La nueva relación entre el peso y el dólar fue cambiando el escenario y hoy ganar en moneda extranjera no siempre es conveniente para los trabajadores. Pero, ¿qué pasa con las empresas, ellas también se benefician al pagar los salarios en pesos?
Dolarizados vs pesificados: qué conviene más hoy
Ezequiel Palacios, director asociado de Glue Executive Search, asegura a iProUP que se trata de una pregunta un poco coyuntural. "Hoy, cobrar en pesos es mejor por el simple hecho de que el dólar está planchado. Por ende, esta situación le conviene tanto a las empresas como a los talentos", afirma el especialista.
Si fuese en divisa extranjera, plantea Palacios, como está quieto, "el profesional estaría perdiendo, porque no tiene ajuste por inflación. Sin embargo, esto es en el corto plazo, tampoco podemos asegurar que sea una tendencia que vaya a mantenerse así en el largo plazo".
"En lo que respecta a las empresas, en términos generales, la mayoría no solo prefiere pagar en pesos porque tienen de esa forma mayor flexibilidad y control de costos, sino también por razones legales impositivas", señala a iProUP Natalia Terlizzi, CEO de HuCap.
En la misma línea, Sebastián Maciarello, gerente de Selección y BPO de Auren Argentina, señala a iProUP que "tradicionalmente, las empresas argentinas han preferido abonar los salarios en pesos, la moneda local, para simplificar la contabilidad y mitigar riesgos cambiarios".
"Sin embargo, en sectores como el tecnológico, en el que la competencia por talento es intensa, algunas compañías han comenzado a ofrecer una porción del salario en dólares como estrategia de retención. Por ejemplo, Accenture anunció que pagará hasta el 20% del sueldo de sus empleados en Argentina en dólares", puntualiza Maciarello.
Ahora, viendo desde el lado de los trabajadores, el directivo señala que "recibir salarios en pesos puede ser beneficioso si estos están ajustados a la inflación, ya que les permite mantener su poder adquisitivo en la economía local. No obstante, en períodos de alta inflación y devaluación del peso, los salarios en dólares pueden ofrecer una mayor estabilidad y capacidad de ahorro".
Dolarizados vs pesificados: el perdedor oculto
Federico Carrera, cofundador & COO de High Flow, asegura a iProUP que "en la actualidad, ya casi sin spread entre el dólar, y con el peso recuperando estabilidad y previsibilidad, los que ganan son las empresas y los empleados. Y los que pierden son los intermediarios que obtuvieron los beneficios del río revuelto".
"Porque una moneda que vuelve a ser referente de los precios de los bienes y servicios, y que además se transforma en una potencial reserva de valor, es síntoma de un mercado laboral saludable en el que la oferta y la demanda vuelven a tener mayor valor tanto para las empresas como para los empleados".
¿Cómo se ve representado ese valor? "En no tener la necesidad de cambiar de trabajo constantemente a cambio de algunos dólares más, lo cual afecta la carrera laboral de cualquier persona", responde Carrera.
En definitiva, termina impactando de lleno en el mercado laboral. "Esto se refleja en que las empresas locales dejan de competir contra los empleadores directos del exterior, que captaron la atención de los empleados con beneficios financieros de corto plazo, haciendo casi imposible para muchas entrar en la carrera por el mejor talento", detalla Carrera.
"Negociar el sueldo en pesos resulta conveniente para los trabajadores porque sus empleadores harán todo lo posible para ajustar su valor real y que no pierda contra la inflación", explica Francisco Scasserra, director en Michael Page.
En cambio, continua Scasserra, "si tienen sus salarios dolarizados, a fin de año probablemente recibirán un porcentaje menor al actual porque sus salarios se quedarían firmes, mientras que, por el contrario, los precios aumentarán según las proyecciones oficiales".
Dolarizados vs pesificados: quién ganó más
Si bien históricamente el talento IT en Argentina veía las remuneraciones en dólares como un incentivo clave, "el contexto actual cambió esa percepción. Con el dólar estabilizado y una apreciación significativa frente al peso, ese atractivo se diluyó parcialmente", dice Palacios.
En la última encuesta realizada por Sysarmy y OpenQube, se observa una reducción de la brecha salarial entre los sueldos dolarizados y los no dolarizados en comparación con la edición de junio.
"En los puestos Junior, los salarios no dolarizados superan en un 8% a los dolarizados, mientras que en la edición anterior se veían favorecidos en un 20% los sueldos en moneda extranjera", resalta la consulta.
Ahora, si se analiza por segmento, para los puestos semi-senior, la diferencia se redujo del 31% registrado en junio a un 20% en la actualidad, y en los puestos senior, la brecha se contrajo de un 62% a un 40%.
Entre la última encuesta realizada en junio de 2024 y la edición actual, la mediana salarial de los sueldos IT aumentó 35%, mientras que la inflación en el mismo período fue del 27%. Esto se traduce en un incremento real de las remuneraciones, como se evidencia en la evolución de los sueldos expresados en pesos constantes ajustados por IPC.
En la actualidad se alcanza el nivel más alto registrado en la mediana salarial expresada en dólares, con u$s2.178 para la cotización oficial, u$s1.907 según el blue y u$s1.965 calculado al MEP.
"Cobrar en pesos permite acceder a actualizaciones salariales, según la política de la empresa o los convenios colectivos de trabajo. En un contexto en el que el dólar está relativamente estable o planchado, los aumentos salariales alineados con la inflación evitan la pérdida de poder adquisitivo", explica Terlizzi.
Otro punto clave es el acceso a ciertos beneficios que son más frecuentes en la relación de dependencia, "en la que predominan los pagos en pesos, tales como la medicina prepaga para el grupo familiar, bonos por desempeño, licencias pagas, aportes jubilatorios y ciertos tipos de descuentos en productos, los que pueden tener un fuerte impacto en el costo de vida y mejorar la calidad de vida de las personas", suma Terlizzi.
Ahora bien, como señala esta profesional, "hoy nos encontramos en un contexto de baja inflación en comparación con años anteriores, pero el peso argentino sigue siendo una moneda propensa a devaluaciones".
Por lo tanto, aclara Terlizzi, "ganar en dólares siempre proporciona un cierto nivel de resguardo y facilita una mejor planificación financiera, brindando tranquilidad frente a crisis económicas locales, si se piensa a largo plazo".