Deudor de un linaje que comienza en la década de 1930 con Bill Hewlett y David Packard en un garaje de Palo Alto e incluye a íconos de la talla de Gordon Moore (Intel), Steve Jobs (Apple), Larry Ellison (Oracle), y los fundadores de Google, Sergey Brin y Larry Page, entre otros, el fundador de Facebook construyó su propio imperio en la "tierra prometida".
Para muchos, se trata de un coloso indomable que cambió la comunicación para siempre y talló en piedra los mandamientos por los que se rigen todas las redes sociales.
Entre el perfil bajo y la ambición sin freno, Zuckerberg llevó a un pequeño proyecto universitario a convertirse en una plataforma de escala global multimillonaria, ganándose infinidad de amigos y enemigos en el camino.
La posición dominante de Facebook es indiscutible. No solo es la red social más popular del mundo, sino que además tiene bajo su ala plataformas como Instagram y Whatsapp, que conforman un dream team imposible de equiparar para cualquier competidor.
Lo intentaron muchos, ninguno pudo. "Zuck" construyó un castillo de piedra inexpugnable, que logró resistir los embates no solo de la competencia, sino también de su propio gobierno. La pregunta es si está preparado para soportar mucho más tiempo estos avances sin agrietarse.
El prodigio
Mark Elliot Zuckerberg nació el 14 de mayo de 1984, en White Plains, Nueva York, el extremo opuesto a la costa oeste donde desarrollaría su carrera profesional. Pertenecía a una familia bien educada y acomodada: su padre Edward era dentista y su madre, Karen, psiquiatra, aunque dejó su trabajo para criar a los cinco hijos de la pareja.
El joven Mark desarrolló a temprana edad un fuerte interés por las computadoras. A los doce años aprendió los fundamentos del lenguaje de programación Atari BASIC para crear su primer programa de mensajería, llamado "Zucknet".
El primer cliente de este desarrollo fue su propio padre, que utilizó el programa en su consultorio dental: de esta manera, su recepcionista le podía informar sobre la llegada de nuevos pacientes sin tener que gritar desde su escritorio. La familia incluso utilizó Zucknet para comunicarse dentro de su hogar.
Atentos al talento y el interés que mostraba Mark por las computadoras (incluso llegó a diseñar sus propios videojuegos), sus padres contrataron a un profesor particular, David Newman, para que le diera clases de programación una vez por semana. El propio Newman admitiría más tarde que era difícil "seguirle el ritmo" a su alumno, que luego comenzó a tomar cursos extracurriculares en el cercano Mercy College.
El joven prodigio continuó sus estudios en la exclusiva Phillips Exeter Academy de New Hampshire, donde también mostró talento para la esgrima (fue capitán del equipo) y la literatura, con la que obtuvo un diploma de reconocimiento por su estudio de textos clásicos.
Esto, sin embargo, no menguó su interés por los "bits". En sus horas libres, creó la primera versión del software de música "Pandora", llamado Synapse Media Player. El programa fue revolucionario en ese momento ya que, a la manera de Spotify y otros servicios actuales, era capaz de "adivinar" los gustos del usuario.
En ese momento, varias compañías, incluidas las todopoderosas AOL y Microsoft, intentaron comprar el desarrollo y avanzaron para contratar al adolescente. Sin embargo, Zuckerberg rechazó todas las ofertas, incluso aquellas que eran millonarias. Su próximo paso estaba decidido: ingresar a Harvard.
Un emprendedor en la universidad
En 2002, Mark se graduó de Exeter e ingresó a la prestigiosa universidad de la llamada Ivy League para estudiar Ciencias de la Computación y Psicología, campos que, posteriormente, se unirían en su solo gran proyecto.
Instalado en su campus, rápidamente dio rienda suelta a su talento con las computadoras: en poco tiempo, desarrolló plataformas como Facemasch, que permitía elegir a los estudiantes más atractivos de Harvard, y CourseMatch, que ayudaba a optar entre clases en base a las selecciones de cursos de otros usuarios.
