertos y 44.600 infectados, la gran mayoría de ellos en China.
En España solo se detectaron dos casos y ambos fuera de la península: uno en la isla de Mallorca (Baleares) y otro en la isla de la Gomera (Canarias).