La biotecnológica CALICE acaba de cerrar una ronda de inversión semilla con la que se aseguró 1.500.000 dólares hasta el momento. Mientras tanto, mantiene negociaciones con instituciones extranjeras, con la intención de sumar u$s500.000 adicionales.
El fondo local Draper Cygnus lideró la inversión, acompañado por sus pares Xperiment Ventures, Air Capital e Innventure, además del australiano GrainCorp Ventures (por medio de Artesian).
CALICE: cuál es su propuesta de valor
Fundada en 2022 por los científicos argentinos Ramiro Olivera (CEO), Esteban Hernando (CSO) y Andrés Rabinovich (CTO), junto con el ingeniero Pablo Romero (COO/CFO), la startup ya había logrado una ronda presemilla de u$s750.000 al año siguiente de su creación, financiada en ese caso por inversores ángeles.
En sus sedes de Buenos Aires, Argentina, y San Francisco, Estados Unidos, un equipo de 15 personas está abocado a transformar el agro, al menos en parte, mediante la virtualización de ensayos de campo, con el propósito de acelerar el desarrollo de cultivos y productos biológicos.
"El agro enfrenta un problema fundamental: el desarrollo de nuevas variedades y productos biológicos sigue dependiendo, en gran medida, de ensayos de campo extensivos, que requieren años de validación, grandes inversiones y están sujetos a factores incontrolables, como el clima y las condiciones del suelo", señala Olivera a iProUP.
El emprendedor remarca que "CALICE nace con la misión de reemplazar una parte significativa de estos ensayos mediante simulaciones virtuales, para permitir que el proceso sea más eficiente, predecible y accesible para las empresas del sector".
CALICE apunta a un mercado de u$s130.000 millones
La elección de ese enfoque se basa, precisamente, en la trayectoria de sus fundadores. Olivera es biotecnólogo por la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM) y previamente había fundado Kheiron Cloning, una firma pionera en clonación equina, entre otras startups.
Afirma que entendió el potencial de aplicar modelado computacional a la agricultura al conocer los avances de Hernando -doctor en Biología Molecular también por la UNSAM-, en el campo de la biotecnología vegetal en el CONICET. Allí, el investigador dirigía un equipo especializado en modelado predictivo de cultivos, del que también formaba parte Rabinovich, doctor en Física por la UBA y experto en simulaciones computacionales.
A su turno, dice, Romero comprendió, desde su formación en negocios, con un MBA de la Universidad de San Andrés, cómo convertir los avances científicos en una empresa escalable y con un modelo de negocios atractivo para la industria global. "Juntos, vimos la oportunidad de aplicar estos modelos para transformar la manera en que se desarrollan los productos agrícolas", continúa el CEO de la iniciativa.
"Desarrollamos NODES, una plataforma de ensayos de campo virtuales, que utiliza inteligencia artificial y modelado computacional para el desarrollo de cultivos y productos biológicos, sin la necesidad de realizar pruebas extensivas en el campo. Mediante simulaciones avanzadas, permite evaluar el comportamiento de nuevas variedades en distintos ambientes, optimizar estrategias de cruzamiento, analizar tolerancia a enfermedades y predecir la efectividad de bioinoculantes y biofertilizantes, antes de su aplicación en condiciones reales", informa.
Según el emprendedor, "la gran ventaja de esta tecnología es que reduce drásticamente los tiempos y costos de validación de nuevas soluciones agrícolas, al permitirles a las empresas reemplazar parte de los ensayos físicos con simulaciones precisas y replicables".
Además, confirma que "esto no solo acelera la llegada de nuevos productos al mercado, sino que también minimiza la incertidumbre y el impacto ambiental de los ensayos tradicionales. En concreto, estimamos que podemos reducir hasta un 80% la necesidad de ensayos a campo y hasta un 50% los tiempos de desarrollo".
"A diferencia de otras soluciones, que dependen exclusivamente de datos genómicos o experimentales limitados, la plataforma integra múltiples fuentes de información, como por ejemplo datos históricos de rendimiento, clima, suelo, genética y pedigríes, lo que permite modelar un cultivo de manera integral", continúa.
CALICE: lo que viene
CALICE dedicó todo el año pasado a cerrar pruebas de concepto del modelado de cultivos como maíz, cebada, trigo, arroz y soja, en conjunto con empresas de Argentina y multinacionales que el emprendedor prefiere no mencionar. El propósito consistió en validar la capacidad de la plataforma para reducir costos y acelerar los tiempos de desarrollo.
"Luego de estas validaciones que demostraron con resultados concretos la efectividad de la tecnología, proyectamos cerrar contratos por 800.000 dólares en 2025, mediante el licenciamiento de la plataforma", puntualiza Olivera. El modelo de negocios, en efecto, se basa en una suscripción, ofreciéndole la posibilidad a una empresa del agro de utilizarla para distintos cultivos o productos, sin restricciones de aplicación.
Al respecto, los socios de la compañía prevén destinar buena parte del desembolso de u$s1.500.000 que acaban de obtener a la expansión comercial de su oferta en la Argentina, Brasil y los Estados Unidos. "Nuestro modelo de negocio es global, ya que los ensayos de campo virtuales no tienen barreras geográficas. Nos permiten trabajar con clientes de cualquier parte del mundo, sin depender del contexto económico local", asegura el emprendedor.
En ese sentido, advierte que "Brasil es clave, por tratarse de uno de los mayores productores agrícolas del mundo, mientras que los Estados Unidos es líder en adopción de nuevas tecnologías en el sector". Finalmente, asevera que prevén fortalecer el equipo tecnológico, con el fin de desarrollar nuevos modelos de inteligencia artificial y simulaciones avanzadas dentro de la plataforma, para volverla más precisa y escalable.
De acuerdo con Ignacio Plaza, socio cofundador del fondo de venture capital Draper Cygnus, que lideró la ronda semilla, la innovación que se propone CALICE "es clave para abordar la creciente necesidad de seguridad alimentaria global, especialmente considerando que el mercado de la biotecnología agrícola está valorado en más de 130.000 millones de dólares y sigue creciendo".
En ese sentido, el inversor confiesa que advierte un gran potencial no solo en la capacidad de la startup para optimizar los programas de semillas actuales, sino también en sus posibilidades futuras de expansión hacia otros sectores agrícolas, gracias a su equipo fundador y su propuesta tecnológica.
Juan Cabrera, socio gerente de Xperiment Ventures, por su parte, confía en que CALICE puede posicionarse como una startup pionera que sea capaz de redefinir su categoría, al liderar "la convergencia entre inteligencia artificial y genómica para acelerar el lanzamiento de productos innovadores al mercado y revolucionar la industria a escala global".