Los dos programas rápidamente se volvieron populares dentro de la institución, aunque el primero despertó las críticas de los directivos y Zuckerberg debió enfrentar cargos de infracción de seguridad informática, violación de las políticas de privacidad y de propiedad intelectual ante la administración de la universidad.
No fue, sin embargo, un proyecto perdido: la firma de activos digitales Flippa vio su potencial y se la compró por 30.000 dólares.
Apenas seis meses después, el joven programador de 19 años ya tenía lista otra web. "Thefacebook", tal como fue su bautizado originalmente, salió a la luz el 4 de febrero de 2004 desde el cuarto de Mark, con el apoyo de Eduardo Saverin, Andrew McCollum, Dustin Moskovitz y Chris Hughes, sus compañeros y amigos.
En un principio, el servicio apuntaba a conectar a estudiantes de Harvard, aunque luego se amplió a otras universidades. Pero es en este punto es donde la historia se bifurca.
La "historia oficial" dice que el creador de la red social más popular del mundo es el propio Zuckerberg, con una "pequeña ayuda" de sus amigos. La otra versión es la de Divya Narendra y los gemelos Cameron y Tyler Winklevoss (hoy transformados en multimillonarios por sus inversiones en Bitcoin) que siempre aseguraron que el hoy CEO de Facebook les robó la idea, sin más.
Según reza su historia, le pidieron a Mark que los ayudara en la creación de un servicio llamado Harvard Connection, que utilizaba información de los estudiantes para generar citas para la "élite" de la universidad. El proyecto nunca llegó a buen puerto ya que Zuckerberg retrasaba deliberadamente una y otra vez su desarrollo, mientras incorporaba las ideas que iban surgiendo a su propia red social.
Los inicios de Facebook fueron un periodo que se transformaría en objeto de diversos procesos judiciales. El fundador de la empresa no solo tuvo que resarcir a los gemelos Winklevoss y a Narendra con u$s65 millones, sino que también lo llevó a romper su relación con Saverin: luego de que redujera su participación en la empresa del 34% a apenas 0,03%, los viejos amigos fueron a la Justicia.
Zuckerberg perdió y Saverin se quedó con el 7% de la red social, junto con el derecho de ser mencionado como su cofundador. Mientras tanto, en el verano de 2004, Peter Thiel hizo una inversión ángel de 500.000 dólares por el 10% de la compañía y se unió a su nóvel directorio. Con cash fresco, el proyecto estaba listo para expandirse.
La mudanza a Silicon Valley
Facebook ya era popular dentro del ecosistema de la Ivy League, pero Mark quería ir más allá. Abandonó Harvard en su segundo año de estudios y se mudó a Palo Alto, la ciudad californiana que oficia de epicentro de Silicon Valley. El dinero no alcanzaba para alquilar oficinas lujosas, así que optaron por un chalet que hacía las veces de hogar y headquarter.
Instalada ya dentro del universo emprendedor más famoso del mundo, la red social empezó a crecer a pasos acelerados. En 2005 recibió una inyección de capital del fondo Accel Partners, que invirtió u$s12,7 millones y alcanzó los 5 millones de usuarios.
El proyecto que había nacido en una habitación minúscula poco a poco comenzaba a transformarse en un "pequeño gigante" de Internet. En 2006, sus puertas se abrieron a todos los usuarios, dejando atrás su exclusividad para universidades y sumó un elemento que hoy es característico de todas las redes sociales: el muro como "feed" de novedades.
Ese mismo año recibió un nuevo desembolso de u$s27 millones que llevó su valuación de mercado a 500 millones de dólares. Durante sus primeros tiempos, Facebook obligaba a acudir al perfil de cada persona para ver sus novedades. Zuckerberg sabía que no era suficiente y que la clave estaría en llenar este muro de datos, fotografías e información relevante.
Cuando se implementó, la red social se enfrentó a una de sus primeras polémicas -el movimiento fue considerado una invasión a la privacidad- y vislumbró que sus usuarios no siempre iban a estar de su lado. Sin embargo, también descubrió otra de las leyes que rigen a la plataforma: la gente va a utilizar Facebook (o Whatsapp e Instagram) a pesar de Facebook.
