Negocios y compañías afrontan la esperada reapertura condicionada a la adopción de las medidas de seguridad e higiene requeridas por las autoridades. En muchos casos, además de mamparas y mascarillas se examinan otras opciones preventivas, como el control de la temperatura a clientes y trabajadores con cámaras termográficas.
Sin embargo, para que estas iniciativas sean efectivas, los equipos de medición deben ser los adecuados. Y como es un sistema apenas conocido y en toda oportunidad de negocio hay a un boom de ofertas de todo tipo, es importante responder las preguntas más frecuentes para despejar las dudas sobre estos dispositivos, que están siendo evaluados para su implementación en una oficina.
¿Puede una cámara termográfica detectar fiebre?
"La termografía no permite saber si alguien tiene fiebre, fiebre es un concepto médico. Y mucho menos, saber si alguien tiene la covid-19." Xavier Ventura, Director General Adjunto de Promax Electrónica, empresa dedicada a la instrumentación de medida electrónica desde hace 60 años, nos explica que hay que ser muy cautos con el lenguaje.
"Hay personas que tienen la temperatura más alta que otras y no por eso tienen fiebre ni están desarrollando ninguna enfermedad. Las cámaras termográficas lo que permiten es medir la temperatura corporal elevada. Pero para que se pueda medir de forma correcta hay que tener una serie de consideraciones".
Todos los cuerpos emiten cierta cantidad de radiación infrarroja en función de su temperatura. La termografía es la técnica que permite medir esa radiación térmica. A simple vista no se puede verla porque se encuentra en una franja de luz no visible para el ojo humano, pero las cámaras con un sensor apropiado sí, y lo que hacen es traducir esa radiación a unos valores de temperatura, formando una imagen que es posible interpretar.
Empresas petroquímicas, gasísticas y eléctricas han utilizado este tipo de cámaras desde tiempo atrás para detectar posibles fugas, localizar dónde se está produciendo un aumento excesivo de temperatura o evitar accidentes laborales. Por eso no es de extrañar que este sector haya sido también uno de los primeros en adoptarlas para el control de temperatura de sus trabajadores. No solo conocían de antemano la tecnología, también a los proveedores.
Las cámaras detectan temperatura por encima de lo normal
Factores a que considerar antes de adquirir una de estas cámaras
Las cámaras térmicas son habituales en el ámbito industrial. "Muchas de ellas, vistas desde fuera son iguales", asegura Xavier Ventura. Pero ni los precios ni las características son las mismas. Una cámara calibrada para usarse en una instalación eléctrica o petroquímica suelen tener unos valores de temperatura amplios (por ejemplo, entre -20ºC a +300ºC o similar) y el margen de error puede estar entre los +/- 2ºC.
Aunque se considera una buena precisión para ese tipo de aplicaciones, no sirve para medir la temperatura del cuerpo humano, ya que en caso de marcar 37 grados, no sabríamos si la persona tiene en realidad 35 o 39, según informa una nota de Digitalpolicylaw.
Los requisitos para una aplicación industrial no pueden ser los mismos que los requeridos en el control de la temperatura corporal. Entre otros aspectos, hay grandes diferencias en cuanto al nivel de complejidad y costes de producción. Lo recomendable para medir la temperatura corporal es que la precisión sea al menos de 0,5ºC.
Calibrado de fábrica
Otro factor a tener en cuenta es la calibración. El dispositivo no debería pedir al usuario marcar los valores de medición, ya que podría falsear el resultado al ingresar una temperatura de referencia incorrecta, o al ignorar los cambios del entorno. Por ello, los fabricantes insisten en que el aparato venga calibrado de fábrica.
La cámara suele venir acompañada de otro dispositivo llamado cuerpo negro (blackbody). Se trata de un aparato que se coloca en frente de la cámara, dentro de su campo de visión, que proporciona una referencia constante y le permite recalibrarse sola ante las variaciones de temperatura y luz que puedan producirse en el ambiente.
Otros elementos que influyen en la precisión de la toma de temperatura son la distancia y resolución de la cámara. Los estándares internacionales no recomiendan resoluciones por debajo de los 384 x 288 píxeles, aunque ellos aconsejan al menos 640 x 480, ya que el cribado más preciso se realiza alrededor de la cuenca ocular y más en concreto, alrededor del lagrimal del ojo, la zona más representativa de la temperatura corporal, menos sometida a las condiciones del entorno.
Debido a que esta área es bastante pequeña, si la imagen se toma a mucha distancia no se obtendrá el número de píxeles suficientes para dar una medida adecuada, lo que puede enmascarar falsos negativos.
Control de cámaras del Gobierno
Certificados que validen el producto
Para que no haya dudas, es recomendable solicitar los certificados específicos que aseguren que se trata de un producto homologado para este fin: la certificación ISO de fabricación de dispositivos médicos; y el estándar de IEC que determina las características y el procedimiento de uso que deben cumplir.
Para realizar el control de temperatura corporal existen varias opciones: las cámaras termográficas fijas, las de mano e incluso, los termómetros infrarrojos. La primera pregunta antes de adquirir una cámara de estas características es el uso que se le va a dar, y en especial el flujo de personas que van a pasar por esa supervisión de entrada.
En empresas u organismos cuyo control manual pueda producir largas colas de entrada, las cámaras termográficas fijas pueden ser una opción plausible. En algunos sitios cuando se detecta que una persona tiene una temperatura corporal superior a la fijada, salta una alarma y se realiza una segunda verificación con un termómetro digital de infrarrojos, también a distancia, como segundo elemento de control.
¿Y después de la pandemia?
En principio, una vez concluya la crisis de la covid-19, las cámaras podrían desinstalarse o bien, seguir operando como prevención frente a otras enfermedades -nuevas o habituales-, como las gripes estacionales. Pero la decisión final de mantenerlas dependerá de las empresas y de las normativas que se dicten al respecto en prevención de futuras pandemias.