La vida de una persona puede cambiar por completo en un instante. Por ejemplo, mientras toma una taza de un buen café. Algo de esto es lo que ocurrió con Juan Ignacio Ferrari, un emprendedor argentino de 44 años que parecía tener la vida ya resuelta: con un oficio establecido, novia, familia y un perro que terminó dándole el nombre a un proyecto revolucionario. De esos que modifican todo. Incluso cualquier vida por completo.
Juan era miembro de los Comando Anfibios, las tropas especiales de la Armada Argentina, cuyo duro entrenamiento hace muy difícil ser parte. Su especialidad lo fascinaba, pero en sus tiempos de descanso, comenzó a leer una serie de libros, revistas y luego videos de la plataforma YouTube que lo transportaron a una industria, concepto y lugar radicalmente diferente.
Tanto es así que la vida resuelta como la tenía dejo de serlo. Así, en noviembre de 2016, a punto de cumplir cuarenta años, Juani, como lo llaman sus amigos, voló a la Ciudad de Miami para conocer Wynwood, una zona donde sus coloridas calles conviven desde hace unos diez años arte, gastronomía, y moda. Y se enamoró por completo.
Con el "café", la bebida de sus amores en su cabeza durante el vuelo de regreso, Juan tuvo la idea de llevar un pedazo de aquel barrio al suyo.
De esa forma nació Alex Coffee Roasters, un local que ofreció el primer café de especialidad de zona norte del Gran Buenos Aires. La obsesión de Ferrari se transformó en crear una marca de alcance global. En ese sentido, mucho influyó la licenciatura en Administración y el MBA en la Universidad Torcuato Di Tella (UTDT).
El inicio
El primer local fue un food truck ubicado en el campus de la Universidad Austral. El éxito le permitió a Ferrari sumar ocho locaciones la zona norte del Gran Buenos Aires con sus dos marcas, Alex Coffee Roasters y Brooklyn Bakery, que nació como proyecto secundario, pero que a partir de la pandemia global de coronavirus COVID-19 tomó vuelo propio.
El vuelo fue tan ascendente que, luego de una inversión de u$s 400.000, Ferrari y sus socios están a punto de abrir el primer local en Miami. Sí, por supuesto, en Wynwood.
"Alex Coffee Roasters nació con la idea de crear una gran marca, que la gente valore rescatando la cultura del servicio y la experiencia. Luego se decidió que sea de café", explica Juan Ferrari, CEO y fundador de Alex Coffee Roasters, en diálogo con iProUP.
Juan Ignacio Ferrari, CEO y Fundador de Alex Coffee Roasters
Ferrari detalló que el nombre de la cadena surgió en la búsqueda del animal branding (rescatar los valores de un animal en una marca). Se decidió por Alex, que era el perro de su actual mujer, ya que poseía los valores que el emprendedor pretendía para la marca: elegancia, bondad y ferocidad cuando fuera necesario.
Diferenciales
Ferrari detalla que Alex Coffee Roasters es la única cafetería del mundo en donde la mayoría de los empleados son músicos y tocan instrumentos profesionalmente durante su servicio.
Pero además del excelso café y las presentaciones de sus empleados, también se hacen acciones de colaboración con animales de la calle.
"La inversión inicial se inició con la tarjeta de crédito del fundador y capital de dos socios que luego vendieron su participación", recuerda Ferrari. Hoy el panorama es bastante diferente. Más allá del complicado contexto, la facturación proyectada para 2021 en la Argentina asciende a $ 8M mensuales. Es decir, unos $96 M, en el transcurso de los próximos doce meses.
Los primeros clientes fueron los vecinos del primer local ubicado en Buena Vista, San Fernando, quienes vieron el proceso de creación del local con un gran esfuerzo personal de su fundador, que soldó los muebles, pero además realizó tareas de pintura, electricidad y plomería.
"Durante la pandemia pusimos el foco en la sub marca, Brooklyn Bakery y desde allí renacieron ambos proyectos con dos aperturas cada uno durante 2020", detalla.
Con el tiempo, el negocio funcionó y la posibilidad de volver a Miami se hizo cada vez más fuerte.
Sobre el arribo a los Estados Unidos
Alex Coffee Roasters debutará en EE.UU. con un local de 75 m2 por 200 m2. De todos modos, más allá de la comodidad, el emprendedor sabe que el cliente siempre va un paso más allá.
"Tener un buen café no será suficiente, se deberá cada día sorprender al consumidor, además de llegar a su casa con la marca, siendo su referente en el café durante todo el día", remarca Ferrari.
En 2021, la idea del fundador es crecer en el mercado de Argentina, USA y abrir más mercados, además de crear alianzas con marcas de diferentes sectores.
Pero además del arribo al mercado estadounidense, Ferrari sabe que el público y hasta las tendencias de pago son diferentes.
Mientras analiza con sus socios la posibilidad de que las operaciones puedan ser pagadas con criptomonedas, Ferrari resalta que en "EE.UU. Las nuevas tendencias son ser cash free".
"Por tal motivo, se deben dar opciones a los consumidores que solo salen con su celular", subraya.
Los locales de la cadena se destacan por el espacio de privilegio que también suelen tener las mascotas. El logo de la marca incluye a un perro, yendo un paso mas allá del clásico pet friendly.
En ese sentido, Ferrari realizó acuerdos con entidades que ayudan a animales abandonados para colaborar con sus clientes y sus empleados.
Antes del arribo a Miami, por ejemplo, la cadena firmó un acuerdo con una academia local para el desarrollo artístico del proyecto.
En la actualidad, Alex tiene operativas cinco sucursales -entre locales propios y franquicias-, y expende más de 60 mil tazas de café al mes. En paralelo, The bakery by Alex, hoy "Brooklyn Bakery", una panadería artesanal basada en la masa madre, cuenta con un centro de producción y tres sucursales exclusivas que expenden en promedio 15 mil kilos de pan al mes, junto al café de Alex Coffee Roasters.
Steven Johnson escribió en su libro "Las buenas ideas", el "truco para tenerlas es no sentarse en una ensalzada soledad y tratar de tener grandes ideas", sino que propone -entre otras cosas-, "salir a pasear" y "frecuentar cafeterías y otros lugares donde se consumen bebidas". Ferrari lo entendió a tiempo. Y eso que parecía tener ya toda su vida resuelta.