A partir de allí, el crecimiento fue imparable (incluso sumó una inversión de 240 millones de dólares de Microsoft) y convirtió al joven CEO, que nunca quiso soltar las riendas de la empresa, en una de las figuras más populares de la nueva ola "4.0".
Su ascenso a ícono generacional se dio en 2010, por motivos contrapuestos. Por un lado, la prestigiosa revista Time lo puso en tapa como "Hombre del Año"; por otro, se estrenó "The Social Network", la película de David Fincher que cuenta la creación de la red social a partir de la historia de los Winklevoss y que fue un éxito total de crítica y taquilla.
Zuckerberg, sin embargo, señaló en más de una ocasión que el film se basa en premisas falsas y presenta escenas y personajes "que jamás existieron en la vida real".
El éxito y los problemas
Consolidada ya como la plataforma social más popular del mundo, Facebook salió a la bolsa el 18 de mayo de 2012 y se convirtió en ese momento en la Oferta Pública Inicial más grande de la historia. La empresa recaudó u$s16.000 millones, lo que llevó a Zuckerberg a ser la 29ª persona más rica del mundo de la noche a la mañana.
Apenas 24 horas después de convertir a su compañía en un gigante multimillonario, Mark se casó con Priscilla Chan, su novia desde 2003. La ceremonia fue un evento sorpresa: los invitados pensaron que estaban asistiendo a la fiesta de graduación de Chan, que había terminado sus estudios en medicina.
La influencia de Chan en las decisiones "extraempresariales" del CEO de Facebook es evidente: la pareja anunció años atrás su plan para vender a lo largo del tiempo el 99% de las acciones que poseen de la firma para financiar su fundación filantrópica, The Chan Zuckerberg Initiative.
Mientras tanto, en su rol de director ejecutivo de la red social, Mark siguió dando pasos clave: en 2012 compró Instagram por solo 1.000 millones de dólares, el que a posteriori puede considerarse como su negocio más lucrativo.
En 2014 sumaría otro "golpe maestro" con la adquisición de Whatsapp por 19.000 millones de dólares, con lo que pasó a controlar el servicio de mensajería número 1 del mundo. Ese mismo año adquirió la startup de realidad virtual Oculus por 2.300 millones de dólares, lo que la catapultó a la vanguardia de esta tecnología.
Hoy la empresa está consolidada como una de las bigtech más grandes del planeta, si bien no está exenta de problemas.
Por un lado, los claroscuros relacionados al manejo de la privacidad de sus usuarios la llevó en más de una oportunidad ante las autoridades, siendo el caso más resonante el de Cambridge Analytica. Por otro, fue apuntada, sobre todo en 2020, por hacer poco y nada para limitar la proliferación de "discursos de odio" dentro de sus plataformas. La empresa aseguró que corregirá estas prácticas.
Mientras tanto, otro problema se asoma en el horizonte: si bien ostenta un revenue multimillonario trimestre a trimestre, la empresa sabe que debe diversificar su negocio: actualmente, más del 95% de sus ingresos proviene de publicidad.
Por ello, no sorprende su nueva gran apuesta, los pagos digitales. De la mano de la triada Facebook-Instagram-Whatsapp, la firma avanza con Facebook Financial, la nueva división que buscará convertir a la red social en la fintech más grande del mundo.
El ex presidente de PayPal David Marcus será quien dirija la operación y seguirá al frente de Novi, la división que está desarrollando una billetera digital que contendrá la criptomoneda Libra. También estará involucrado en los esfuerzos de pagos de WhatsApp en países como India y Brasil.
La firma cree que si los usuarios pueden realizar compras en Instagram, Messenger y WhatsApp, la publicidad de Facebook será más valiosa y la gente pasará más tiempo dentro de las aplicaciones de la empresa.
Motivos para tamaña proyección no le faltan: ya mueve la comunicación diaria de miles de millones de personas todos los días, ahora quiere hacerlo también con sus finanzas.